Crónica sobre la Reaparición Cuántica de mis Bosones

Day 1,766, 07:41 Published in Spain Spain by Espaugyl





¿Cómo me llamo? ¿dónde estoy? ¿cuándo estoy? ¿por qué estoy en calzoncillos con zapatos humeantes? ¿por qué tengo tatuado un corazón grisáceo en mis partes pudendas donde pone Espaugyl algún día esclavizará con este sexapil a Lantanique? y lo más importante ¿dónde hay un bar? Esas fueron mis cuitas existenciales de hace unos días cuando volví a este eMundo… aunque invirtiendo el orden de la sucesión de dudas metafísicas enumeradas, evidentemente, porque el sentir la lengua como una lija del seis y desear cualquier tipo de alcohol fue todo uno en mi cerebro e hígado. Por muy desmemoriado que estuviese las prioridades son las prioridades.

Recapitulemos lo que deduje de mí mismo cuando reaparecí en el eMundo: Me llamaba Espaugyl, Lantanique se perdía lo suyo, no me gustaba el agua en el interior de mi cuerpo y poco en el exterior, no era un gran seguidor de la moda y, finalmente, alguna gran fricción en la suela de mis zapatos hacía que humeasen ¿correr quizás? no lo sabía, pero siguiendo mis instintos entré en un bar a paliar mis carencias etílicas con la esperanza de que fueran el combustible de la maquinaria oxidada de mi memoria… y así fue, los recuerdos, los más tempranos de mi vida, comenzaron a fluir por entre mis neuronas con el primer sorbo de cerveza.



El primer día más feliz de mi eVida, después hubo muchos más por el estilo


Una vez que mi cerebro se puso en marcha comencé a enlazar fragmentos de mi vida, no de forma muy primorosa, todo hay que decirlo, ya que el orden y el buen gusto brillaban por su ausencia, siendo el resultado algo más parecido a coloreadas perlas de un collar confeccionado como terapia por peligrosos y alcoholizados delincuentes sexuales que un álbum de recuerdos, pero los fui engarzando, que es lo que importaba.

Con un estremecimiento y encogimiento de esfínteres recordé a Hans, el ambiguo Admin de la GestapoeRepublik que tanto ansiaba tenerme a su merced (leed mis anteriores Crónicas, todo está en ellas). Recordé en contraposición a Lantanique, la beldad felina cuyas turgencias decían que sí ante mi renombrado sexapil aunque su voz y garganta gritasen NOOOO hasta enronquecer o encontrar algo con aristas con lo que golpearme. Recordé mi don para conservar siempre en perfecto estado de revista mi hígado, sin olvidar a mis amadas piernas, dignas del mejor velocista, que serán envidiadas y recordadas por toda la eternidad, pues no creo que vuelva a existir nadie que con la motivación del miedo y la salvaguarda propia sea capaz de atravesar continentes enteros en cuestión de minutos en dirección contraria del peligro. Recordé que era Corresponsal de Guerra y que la Subjetividad y la Desinformación son mis Divisas y otras muchas cosas relacionadas con deudas y la mala costumbre que tienen los gerentes de establecimientos de hostelería de quererlas cobrar de forma insistente y violenta… y entonces, tras haber vaciado unas veinte jarras de cerveza y estar a punto de pedir otra media docena para no desmerecer al atento público del bar que contemplaba atónito como un individuo en calzoncillos no paraba de beber jarra tras jarra, tuve una revelación al ver un poster que algún camarero Licenciado en Ciencias Físicas había colgado tras la barra para recordar que tenía título universitario.



Al ver este poster se me hizo la luz. El Universo se descubrió ante mí y conseguí atraparlo por el cuello para confirmar mis teorías


Todo estaba claro, no podía ser de otra forma. Recordaba claramente lo último que me ocurrió antes de desaparecer del eMundo. Recordaba encontrarme en el Cuartel General de la GestapoeRepublik prisionero, recordaba verme frente a un pelotón de fusilamiento de Admins armados hasta los dientes con Q7, los muy brutos, recordaba la risa del AdminFuhrer Halesius contemplando el espectáculo mientras acariciaba un deslucido gato alopécico por no medir la fuerza de tanto acariciamiento compulsivo. Y lo fundamental, recordaba el sabor del miedo en la boca, el sudor frío de los nervios por la cercanía de la emuerte y el peso del pánico en mis calzoncillos, pues es bien sabido que el miedo puede pesarse y olerse cuando este es extremo.

Y entonces ocurrió, mi don se puso en funcionamiento como nunca había ocurrido, mis piernas tomaron la iniciativa y echaron a correr como alma que lleva el eDiablo, pero a una velocidad y aceleración constante nunca vista, una velocidad que me hacía sentir el aire como si fuese melaza hasta que oí un estampido, hasta que rompí la barrera del sonido unos segundos y varios miles de kilómetros después. Pero ahí no acabó la cosa porque ni podía frenar ni mis piernas querían hacerlo, sino que seguí acelerando hasta que mi visión comenzó a estrecharse cual borrachera al borde del coma, la ropa se deshizo en girones por la fricción salvándose tan sólo mis calzoncillos, quizás por no habérmelos cambiado en años y ser ya parte de mí, las luces pasaban formando líneas borrosas y pronto ni eso veía, porque la luz se apartaba a mi paso temerosa de ser atropellada y era incapaz de alcanzarme… eEinsten tenía razón: E=mc2, es decir Espaugyl es igual al que Más Corre al cuadrado.



Cuando miraba hacia atrás sólo veía esto: La luz intentando alcanzarme en vano cual cobrador de morosos


Para conseguir esta terrible velocidad había tenido que pasar del nerviosismo al miedo, del miedo al pánico y del pánico al terror absoluto, pero al parecer había dado un paso más y había descubierto el que he bautizado como Canguelo Cuántico, un estado tal en el que soy capaz de correr a velocidades superiores a la de la luz contra todo pronóstico y leyes físicas. Quizás es por ello que para mí el comienzo de esta carrera de escape del pelotón de fusilamiento fue hace unos instantes pero para el resto del eMundo han pasado varios meses. ¿Tendrá algo que ver que mientras la Ciencia ha encontrado el Bosón de Higgs yo siempre he tenido dos grandes Bosones que se me pueden poner de corbata en presencia de mi emuerte? No lo sé, pero mientras medito todo esto acabo de descubrir que ya los camareros están comenzando a preguntarse dónde guarda el dinero para pagar la kilométrica cuenta que voy sumando cerveza tras cerveza un eciudadano en calzoncillos, así que probablemente tenga que acabar esta Crónica perseguido e insultado en la distancia. He vuelto.


De vuelta al eMundo se despide este Corresponsal de Guerra esperando que Lantanique le ayude a desentrañar sudorosamente y al unísono alguna otra ley física sobre la horizontalidad común que se merece desde mi ausencia.


Espaugyl