Crónica Cursillística. El Periodismo de Ficción en Cómodos Plazos 4

Day 1,934, 08:24 Published in Spain Spain by Espaugyl









Imparte el Curso:






Programa del Curso:



1.- Primeros intentos y cómo no aborrecer el módulo periodístico.

2.- La maldición del TOP5 y la madre que parió al Voters Club.

3.- El rol como necesidad disociativa y sus peligros psiquiátricos.

4.- La ficción y el rol al publicar con o sin continuidad en el tiempo.

5.- La captación de la atención del lector conservando toda la ropa en lo posible.

6.- Dinámica del Chocopunto incierto e injustificado y cómo vengarse.


Ejercicio Final Práctico sin miedo al dolor.




TEMA IV:

La ficción y el rol al publicar con o sin continuidad en el tiempo.


Tal como ya se apuntó en el tema anterior existen las posibilidades de escribir como relator o en primera persona. El relator puede cambiar los personajes a su antojo, ya que su desapego lo hace posible, no obstante el que lo hace en primera persona debe atenerse a un rol identificativo para no llevar a confusión con diferencias entre el periodista y el protagonista, al menos es lo más usual para no marear.

Dentro de lo que es el periodismo de ficción en primera persona tenemos la casi obligación de la continuidad, pues sin ella el protagonista se convertiría en alguien dotado de características cambiantes y con experiencias que no se irían añadiendo al rol, por lo que sería más lógico si no hay continuidad escribir como relator de historias sin relación de personajes y dejar de confundir al lector, aunque el relator podría tener a varios de estos personajes con cierta continuidad, que es otra opción.

Centrándonos en el caso de la primera persona la continuidad hace que el lector se enganche, que quiera saber más sobre las vicisitudes del protagonista, del periodista en sí, y ya sea porque le encoge el corazón, porque le hace sentir algo que lo lleva a bajarse los pantalones frente al ordenador o porque le arranca una sonrisa o un asentimiento mudo sobre las verdades de eRepublik, lo cierto es que espera cada entrega como si de un folletín, una telenovela, un “culebrón” o una serie de humor fuese. Pero esto exige un compromiso con el lector y es frecuente que, por mucha calidad que se tenga, si no se tiene constancia, el lector quede decepcionado o, si es un jugador reciente, no sepa de qué va lo que lee porque desde que llegó al juego no ha leído nada de eso por ser muy anterior el artículo que lo precedía.



Ejemplo de constancia y continuidad. Dos seres humanos, con cara de problemas hepáticos por tonalidad y ojos de sospechar, con algo de cemento, ladrillos a punta pala y un horario de mañana y tarde hicieron esto en unos siglos.


Junto con la constancia es fundamental para tener lectores fieles que la línea argumental sea coherente, es decir, que el protagonista no sea un día brutalmente heterosexual, con hormonas desbocadas y no haya mujer que no empotre contra cualquier superficie horizontal o vertical y al siguiente sea un romántico y lacónico caballero de reluciente armadura que lucha en duelos por el honor de su dama con una rosa y un pañuelo por únicas recompensas... debe haber continuidad en el rol y en el argumento o cada vez que nos lean no sabrán ni a qué atenerse, ni siquiera quién o qué es el periodista.

La continuidad es, evidentemente, un arma de doble filo, porque la vida real es cruel y no siempre se tiene tiempo para publicar, con las consiguientes quejas y apremios, pero esto, tal como se explicaba en temas anteriores, si se dosifica no llega a representar ningún problema, pasando a ser parte de la vida misma el saber qué día y con qué horario te sientas a escribir. No hablo de ser de estricta disciplina pero sí conviene tener una rutina tanto por fidelizar a los lectores como para que no se convierta en una obligación de difícil cumplimiento en vez de en momentos de esparcimiento y desconexión. Si el lector percibe esta regularidad incluso animará a seguir escribiendo o mandará mensajes de aliento sabiendo que el día de publicación se acerca, igualmente mandará MPs cada vez que se decepcione por no encontrar su lectura cuando corresponde.



Esta vez ejemplo de periodista disciplinado escribiendo en uniforme de escritor aproximadamente todas las semanas para echar el rato (u otras cosas cuando rebusca por internet)


Resumiendo, si se quiere escribir con diferentes personajes y/o desconexión argumental es preferible hacerlo como relator. Si se desea una continuidad hay que adoptar la primera persona y ser regular para lograr una dependencia en el lector, porque no olvidemos que tanto el escribir como el leer puede convertirse en la más sana de las drogas sin efectos secundarios. Claro que también existen excepciones, porque si eres un hidalgo manchego leyendo muchos libros sobre caballería puedes perder la cabeza y convertirte en el protagonista de una novela universal sin quererlo.



Espaugyl