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Era una noche sin nubes, la luna iluminaba los alrededores del campamento cuando la radio empezó a emitir gritos estridentes. El soldado que estaba de guardia empezó a anotar frenéticamente en su libreta lo que aquel sonido infernal le estaba transmitiendo.

Unos minutos más tarde llega el capitán del batallón y empieza a gritar órdenes como si un demonio lo hubiera poseído.

Los artilleros empiezan a correr de un lado a otro cargando los misiles del almacén al santa bárbara de las piezas. La radio vuelve a sonar y cuando termina el mensaje la voz del capitán gritando órdenes inunda el campamento. Algunos guardias lanzan bengalas para iluminar los alrededores del campamento, las cajas de munición empiezan a salir de la armería como si se trataran de hormigas saliendo del hormiguero.

Tras tener a todo el campamento en sus puestos de combate la radio vuelve a sonar como si el fin del mundo fuera a llegar en breve. El capitán vuelve a dar órdenes y reúne a unos cuantos para explicar la situación. A mí me toca seguir en mi puesto...pero las noticias me llegan más tarde.

Resumiendo.

Había un grupo armado que estaba dando un golpe de estado, todo estaba pactado, se dispararían varias veces al aire con munición de fogueo y los carros de combate se darían un paseo por las calles de la capital para limpiar el óxido de las cadenas.

Tras varias horas a la espera mirando al vacío llega el relevo para mi puesto, los soldados vienen riéndose y no puedo evitar preguntarles.

La radio había vuelto a emitir nuevas órdenes.

Parece ser que algunos granjeros que reciben subvenciones y que no se habían enterado que el golpe estaba pactado han disparado contra los golpistas, estos al llevar solo munición de fogueo no han podido responder al fuego y llamaron a la caballería....parece ser que los carros estaban en reserva y apenas han podido salir de la base...así que los golpistas han tenido que huir al no poder hacer frente a la amenaza. El caso es que los granjeros han ocupado un edificio del gobierno y se han autoproclamado los salvadores del pueblo.

Gracias a las redes sociales tenemos imágenes de la reacción del dictador.








El pueblo ha salido a la calle y con buenas palabras y buena cerveza ha conseguido convencer a los granjeros para que abandonen su fuerte y vuelvan a sus vidas normales.




Y yo mientras montando guardia, sin cerveza.