El Día en que el Huáscar se enfrentó a la Royal Navy

Day 2,618, 19:30 Published in Peru Peru by Almte Grau

"Mientras este solo buque peruano, el "Huáscar" subsistiese; mientras el "Huáscar" estuviera en el mar, mientras Grau estuviera en el "Huáscar", Chile no desembarcaría un solo soldado en territorio peruano y las hordas de la conquista se pudrirían en Valparaíso y Antofagasta en la larga espera del desenlace de la guerra del "Huáscar" contra toda la escuadra chilena. Este es un hecho sin precedente en la historia de las guerras navales del mundo entero, el "Huáscar" prestó servicios incomparables. El solo hizo la guerra naval. El solo protegió al Perú contra la invasión. El solo hizo la obra de una escuadra. Este es el interés y la lección de esta historia. Esta es una epopeya como la de la independencia. ¡ESTE ES EL PEDESTAL DE GRAU Y LA GLORIA DEL PERU!. Este es el milagro de la guerra naval en la guerra del pacífico". (Jacinto López, historiador venezolano)


El Combate Naval de Pacocha tuvo lugar el 29 de mayo de 1877 entre la escuadra británica del Pacífico y el Monitor Huáscar. En mayo de aquel año, el Huáscar había sido capturado por partidarios de Nicolás de Piérola, quien se había sublevado en contra del gobierno de Manuel Ignacio Prado, naciendo la etapa denominada ''Sublevación del Huáscar''

Una vez en manos de los rebeldes, el Huáscar se hizo a la mar para apoyar la causa de Piérola e inició diversas acciones de sabotaje contra fuerzas gubernamentales, las que fueron calificadas por el propio gobierno peruano como “actos de piratería”. Entre aquellas, el Huáscar interceptó dos vapores mercantes de bandera británica pertenecientes a la Pacific Steam Navigation Company; el Santa Rosa y el John Elder.El presidente Prado emitió entonces un decreto que colocó a los tripulantes del Huáscar bajo la condición de corsarios y envió en su búsqueda un escuadrón naval al mando del capitán de navío Juan Guillermo Moore.

Mientras tanto los comerciantes británicos reclamaron airadamente a su representante diplomático en Lima, el encargado de negocios James Graham y le exigieron la adopción de medidas enérgicas para impedir la ocurrencia de hechos similares que podrían afectar el comercio en el litoral peruano y la seguridad de los transportes de la Pacific Steam Navigation Company y como el Presidente Prado había descartado la responsabilidad del gobierno del perú en dichas acciones la Real marina británica se vió forzada a intervenir...De este modo, el comandante del escuadrón británico en América del Sur, contralmirante Algernon Frederick Rous de Horsey, quien se encontraba con su escuadra en Caldera, Chile, se dirigió hacia el Callao y como primera medida, de Horsey hizo llegar un mensaje de advertencia al comandante del blindado peruano, en el cual le señaló:

“Si se repite, señor, un acto similar al cometido contra los vapores John Elder y Santa Rosa, me veré forzado a tomar posesión del barco por la fuerza y retornarlo a las autoridades legales. Acciones de esa naturaleza serán consideradas una causa justa para su captura por parte de las fuerzas navales de su Majestad Real”.

El 22 de mayo, después de recoger a Nicolás de Piérola en el puerto de Cobija, el capitán Astete envió la siguiente nota de respuesta a de Horsey:

"...rechazo con calma pero firme resolución, no sólo en mi nombre y el de mi tripulación, pero en el nombre del Perú, la amenaza incluida en su carta. Declaro, señor almirante que –Dios no lo permita- si llega el caso que una agresión sea cometida por su comando, cumpliré con mi deber”.

El 27 de mayo , en pichalo el sorprendente Huáscar se enfrento con éxito a la división naval peruana que intentaba capturarlo y se escapó del cerco que se le había tendido ; pero al estar aislado ya que las fuerzas leales al gobierno controlaban la mayoría de los puertos del litoral y las provisiones se le agotaban , pese a las advertencias del almirante inglés Piérola interceptó 2 mercantes de bandera inglesa de uno de los cuales el "INUSINA" se confiscó 100 toneladas de carbón, lo que decidió a la escuadra inglesa a intervenir .

La escuadra británica estaba en busca del Huáscar, cuando lo avistó el 29 de mayo de 1877 a las 13:00. El Huáscar se dirigía a tierra cuando el HMS Amethyst le cerró el paso y a las 14:11 el HMS Shah le lanzó un cañonazo para ponerlo al habla. El contraalmirante De Horsey envió al teniente Rainier para que comunique al Comandante del Huáscar, el capitán Astete, que apresará el buque a consecuencia de actos ilegales que el Huáscar ha cometido contra súbditos, buques y propiedades británicas, que no procede en nombre del gobierno peruano, que si se entrega el buque serán respetadas la libertad de todos a bordo y desembarcados en un sitio neutral, en donde desee el comandante, pero en caso contrario, el Huáscar será tratado como buque pirata...


Sin embargo De Horsey no tomó en consideración un pequeño detalle: no se encontraba en el Africa colonial ni en Asia, sino en el continente americano, confrontando la extraordinaria nave de un país occidental, que estaba destinada a convertirse en una LEYENDA. Y tan talentoso y seguro como de Horsey pudo haber sido, de Piérola, su oponente y futuro presidente del Perú, era una clase de hombre superior y un perfecto contenedor al orgullo británico. De Horsey también subestimó la capacidad del capitán Germán Astete. Asimismo, se le escapó otro detalle: Aún cuando su escuadrón contaba con una tripulación conjunta de 824 hombres y cuarenta cañones así como diversos torpedos, mientras que el barco peruano tenía sólo cuatro cañones y una tripulación de 179 hombres, sus naves eran de madera protegida, mientras que el contrincante era un blindado. Bajo todas estas circunstancia es difícil saber si la decisión del almirante de atacar estaba motivada en una fuerte sensación de superioridad británica o si sencillamente fue un acto de estupidez o de falta de criterio.

El orgulloso Nicolás de Piérola rechazó el ultimátum considerando que la demanda británica constituía una injerencia en un asunto domestico, desarrollado en aguas territoriales peruanas y replicó a Rainier que la bandera peruana en el Huáscar sólo sería arriada cuando no quedara un solo hombre a bordo para sostenerla. Asimismo añadió que no le importaba en nada el superior poderío del que se le hablaba y que la amenaza de la fuerza era una grave ofensa contra la soberanía del Perú. Subrayó que el “uso de la fuerza sería respondido con la fuerza”. Tan pronto como el teniente británico retornó a su nave, de Piérola, consciente que el combate era inevitable, emitió la siguiente proclama a su tripulación:

“Hombres del Huáscar: Todos a sus puestos. Ahora la revolución de Piérola ha concluido. Ahora somos sólo peruanos ante quienes el destino ha encargado la defensa de nuestra bandera y la de toda América. ¡Viva el Perú!”.

Nicolás de Piérola

Así, aproximadamente a las 15:06 horas y a una distancia de poco más de 1,800 metros, el contralmirante de Horsey, , ordenó que el Shah cañoneara el Huáscar. El blindado peruano sin embargo no se impresionó en lo más mínimo por el poderío desplegado por sus adversarios y, conforme a lo anunciado por Piérola, presentó combate, disparando un minuto después. A las 15:09 el Amethyst lanzó su primera andanada de proyectiles. Bien dirigido por el capitán Astete y los hermanos Carrasco, el Huáscar no sólo respondió los fuegos sino que mostró un manejo admirable en combate naval que dejó perplejos a los ingleses. Pronto los proyectiles del Amethyst y el Shah, lanzados por diestros y experimentados cañoneros, comenzaron a impactar en el objetivo. Sin embargo, pese a su efectividad de blanco, no podían penetrar la coraza de cuatro pulgadas y media del Huáscar y por ende causaban poco daño a la estructura de la nave. No obstante, los proyectiles del Shah lograron romper los guardines del timón de combate y reventaron los de la estación de gobierno principal. Asimismo, volaron en pedazos algunas de las lanchas salvavidas de la nave.

Hms Shah

El intercambio de fuegos y maniobras envolventes se prolongaría por espacio de dos horas interminables. Más aun, el comandante del Huáscar hizo gala de su conocimiento de las aguas locales y utilizó la baja cubierta del blindado para presentar a de Horsey un blanco difícil. El contralmirante británico, ante la ineficacia de sus proyectiles, intentó emular las tácticas utilizadas por Horacio Nelson y se aproximó al Huáscar lo más cerca posible para cañonearlo a distancia mínima, en la creencia que sus proyectiles resultarían así más efectivos. En ese proceso se hizo uso de ametralladoras e inclusive de fusilería. El Huáscar sin embargo, gobernado con aparejos, eludió a los británicos mediante acciones evasivas y en varias oportunidades hasta intentó espolonear al Shah y al Amethyst. El fuego de este último barco, según informó el propio de Horsey, fue dirigido con gran precisión, pero su armamento de 64 libras resultaba ineficaz, “excepto para llamarle la atención o para apartar al Shah de los fuegos del Huáscar”.

Hms Amethyst
En su Informe al Almirantazgo de Horsey escribió:

“El ataque fue en parte siguiéndose uno a otro y en parte girando, con tentativas de cuando en cuando por parte del Huáscar para emplear su ariete, lo que era preciso precaver cuidadosamente en un buque con tanta eslora y por consiguiente tan lento para virar como el Shah. El Huáscar parecía navegar a razón de 19 millas y estaba bellamente manejado, tratando de mantener sus cañones de la torre sobre nosotros excepto cuando iba a cargar. Que una de sus bombas de 300 entrase en un barco tan repleto como este habría producido graves resultados”.

La situación pues se estaba volviendo difícil para los británicos. Entonces, a las 17:00 horas, de Horsey adoptó una decisión drástica. Volviéndose a sus oficiales manifestó:

“Gentleman, certainly we are not fighting against the Khedive’s Navy”

"caballeros, ciertamente no estamos combatiendo contra la marina de guerra del Jedive"

Al comprender que sus naves no podían capturar al blindado peruano con tácticas tradicionales y para no arriesgar la seguridad de las mismas, de Horsey decidió poner fin al drama y hundirlo. En consecuencia, ordenó que se disparase un torpedo Whitehead contra el Huáscar. Aquella iba a ser la primera vez en la historia naval que un torpedo motorizado sería utilizado en combate. En aquellos días un torpedo Whitehead clase Fiume, de 14 pulgadas de diámetro, con un motor de tres cilindros, alcanzaba una velocidad de 18 nudos, tenía un alcance de 550 metros, un peso total de 250 kilos y cargaba una mortífera carga explosiva de 12 kilos.

De acuerdo a una leyenda aún vigente en la sección de torpedos de Gran Bretaña, los artilleros solicitaron recibir la drástica orden por escrito, “pues los peruanos habían demostrado ser unos adversarios galantes y no merecían una suerte tan terrible”. Verdadera o falsa, el torpedo fue lanzado de todas maneras. Sin embargo, los motores del Huáscar y el buen manejo de la nave permitieron esquivar al arma mortal.

El orgullo británico pronto se fue tornando en temor ante la impotencia de neutralizar al Huáscar. Hasta ese momento la precisión de los artilleros peruanos había dejado mucho que desear, pero los oficiales británicos eran conscientes, como lo implicó de Horsey en su Informe, que en cualquier momento los dos barcos de Su Majestad podrían fácilmente ser enviados al fondo del mar si el uso de los cañones peruanos se tornaba tan preciso como el manejo de su nave.

En su Informe, el capitán Chatfield del Amethyst escribió:

“Nuestros artilleros dispararon con gran continuidad y precisión pero nuestras bombas no producían efecto en la coraza del Huáscar, aún cuando si conservaban la cubierta libre de rifleros”.

Luego añadió:

“El Huáscar fue gobernado lujosamente y si sus cañones lo hubieran sido del mismo modo habría resultado un enemigo formidable”.

El capitán Bedford del Shah por su parte escribió en su Bitácora:

“A las 3:06 comienza el combate con los cañones de cubierta. Las baterías de babor hacen fuego a discreción. 3:07, el Huáscar contesta con un cañón de la torre. Otro cañonazo nos pasó por la cofa del trinquete y el otro por la cofa del palo mayor cortando la driza real y la driza del tope. 3:09, Amethyst ataca al enemigo y el Huáscar le contesta con un cañón pequeño y con otro nos corta las brasas reales... 5:08, el Huáscar dispara una bomba de a 40 que revienta a medio camino. Se nos viene encima, aparentemente para hacer uso del ariete. 5:13, nuestra ametralladora Gatling comienza a hacer fuego. 5:14, disparo de un torpedo Whitehead”.

A las 21:00 horas, en un último intento desesperado, el Shah despachó una lancha con torpedos Spar para volar al Huáscar. Fue inútil. La lancha retornó a las 03:30 de la madrugada del 30 de mayo sin haber logrado su propósito. Bajo las sombras de la noche, el Huáscar había abandonado el escenario sin que los británicos hubieran podido subyugarlo. De Horsey no intentó efectuar una persecución nocturna para evitar posibles daños. Durante la acción los peruanos tuvieron un tripulante muerto, el corneta Ruperto Bejar, y los ingleses algunos heridos.

Durante el combate el Shah disparó 237 proyectiles y el Amethyst 190, un total de 427 cañonazos, que incluyó el uso de varios granadas de perforación Palliser. Un total de 50 proyectiles dieron en el Huáscar, pero la estructura del blindado no sufrió daños de consideración. Por el contrario, su armadura sólo pudo ser perforada una vez con un proyectil disparado por uno de los cañones de 9 pulgadas. Dos días después del combate el Huáscar se entregó a las autoridades peruanas y antes de ser arrestado, Piérola intentó convencer al capitán Moore, comandante del blindado Independencia, unírsele para combatir al escuadrón británico por su participación en un asunto peruano. La iniciativa no prosperó, aunque la prensa protestó airadamente contra aquella acción extranjera en aguas territoriales del Perú y el presidente Prado se vio forzado a presentar una protesta diplomática formal ante el gobierno de Londres.

Pacocha fue considerada una acción humillante para la Real Marina. Originó debates en el parlamento que casi concluyeron en la censura del contralmirante de Horsey. El Almirantazgo aprobó la conducta general seguida por de Horsey, pero rechazó sus demandas perentorias para que el Huáscar se rindiera. El Almirantazgo también desaprobó los ataques nocturnos con torpedos hacia el Huáscar, pues a su entender constituían una “violación flagrante a las aguas territoriales peruanas” y porque aquel método de ataque pudo haber matado a toda la tripulación del Huáscar.

Unas últimas líneas sobre los hombres y las armas de Pacocha:

El contralmirante de Horsey fue relevado de su puesto en setiembre de 1879. Se retiró de la Real Marina Británica en 1885. Nicolás de Piérola finalmente se convirtió en presidente del Perú en 1879 y posteriormente en 1895, ambas veces gracias a intrigas o revoluciones. Falleció en 1913. El capitán Germán Astete encontró una muerte heroica el 10 de junio de 1883 mientras dirigía la artillería peruana en la épica batalla de Huamachuco contra el ejército chileno, en el que sería el último encuentro militar de la Guerra del Pacífico.

Capitán germán Astete, hábil marino y héroe del perú

IMPORTANCIA DE ESTE COMBATE NAVAL :

1-Este combate fue la primera y única vez que un buque de la escuadra peruana pudo salir airoso en un combate contra buques de la Royal Navy.
2-fue la primera vez que se utilizó un torpedo móvil Whitehead, que luego utilizaron los rusos durante la Guerra Ruso-Turca de 1877
3-si el huáscar hubiera estado dotado de una tripulación de artilleros mejor entrenada y no solo de jovenes oficiales rebeldes posiblemente hubieran derrotado a los británicos .