Una lucha injusta.

Day 3,471, 09:45 Published in Spain Spain by Arunrath

Me encontraba en un avión junto al comandante de la unidad, nuestra misión era saltar detrás de las líneas enemigas y una vez tocáramos tierra nuestra misión seria emboscar a los convoyes que transportaban suministros y tropas al frente, mientras los demás realizaban un asalto total.

El cielo estaba poblado a más no poder de aviones transportando a tropas y cazas para protegerlos, primero se lanzaron varias oleadas de bombarderos para que ablandaran un poco las defensas del enemigo, luego los misiles de largo alcance de la artillería y finalmente nosotros. Avanzábamos a toda velocidad hasta que la fuerza aérea italiana nos intercepto, nuestros muchachos en el aire hicieron lo que pudieron pero no fue suficiente, los transportes de tropas empezaron a sufrir bajas, algunos estallaban de una manera terrorífica, los que recibían un impacto en alguno de los motores intentaban luchar por mantener el control….fue una catástrofe, mi unidad apenas consiguió salir del avión, perdimos a varios valientes en el salto.
Recordare toda mi vida aquella sensación, me dirigía hacia el suelo mientras contaba los segundos antes de abrir el paracaídas y mientras lo hacía podría haber muerto miles de veces antes de llegar al suelo, abrí el paracaídas y aterrice suavemente sobre la tierra italiana. Mire al cielo y no terminaba de creerme que hubiera salido ileso de aquel infierno.

La unidad se reagrupo pronto así que el comandante empezó a repartir nuestras tareas, nuestros hermanos y los aliados asaltarían el frente dentro de escasas horas y nuestra misión era debilitar y confundir al enemigo todo lo posible.

Atacamos con éxito un nido de artillería y nos atrincheramos como pudimos, cavamos trincheras, preparamos la alambrada y colocamos algunas minas, cables trampa y todo lo que pudimos hacer para proteger nuestra posición y utilizarla para emboscar al enemigo.
Las horas pasaron y el ruido infernal de la artillería machacando las posiciones del frente hizo retumbar nuestros corazones, minutos mas tarde el primer convoy de tropas se dirigía a reforzar el frente y paso por nuestra posición.
Los cañones de artillería los usamos como si fueran piezas contra carro y sus blindados estallaron como si fueran palomitas. La infantería fue abatida por las ametralladoras apostadas, no hicimos prisioneros.
Empezamos a mover los muertos y a apilarlos lejos de la posición, el comandante quería volver a aprovechar la posición. Los carros no podíamos moverlos así que el comandante ordeno a unos cuantos que se buscaran uniformes italianos de su talla entre los muertos, teníamos a un soldado que hablaba italiano así que sería el quien hablaría, si nos descubrían atacaríamos con todo, pero si el engaño surtía efecto, los dejaríamos pasar para volver a golpear más fuerte al siguiente convoy.

El tiempo empezó a pasar más lentamente, los segundos se volvieron minutos y los minutos horas, la noche nos sorprendió cuando vimos a lo lejos luces, muchas luces. Era un convoy enorme y al frente del convoy iba un enorme carro de combate con un ave de fuego pintada en los laterales de la torre.

Todas nuestras miradas se centraron en el rostro de nuestro comandante, se puso pálido pero nos ordenó que siguiéramos con el plan.
Así que aguardamos a que el convoy pasara, nadie se detuvo, nadie nos miró….el engaño había surtido efecto. Pero ese carro que se dirigía hacia el frente con todo el convoy…los chicos del frente lo pasarían mal, pero nuestro comandante había hecho lo más inteligente, nuestra pequeña unidad no podría haber hecho nada contra él, ni siquiera con los poderosos cañones de artillería disparando a quemarropa.
El convoy pasó y el comandante reunió a toda la unidad.
Nos ordenó preparar minas en la carretera que llevaba al frente y volver a colocar los cañones para atacar a blancos terrestres. Al próximo convoy que pasara por nuestra zona le daríamos con todo.
No íbamos a estar mucho en la posición así que el comandante nos ordenó sacar toda la munición de artillería y usarla mediante explosivos de control remoto para volver la carretera un infierno de explosiones y quizá dejarla lo suficientemente dañada como para ralentizar al enemigo.
El siguiente convoy avanzaba durante la madrugada, tenía los primeros rayos de sol a su espalda, era el convoy de los aliados que luchaban por Italia y algunas unidades mercenarias que se habían apuntado por la generosa paga. No íbamos a poder con ellos, nuestro comandante lo sabía, nosotros lo sabíamos…pero no teníamos otra, teníamos que intentarlo…