Crónica de las Confesiones de un Admin

Day 1,528, 11:07 Published in Spain Spain by Espaugyl




Soy eEspañol, muy eEspañol, por eso lo escribo con mayúsculas, pero malvivo como Corresponsal de Guerra, por lo que he de hablar con todo tipo de gente para completar mis Crónicas y soñar con alguna remuneración que cubra mis dependencias etílicas y los honorarios de mis abogados. A veces, casi siempre, los platanazos en plena batalla y los Admins me impiden conversar, que es más sano correr y poner tierra de por medio cuando pasa esto, pero en raras ocasiones como esta algo pasa, eDios me sonríe, y mi ciega huida por una eEspaña en guerra me hace tropezar con una Crónica.



El Correcaminos, un mero aficionado a la hora de correr cuando tengo que huir de cualquier peligro, ya sea primate o Admin


Siempre en mi prudente línea de salvaguardar sobre todas las cosas a mi persona, me hallaba esperando a que acabase una de tantas batallas a buena distancia, sin saber muy bien si estaba en eEspaña o en eBrasil, porque según se ganaba un sitio se perdía otro y todo comenzaba otra vez en la región de al lado. Aburrido, con el estruendo de platanazos brasileños y disparos patrios de fondo, me dispuse a ver si había algún bar en la zona regentado por un inocente bisoño, algún recién llegado que aún no supiese de mí, y poder así dejar una abultada cuenta en whisky con la promesa de volver algún día entre el presente y el año 3.000 o 3500, que no soy puntilloso para poner límites a mis plazos para volver a pagar.


Encontré un bar de infame aspecto, con los estragos de la guerra marcados en su rótulo remodelado a platanazos, pero muy prometedor, porque de él salían en ese momento una marabunda de jóvenes reclutas, extrañamente uniformados con una camiseta blanca y unos logotipos, que se dirigían al frente conducidos por un par de veteranos que no apartaban la vista de sus calculadoras de golds por referer. Cuando entré me encontré con que el camarero tras la barra también llevaba la dicha camiseta, por lo que deduje que era tan nuevo como los demás que iban alegremente al frente de batalla.



Camiseta con la que se uniforman ahora los novatos en este extraño eMundo… debe ser alguna secta, que aquí hay de todo


Tras pedir un par de cervezas y unos whiskys, que si hay que dejar una buena cuenta pendiente no es cuestión de ir pidiendo poco a poco sin saber cuando se te conminará a pagar, vi que en el otro extremo de la barra, en la penumbra, en la semioscuridad polvorienta, un taciturno cliente contemplaba su jarra de cerveza vacía mientras era contemplado a su vez por docena y media de jarras también vacías desde la barra. Un escalofrío me recorrió la espalda. Con dolor de mi corazón, pues aún no había trasegado la mitad de las consumiciones que había pedido, lentamente me bajé del taburete y comencé a caminar hacia la puerta sin dar la espalda al beodo cliente, pues suele ser un fallo habitual en los meros aficionados el comenzar a correr perdiendo de vista el peligro.


-Herr Espau-Gyl, no huyas, no es necesario, acerrrrcate- me dijo el Admin de la GestapoeRepublik Hans, pues él era.

-Hay un par de errores en su afirmación, amable Admin- le contesté aún caminando de espaldas- pues no huyo, tan sólo voy a asomarme a ver si hay auroras boreales en esta época del año por estas latitides, y mi nombre no es Espaugyl, fui bautizado hace largos años como Argrob, servidor de usted y su santa madre.

-Buen intento, Herr Espau-Gyl, perro si no te sientas a mi lado tendrrré que llamar a Oto y Friedrich… y no sabes lo que les molesta que les interrumpan cuando están torrrturrando a alguien.

-Anda ya, pero si era una broma Hans ¿qué bebe? Invito yo- reaccioné resignándome a abandonar mi plan de huida y acomodándome en un taburete junto al infame Admin.

-Hoy bebo de todo, Herrr Espau-Gyl, nada tiene sentido en este eMundo. Me educarrron en el orden, en la planificación de todo en la evida, en vivirr conforrrme a un plan, a saberrr qué ropa tocaba cada día de la semana, en tenerrr la rropa interior en orden alfabético y la comida de la despensa ordenada por colores y calorrrías… pero ser Admin y disciplinar a ustedes, españoles, es superrrior a cualquierrr orrrrden, me alterran, me hace perrder los nerrvios, no se dejan borrar, resurrgen, dan… ¿cómo dicen en eEspaña? Dan mucho por culen. No hay forma de ayudar bien a mis amigos ebrasileños.

-Otra jarra de cerveza para mi amigo- le pedí al camarero con la esperanza de que entre frase y frase, que me importaban una mierda, terminase derrumbándose sobre la barra y yo pudiese establecer otro record de velocidad en la categoría de huida libre.

-Mirrra Herr Espau-Gyl, estos son mis padres- me dijo mientras casi se cae al sacar de su gabardina de cuero negro una cartera y abrirla para mostrarme unas fotos.

-A su madre le queda muy bien el sombrero negro ¿por qué lleva su padre ese uniforme con falda?- pregunté distraído y decepcionado por ver a Hans aún capaz de mantener el equilibrio.

-Idioten, el del sombrrerro es mi padrre, el de la falda es mi madre.

-Perdone, perdí las gafas en mi última huida, ahora que lo dice no hay ninguna duda de quién es quién- mentí descaradamente.

-Yo nací en eBrrrasil ¿lo sabía? Son buena gente los brasileños, sí señorrrr, los únicos, junto con eArgentina, que dierron cobijo a mis padrres y a otrros compañerros de trrabajo cuando cerrró la emprresa donde trrabajaban todos en su país natal.



Papá Admin Hans y Mamá Admin Hans poco antes de emigrar a eBrasil para formar familia


-Sí, sí, claro, cuando cerró la empresa ¡Camarero! ¡Dos jarras más para mi amigo! ¿De qué empresa me habla? ¿Todos los Admins son recolocados de una empresa que cerró?- pregunté picado por la curiosidad.

-Sí, Herrr Espau-Gyl, no hablan mucho de ello, perro crreo que erra una cadena de Campings, un tal Adolfo era el dueño. Trrabajaban mucho, trenes enteros de clientes llegaban todos los días, perrro un día Adolfo murió, la emprrresa fue cerrada y mis padrrres y otros muchos tuvieron que emigrrrar. Más o menos eso me han contado. Lo cierrrto es que en eBrasil y eArgentino fueron acogidos, les debemos todo, por eso los enemigos de mis amigos son mis cuñados… son mis vecinos… son mis enemigos- consiguió acabar Hans entre evidentes síntomas de no poder continuar mucho más.



Camping en el que trabajaban los padres de Hans antes de que cerrara a la muerte del dueño, un tal Adolfo, y tuviesen que emigrar a eBrasil


-Bellísimas personas los ebrasileños, no cabe duda, muchas veces no sé ni por qué no nos dejamos invadir ¡Camarero! ¡Tres jarras más de cerveza! Y por cierto- continué dándole conversación para calibrar si ya podía correr hacia la libertad- ¿Halesius qué pinta en esta empresa? ¿Por qué el Camping de Don Adolfo ya tenía la bandera del pollo sin cabeza?

-Es un secrreto- me contestó Hans tambaleándose, haciendo el gesto de guardar silencio y a punto de dejarse los dientes en la barra- perro te lo dirré, mi joven y apuesto Herr Espau-Gyl- me confesó sospechosamente cerca mientras se apoyaba o me manoseaba una pierna, que no estoy muy seguro si se le habían despertado sus insanos apatitos o simplemente se agarraba para no caerse.- Verrrás- continuó- Halesius es en verrrdad hijo del antiguo jefe de mis padrrres... asasdafgdfagfjkaghkfgaksfgakfhgsd.


Eso fue lo último que oí, porque el balbuceo final, dormirse y caerse del taburete fue todo uno, por lo que, en dos zancadas, llegué a la puerta mientras le gritaba al camarero: “¡Paga él!”. A los pocos segundos llegué a Extremadura, recién conquistada tras un ataque-rabieta presidencial, y me difuminé entre las huestes de recién llegados y sus extrañas camisetas.


Desde el frente, con una eEspaña cada vez más grande, se despide este Corresponsal de Guerra, deseando encontrar a Lantanique para aliviar tensiones, que ser confidente de un Admin borracho pone muy tenso.


Espaugyl