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Me llamo Xose

En estos últimos días como ha ocurrido otras veces, parece que todo se desmorona, que se ha colado la apatía y la desilusión en nuestros corazones, que aquello que hacíamos con tantas ansias se ha acabado para siempre. Como ya van varias veces ultimamente, me dan ganas de ir a miBerlín particular, recoger las colillas en el suelo y con la llegada de otro año más, dejar que los ciclos de la vida actúen como deben, unos vienen y otros se van, aunque los que se van sean más que los que llegan. Y es que es como cuando uno crea una casa con todas la fuerzas que tiene y viene un volcán, un terremoto o una grúa y la derriba, todo lo que tenías no son más que recuerdos, esfuerzos inútiles por mantener a flote un barco condenado al hundimiento, quizás desde hace demasiado tiempo.

Uno que no ha tenido una vida fácil, que sabe lo que es luchar para salir adelante, no es de rendirse en una evida de mentira que a veces tiene su parte de realidad, pues queriendo o sin querer, forma parte, más o menos importante de mi vida, al menos de un año y medio de ella. Da gana de decretar un golpe de estado, de mandarlo todo a un sitio innombrable o de provocar incendios de nieve. Da gana de decir que le den a todo, de tirar el tiempo gastado a la basura y hacer otra cosa, que seguro que es más productiva que perder el tiempo en un juego, pero algunos una y otra vez no lo hacemos, siempre con la esperanza de que alguna vez las cosas cambiarán, aunque en el fondo sabemos que eso no será así.

Los mejores momentos, allá en este viaje a los sueños polares me recorren, una primera evida fallida suficiente para meterme el gusanillo y para querer volver más tarde, aunque por edad pareciese que este no era mi sitio, y a veces uno se plantea el sentido de tantas horas aquí perdidas o quien sabe quizás ganadas, a veces aprendiendo cosas de mucha gente, de gente maravillosa a la que uno conoce a veces sin querer y otra a la que quisiera conocer. Por que si uno se queda es por ellos y no por ninguna otra razón. Incluso aquellos que se van o que se fueron y nunca han vuelto, que los perdí de vista a pesar de no olvidarlos.

Lo peor es que aunque quizás debiera, no soy capaz de decir adios, porque lo quiera o no, seguramente eso es lo que debiera haber hecho hace demasiado tiempo, pero creo que me da una pena inmensa cerrar y no volver a veros, quizás mejor dicho a leeros, a sentiros, a disfrutaros a ningun@ nunca más, porque lo que nos une al fin y al cabo es este sitio común y fuera de él seguramente ya nada será igual, porque aunque algunos digan que no, esto es perfectamente compatible con la vida real aunque a algunos se les haga complicado. Como cuando uno se va de Erasmus y vuelve a la vida real, es como si hubiera estado viviendo un sueño que nadie a su alrededor es capaz de entender y a veces con esto me siento igual, es como mi secreto que la gente a mi alrededor no conoce.

Cuando abandone labendita evida que será algún día, quizás no muy lejano ya, me llevaré conmigo mi carpeta llena de vuestros recortes de esta experiencia, de vuestras palabras, de vuestros ánimos, de vuestras gracias, de vuestra existencia aunque sea una existencia virtual, de un personaje, de una pose... aunque al fin y al cabo de muchos es lo único que conozco, aunque de otros me llevo algo más, pues tendrán un huequecito en mi corazón.

Me llamo Xose, no gali, ni galiza, ni galizalivre, soy alguien, una persona, quizás un eciudadano, me siento parte de esto y me encantaría que no muriese, aunque no sepa decir adiós y eso debiera hacer, aunque mis palabras se las lleve el viento y no le importen a nadie...


galizalivre


“Dedicado a todos los que nos han dejado y a todos los que seguís por aquí, especialmente a los que hemos tenido y tenemos algún “roce”, ya sabeis quienes sois, pero también para los que ni siquiera saben que existo.”