Capítulo I — Una nueva pluma ahogada en sangre
Zakk Bloodworth
-¡Más rápido, maldita sea! ¡Ese malnacido nos está alcanzando! -dijo Barriga Verde muy alterado-. ¡Más rápido he dicho, joder!
Los caballos se encontraban a galope tendido desde hacía ya tiempo, pero el carruaje era demasiado pesado como para alcanzar una mayor velocidad. El jinete trataba de estabilizar el vehículo sosteniendo con firmeza las riendas, pero las ruedas del coche botaban eventualmente contra el empedrado asfalto de los callejones, provocando que todo el vehículo se moviese con terrible violencia mientras surcaba la espesa niebla de la noche.
El rostro de Barriga estaba completamente ensangrentado. Había improvisado una gasa desgarrando una manga de su camisa para tratar de contener la hemorragia facial, pero el corte era demasiado profundo. Completamente angustiado, miró tras de sí para comprobar si todavía ese lunático le estaba siguiendo. Y estaba más cerca de lo que pensaba.
El jinete anónimo se encontraba a unos pocos metros de distancia de su objetivo móvil. Mientras galopaba, desenfundó su pistola y abrió fuego contra el carruaje, perforando las paredes, rompiendo los cristales. Si bien Barriga Verde se echó al suelo, una de las balas atravesó el vehículo y el cráneo del jinete, dejando a los caballos a su libre albedrío, provocando que comenzaran a galopar de manera desincronizada.
Para terminar con la persecución, el asesino lanzó un gancho con cuerda contra una de las ruedas del carro, que había atado al cuello del caballo. Al instante, el animal fue decapitado, pero su gaznate era lo suficientemente grueso como para lograr que el gancho dañara la rueda. La propia velocidad del vehículo, hizo el resto. La carroza perdió el control y ladeó contra el suelo, liberando a los caballos, que se perdieron en la noche.
Mareado y con terribles nauseas, el pánico se había apoderado de Barriga Verde, que trataba de mantener la consciencia ante tanta pérdida de sangre. Se incorporó como pudo, e hizo un terrible esfuerzo por salir del vehículo. Sacó la polvorera para cargar su arma, pero los nervios le jugaron una mala pasada y cayó en el interior del vehículo.
Las calles estaban dominadas por el frío y la lluvia. Con farolillo en mano, trató de ahuyentar a los demonios, cubriéndose de su propia sombra. Sin embargo, los muros iban a ser testigos mudos de un crimen que se iba a perpetrar en ese preciso instante, sordos del grito ahogado puñalada tras puñalada. Y entonces, se hizo el silencio.
Varias horas más tarde, se presentaron las autoridades del condado. Alatriste anotaba en su libreta cualquier información que pudiese ser relevante en el caso. Mientras tanto, el inspector Santangelo analizaba el cuerpo, que yacía sin vida en el suelo sobre una serie de símbolos incomprensibles:
-Si no fuese porque sabemos que se trata de Barriga Verde, sería irreconocible -dijo mientras sostenía una pluma de la víctima-. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un asesino en serie que parece querer acallar la prensa, estimado Alatriste.
-Primero Duhr, luego Corchuela, y ahora Barriga. Se han denunciado varios incendios aparentemente provocados en imprentas y editoriales. ¿A qué demonios nos estamos enfrentando, inspector? -respondió Alatriste.
-No lo sé -suspiro-. No lo sé. Pero me temo lo peor.
Comments
-nos enfrentamos a un gilipollas
tenia que haber terminado así el relato
Eso solo habría sido propio del inspector Tucan:
-Es un gilipollas, sudemos del asesino, que ya se le pasará.
Pinta realmente bien 😮 quedo pendiente de próximas entregas ~ ¡votado y endosado!
Tu eres de las que denuncias y te vas hacer la santa, si es que te digo, los hay con unas caras.
¿Te escuece? 😛.
Pillo palomitas
No hace falta... hay que reconocer que está mucho mejor que el de Il divo. Y eso es de agradecer.
No era en el sentido de esperar que llueva mierda sino de esperar la próxima parte de la película
Si comes sopa de letras y luego te entra la diarrea sacas algo mejor que lo de il divo.
Imagino que no lo dice por el salseo (porque no lo hay), sino porque le agradará la lectura. He usado la imagen de Barriga Verde porque me parece de una de las figuras más significativas, no por otra cosa.
No me gusta salir en prensa ni para bien ni para mal, el eperiodista no debe ser nunca el centro de la noticia y si lo es algo ha estado haciendo mal, asi que me apunto esta reflexión para ver qué he hecho mal estos días, quizás falta de una doblez suficiente, quizás...
Por otra parte y respetando la libertad creativa del autor para imaginar mi asesinato como bien tenga a hacerlo, fijémonos que en la censura de estos dias, después de tres chocpuntos mi artículo fue reeditado tres veces, y al final estuvo en el top argentino no dos dias sino casi cuatro, luego evidentemente la ficción no guarda paralelismo con mi actitud real. Es decir, si quien me persigue es la censura como asesino implacable yo no huyo, yo reedito, y al final he quedado vivo.
Otro recurso del autor digno de señalar, es situar a alatriste y el señor Duque como inspectores en búsqueda de quien es el censro...¿maquillaje?
Que yo recuerde aquí el inspector ha sido leogar, Dhur, Corchuela y adjolat, no he visto a ninguno de los dos que nombra poniendo pasta de su bolsillo para aumentar la prima por identificar al censor, en el paralelismo que usted utiliza el asesino, y tampoco he visto a los dos citados en su artículo solidarizandose con los censurados, es más, se puede apreciar en la realidad que más que defensores de la libertad de prensa, al menos uno de ellos va pidiendo a los escritores que si no le gusta un artículo borren la parte que no le gusta... Así pues, alabando que al menos este relativamente bien escrito, la ficción que usted presenta maquilla una realidad que es totalmente contraria a lo que usted relata.
Barriga Verde, es ficción.
Claro toda alegoría tiene una parte de ficción, pero no olvidemos además su elemento real, aquí lo real aparece alterado como un ejercicio de hábil proselitismo, y la ficcion es el modo de ocultarlo a simple vista.
Si te ha ofendido tu aparición, cambio el nombre, no me cuesta un pelo.
No me ofende ser asesinado en la ficción, simplemente señalo que los defensores de la libertad de expresión que ha tomado en su relato son los erróneos,
Creo que podemos decir de tu relato del Lolgreso, ¿no? Consejos vendo...
¿Que relato del congreso? Te refieres a la historia de amor ente il divo y teslta?
Si es a eso, yo lo llamé dramatización, no ficción, es decir era un relato hiperbólico de la realidad que veía. Creo que más de los que leyeron el texto lo entendían así, y veían lo mismo, por eso les hizo gracia.
Huevesito supera tu etapa de adolescente tardio que replica a todo sin razón aparente, molas un rato, pero luego acabas hablando solo encima de una mesa.
Totalmente contraria sí, yo soy el censurador.
Bueno.... Lo del inspector. Lo suyo es que no sea parte implicada.... Ahí vas errado.
Seguro q en el próximo capítulo aparece Bakunin para pillar al malo.
Sería lo logico y un acto de justicia, tu sí estabas interesado en quien era el censor.
De hecho me borró el artículo en el que pedíamos dábamos recompensa por él, y me puso eo bozal duarante todo el día.
Esperando nueva entrega, muy bueno Zakk
Si no sale Divo como protagonista no lo voto.
Me ha gustado esta historia. A la espera de que saques mas entregas. Muy bueno sigue asi
Nunca faltará quien critique, el diario de alguien que lo hace bien, sigue así, me ha gustado.
V
Oh dios, brutal, muy grande este señor, siga adelante con ello, me ha puesto los pelos de punta.
Menos mal que esta vez no he puesto ninguna puta palabra malsonante en el comentario, no vaya a ser que me lo censuren otra jodida vez porque a alguien con capacidades mentales reducidas y una autoestima muy baja se le ponga en la cabeza la idea de NECESITO CENSURAR PLS, QUIERO SENTIRME IMPORTANTE.
Bueno eso, que aqui esperando a que saque algun otro articulo jugoson caballero.
No lo voto porque es tuyo.