Mejor hablar de ciertas cosas

Day 1,747, 11:49 Published in Argentina Argentina by Sofia III

Pasado el silencio y el estupor hablemos de esto como parte de un todo lamentablemente cada vez más generalizado.

Por supuesto que en un caso así nada se puede hacer, que un hecho tan impensable es irreparable, inevitable. Hemos quedado de cara ante una injusticia pura, no hay culpables, sólo víctimas vaya dios a saber de que circunstancias.

Del otro lado del vidrio de nuestros monitores tenemos acceso a territorios de distancias incalculables, pero ante todo tenemos acceso a otro ser humano, con sus virtudes, defectos y circunstancias.

Muchas de esas virtudes y defectos nos hablan claramente de sus circunstancias si tan solo ponemos un poquito de atención entre tanto enajenamiento.

La mayoría de nosotros entra a este juego a distraerse de una realidad cada vez más estresante y es muy válido y muy sano, indpendientemente de cuan parecido a la realidad se vuelve esto con el tiempo suficiente como para notarlo, esto no impide o no es regla del juego dejar de ser un individio de carne y hueso.

No sé cuántas veces ya me embraqué en la cruzada contra los molinos de viento pidiendo, de buenas y malas maneras, a los más adultos en este espacio y el foro nacional que de vez en cuando frenemos la pelota en mitad de la cancha cuando nos hallamos frente a un chico que da muestras de una violencia fuera de control y en lugar de sumarnos a la orda desbordada que lo quiere aleccionar con demasiadas cucharadas de su medicina tratemos de conversar con él o ella, de darle un espacio ascéptico con un desconocido que está dispuesta a escuchar las razones que mueven su conducta.

Ni una sola persona en el mundo, blanca, negra, amarilla, roja, azul o verde, nace violenta, la violencia crece en cada cual a través de la suma de las vivencias, los rencores por dolores acumulados, llegando a desarrollar resentimientos que luego no se pueden identificar como algo ajeno a si mismo pudiendo ser su límite la pérdida absoluta de la realidad tal como la convenimos.

Si además de padecer una persona un entorno desfavorable, por los motivos que fueren, males físicos como enfermedades, males psicológicos como casos de violencia doméstica, además se encuentran con la ignorancia absoluta del prójimo que ni siquiera tiene ganas de escuchar sus mambos porque son deprimentes y "Queremos divertirnos loco que bajón el pibe éste que se haga tratar", "Compráte una vida", "Attention whore", "Fail" y demás frases de carentes de sensibilidad, entonces el mundo para esa persona se vuelve una mierda de la que no hay hacia dónde escapar.

Muchos creeran que una golondrina no hace verano, pero no estamos hablando de una estación climática, si tan solo probaran más a menudo el valor de una palabra a tiempo, un hombro confortable o simplemente unos ojos atentos con las mejores intenciones de tan solo acompañar un ratito el mal momento de un compañero de juego, independientemente de para que equipo patea, podrían ver por ustedes mismos que enorme diferencia puede lograrse.

Y lo digo yo que en este espacio he hallado seres maravillosos que supieron acompañarme desde distancias variadas e imposibles físicamente en momentos muy especiales logrando concretamente una mejora trascendetal en mi vida real.

Dos cosas deseo el día después del shock, que este chico sea feliz en la próxima y que los que quedamos aprendamos a pensar dos veces o contar hasta 10 antes de insultar a otros, se puede jugar a la guerra sin imitar las miserias tan realísticamente en un espacio virtual.

Para cerrar un artículo que ha de ser un embole para muchos, no puedo dejar de decir lo que desde ayer me atormenta: El tercer chico, el que escuchó los dos disparos previos y supo quien gatillaba.