Día de espectáculo

Day 3,726, 06:57 Published in Spain Cuba by Squanchy

Es día de espectáculo. Debiera ser un día de júbilo, pero no saben hacer espectáculos. Es una verdadera pena, porque este país, si algo tiene, es capacidad para saber y para hacer reír, de todo, sin importar cuánto, de uno mismo, del amigo,...Pero cuando les toca a ellos...Creo que ahí comenzó todo.

Actualmente, una vez cada quince días se celebra un espectáculo, el mismo, en todas las ciudades del país. Lo coordina el Centro Nacional para la diversión. Todos los ciudadanos tenemos que ir. Lo normal es que nos llegue la entrada 3 días antes, junto a un sobre donde se explique en qué consiste, una obra de teatro; normalmente de lo mal que estaba el mundo antes de su llegada; Algún gran momento, según ellos, de su gobierno o una escena familiar de alguna acción incorrecta para ellos protagonizado por un personaje al cual le pasan cosas malas por incumplir las normas.

Por ejemplo, hoy veremos al señor Rufián, que se dedica a copiar libros históricos antiguos, actualmente prohibidos, y venderlos en el mercado negro. Supongo que al final negociará con alguien que no es de fiar y acabará apuñalado en una esquina. Lo puedo saber, porque en la nota que nos pasan cuentan todo, final incluido, pero, aunque sea una basura, es la única que veremos, por lo que mejor darle emoción al asunto. También nos ofrecen más cosas, de vez en cuando ofrecen conciertos de la música autorizada, nada de esas salvajadas que se escuchaban antes.

Pero bueno, vamos allá, lo primero es ponerse el traje, con el pañuelo verde siempre en el bolsillo derecho, el cual hay que agitar al terminar la obra como signo de aprobación. Quizá si no hubiese siempre una fila de señores de gris frente a la grada seríamos más libres de sacar o no el pañuelo.


En 5 minutos comienza el espectáculo, todos estamos ya sentados, no hay ni una butaca vacía. El espectáculo va a comenzar.

Ahí comienza. La primera sorpresa, al salir el actor protagonista, Sr. Rufían. Resulta que es Marcos Montenegro, un gran actor de la década pasada, vaya donde ha acabado. Pero bueno, yo debería callarme. Sí, querido lector, yo también formaba parte del mundo del espectáculo, guionista y escritor, me llamaron múltiples veces de Hollywood, por desgracia, cuando llegó el golpe, me pilló aquí. Y nunca pude salir. Desde entonces, no me han llamado. Quizá no sepan que estoy aquí (Aunque dudo que haya algo que no sepan), porque viendo mi historial, si supieran donde estoy me mandarían a prisión.

Pero esta historia no va sobre mí, sigamos viendo el espectáculo...

De repente, suena un estruendo, y se para la obra. Salen los hombres de gris armados hasta las cejas hacia el exterior, mientras no cesan los disparos. Pero desde la grada oeste, alguien tira una serie de bombas de humo. Todo se oscurece y la grada se tira al suelo sin excepción. Se recrudecen los disparos, mientras alguien me agarra del brazo y me saca de ahí. Son ellos, alguien me ha delatado, y yo no he hecho nada.



Cuando vuelvo a recuperar la consciencia, una voz me habla en una sala, donde me encuentro sentado en una de ellas, junto a una mesa redonda. presidiendo, una silla naranja, tan brillante como esas naranjas pulidas en cera. Me dice la voz:

“Hace unos días recibista la carta. Te dijimos que el momento llegaría y como ves, ha llegado, este país no volverá a teñirse de gris. Y tú volverás a jugar un papel protagonista en esto...”