"La loca de los gatos"

Day 1,653, 13:44 Published in Argentina Argentina by Sofia III


DIÁLOGOS DE DIVÁN
(Apología de una locura)

- No...

No, no...

¿A ver?...

No!, definitivamente no. Una fecha precisa, día, mes, año, no recuerdo. O no me viene a la mente con claridad en estos momentos, debería en lugar de ello, y con exactitud...

¡Sí, sí, por supuesto!; con total exactitud...

Detallar el suceso de los acontecimientos, que en definitiva...

¿No?, Digo...Es lo importante.

Estimaciones más, estimaciones menos, podría, eso en honor de mi prodigiosa memoria, ubicar los hechos dentro de un lapso temporal determinado.

Pero...

Usted verá; Observándolo minuciosamente, sería faltar el respeto a la verdad, porque:

En primer lugar: Esto no se trata de una situación consumada; ¿Se entiende?. Y esto debo dejarlo muy en claro: ¡Bajo ninguna circunstancia y desde ningún punto de vista, entiéndalo o no, estoy disponible a dar por terminada toda esta historia!...

Mi historia!...

Sepa usted, le pido por favor, pasar por alto si en algún momento me exalto demasiado en demostrar mi posición, pero sé que sabrá comprender en el transcurso de mi relato que, ante todo, venero yo con, podría aceptar que demasiada reverencia abnegada, la libertad de pensamiento.

Bueno, aclarado esto.

Como le iba diciendo. En segundo lugar:Tengo que disculparme de nuevo porque voy a dejar en suspenso la comprensión total de este punto también; Quedará sujeta, por razones éticas, al análisis posterior del conjunto mi narración...

En fin!

Decía que en segundo (Y último lugar): Acotar los acontecimientos a un lapso determinado no haría justicia plena a una cronología que, por demás, trasciende la barrera de cualquier medición numérica en la cual podríase encasillar lo transcurrido.

Diez minutos son diez minutos, bajo todo punto de vista, no crea que no lo sé...

Ay si lo sabre!...

Pero...

Qué diez minutos pueden pasar a veces!, tómelo como quiera, pero ya verá que estoy en lo cierto.¡Bien!. Veo que me estoy yendo por las ramas, es una mala costumbre de mi parte, no es fácil de superar, ¿Quién no se cuelga de mil lianas mentales? el que diga lo contrario miente...

Ok!, ¡Sin más rodeos que el tiempo es oro!

Dicen, aunque dicen tantas...

A los hechos me remito: Verá...

¿A ver?...

¿Cómo comenzar?

Creo que como breve introducción, y esto solo para enmarcar la fluidez natural de mi experiencia en un antes y un después de la misma, si bien me es difícil definirlo, porque todas las cosas tienen un antes y un después, pero desde el después están fundidas. ¿Me entiende?, se pierde de vista la línea divisoria, se sabe que hubo un antes, seguramente, por lógica general debe haberlo habido, ¿no?.

Bfffffffffffff!

Digamos que mi vida hasta aquel momento, del cual no ubicar el cuándo no le desviste de su cualidad temporal, obvio, ¿?, sabía ser una vida...

Común...

Fíjese usted que no utilicé el término normal; Dije común, porque sé muy bien en qué derivan estos temas.

Sí, sí. !Si lo sabré!.Acá estoy, ¿Verdad?.

Una vida rutinaria, sin demasiados imprevistos. Monótona no. No, no. Eso no, rutinaria. A secas.Entendiendo una rutina como a un hecho más o menos repetitivo en términos periódicos, lo que no significa que rutina para mí, deba ser ineludiblemente lo mismo para usted.

Y viceversa, por supuesto.


En mi caso: Un matrimonio bien concebido, sin felicidades extremas ni arrepentimientos, con amor, con respeto, con un transcurrir cotidiano y sereno.Hijos, chiquitos, dos, nena y varón, siete y ocho respectivamente; perro; gato; casa, bueno, departamento; familiares metidos. Típicos, nada fuera de lo común; Amigos, pocos pero considerablemente leales, buenos amigos podría decir; Vecinos molestos (¿Cuándo no?); Buena música, a mi entender, ¡claro!; Cuadros baratos de gran autor, de lámina ¿Vio?; Un nivel cultural medianamente considerable, a vista de la mayoría, que no es lo mismo que mi entender ya que estamos confesando clínicamente, es gracioso como han cambiado las sotanas por los divanes y sin embargo todo sigue igual. O peor, no es el tema, me centro, me centro. Y una economía... Inestable diría, por la crisis actual que carcome día a día la clase media alta venida a menos a la que pertenezco.

A grandes rasgos: Nada fuera de lo común, una vida fácil de armar con estas piezas, como cualquiera. Hablando, valga la redundancia, del afuera.

Pero adentro. ¡Ay!, muy dentro, ¿cómo le explico?...

En la intimidad más hermética a la que pueda hacer referencia, ¿Un Tuperware biológico?.

Dentro de mí; Un grito silencioso. Apasionado, constante, inagotable, desesperado por escapar de la mediocridad que me rodea.Un grito que corre por mis venas para suicidarse como un Kamikaze del destino en mi corazón y renacer como el Fénix de sus cenizas en mis pensamientos.¡Así!, a mil voces que hablan con una sola voz: La mía. Siempre. Susurrándole a los oídos tácitos de mi conciencia todo el tiempo: ¿Porqué?, ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Para qué?...

Y, alguna vez en los principios, en mi inexperiencia me he preguntado tambien ¿Cuándo?.

¡Qué ingenuidad!, el tiempo responde con más tiempo, y tiempo al tiempo, como bien dicen, ese sabio maestro que adoctrina a fuerza de esperar a la impaciencia, me enseñó que esa pregunta es una trampa para todas las respuestas.

Los espejos me devolvían, hacía rato ya, la imagen de la madurez que supe conseguir con el transcurrir de los años, pero ese ermitaño que nos habita, y no se refleja en ningún sitio del afuera, me recordaba sin pausa la avidez infantil que jamás me había abandonado.

¿Acaso podría alguien no comprender lo que estoy diciendo?. ¿No pasa usted por esto a cada minuto?. No, claro, no es usted quien tiene que contestarme, yo soy quien está aquí, ahora; Mi historia es la que está en tela de juicio. Perdóneme. No lo pude evitar, prosigo: La vida, o mejor dicho mi vida, la vida común que he llevado, no supo responder a mis preguntas, sólo me obligó a silenciarlas, cuestión de imagen, ¿Qué va’ cer?.

Sintetizando mi entendimiento de su supuesta enseñanza, podría decir que dicen que dice, y con soberbia autoridad, que cuestionandolos, los hechos se pierden de vista en el entendimiento; Y créame que no sé aún si estoy muy de acuerdo.Sin pretender quitar veracidad a las palabras que, entre paréntesis, no me atrevería, no me alcanza tal explicación para calmar el instinto de curiosidad que todo me genera.

Nunca me alcanzó y no sé si me acostumbraré a vivir con esto o ya me acostumbré y ni siquiera me di cuenta.

Sin ir más lejos: hablemos de un caramelo. Un simple, sabroso y reconfortante caramelo en mi boca. ¿Debería comerlo y nada más?, ¿Y cuando se termina que?. No, no, no es así para mi, un caramelo en la boca es toda una aventura en mi pensamiento: ¿Porqué el dulce es dulce?, ¿Qué endulza al dulce?, ¿Cómo es que el dulce se desea prolongar en nuestro paladar y no el picante?, ¿Dónde está el secreto más escencial del dulce?, ¿Para qué existe el dulce? .

No veo que los hechos se pierdan, no olvido al caramelo en mi boca buceando en mi cerebro, toda mi consciencia está a solas con el caramelo. Hay una comunión íntima entre mi caramelo y yo, nunca un caramelo puede tener más sabor que a la luz de mi entendimiento, ni más atención de mi parte que a la sombra de mis dudas.

Los hechos podrán ser simples. Evidentemente yo no. No puedo, no quiero y no sé siquiera si deba. ¿Qué tendría que hacer al respecto?. ¿Limitarme tan solo a atestiguar inmóvil el suceder de los acontecimientos?. ¿Anular estos sentimientos?. Porque son sentimientos, reales y profundos sentimientos, ¿Transcurrir con la vida a mi alrededor sin sentirla en mis cuestionamientos?. Yo sólo quiero ser parte del proceso, entenderlo para entenderme. ¿Me entiende?.

Y como el caramelo, todo lo demás, todo lo que atraiga un instante mi atención es suficiente...

La luz, el perfume de una flor, una hormiga, las hojas de un árbol, los colores, la miga del pan cuando se moja, el reflejo en los espejos, un estornudo, la lluvia...

Y primero es la lluvia en general, pero luego, a fuerza de no dejarla de simple fondo de una acogedora velada o arrebatadora de planes, luego son las gotas en su cercanía, más tarde algunas gotas al azar y con dedicada observación, el tiempo te trae a la vista una gota en particular. Una que desafía la imponente cortina en dirección contraria...

!Ay, esa gota!. ¡Esa es la gota que faltaba!. ¡Esa gota es la prueba del poder de la ignorancia!. Pero...

¿Quién ignora?. ¿La gota? o ¿La lluvia toda?.

Sostuve todo esto en silencio, y apenas si me tildaban de rareza, decían que me distraía con facilidad. ¡Qué bárbaro!...

Distraída me creen.

Por eso callo demasiado o hablo y no digo nada en realidad. El silencio me lleva siempre al mismo lugar: El punto de partida, como caminado en círculos.¿Tan loco puede parecer algo tan común?, repito, dije común, no normal.

¿Locura?, con qué laxitud verbal se utiliza esa palabrita...

Un caramelo...

La lluvia...

Pueden ser la aventura de toda una noche que de otra forma pasaría como una más, sin demasiada trascendencia, pero ¿Cree realmente que todo queda ahí?, ¿Puede usted imaginarse lo que sucede cuándo en vez del caramelo, la vida?, ¿Cuándo no la lluvia, la muerte?...

Entonces me dije: ¡Basta! Al diablo con la vida!; no me mal interprete, no me refiero al suicidio no. Sería capaz de morir de amor por la vida, pero no estamos hablando de eso aqui, ahora; Era una expresion que remitia a que si los hechos se pierden en el entendimiento, me perderé con ellos, después de todo, ¿De qué se trata sino?.

No podía seguir en silencio, alguien quizá podría contestarme, siempre y cuando me escuchase primero, ¿No es lógico?.

En un primer momento y, como para conservar cierto halo de intimidad, aunque debería decirle que un poco del "qué dirán" había, comencé a cuestionar en voz alta en el calor de mi hogar.

Mis hijos festejaban la novedad y se divertían con mis preguntas, claro que no podían contestarlas, pero en el silencio de respuestas de las risas, compartíamos algo profundo, muy profundo, la necesidad de conocer, irresponsablemente quizá, lo admito. El mundo que nos rodea y la ingenuidad de estar seguros de lograrlo algún día.

Mi pareja...

Pobre mi pareja!...

Se preocupa por mi...

Quizá no estaría hablando con usted de no ser por su ayuda, rarezas del tiempo anticipado, pero. ¡Qué se yo!, si tan sólo hubiese sido más sutil integrando gradualmente mi actitud frente a las cosas.

Imagínese, la novedad siempre descoloca, a golpe de vista agrada, todo cambio es bienvenido a romper la rutina, pero la cotidianeidad sostenida en un monólogo de preguntas que, amén de no saber las respuesta, ni siquiera interesan, supera a cualquiera, oiga.

¿La familia?, ¡No! La familia ni hablar!, no la tomé en ningún momento en cuenta, colmaba su escasa paciencia ya cuando alzaba apenas a un metro del piso mi cabeza...

Segundas partes nunca fueron buenas.

Los amigos intentaron por un tiempo, inclusive contestaban, a veces con preguntas, a veces con respuestas, mi capacidad mental era reconocidamente aguda, pero mis dudas me pusieron, a su entender, en evidencia.

Y fue así, ¿Qué me quedaba por hacer?. Todo me empujó casi sin salida a hacerme de nuevas compañías, amistades que compartieran mi naturaleza...

En los inicios de nuestras reuniones nocturnas fuimos pocos, incluso por veces, dos a solas, pero cada cual traía otro miembro al grupo y los debates se volvían a su vez enriquecedoras experiencias.

Por traer a colación alguno de mis innumerables compañeros de velada, recuerdo en particular a uno, que no se mostró muy amigable de comienzo; entró en mi casa vociferando al sol, imagínese tamaño personaje:

-"¿Que sería de tu felicidad si te faltasen aquellos a quienes iluminas?".

Aún así, no me diga que la ironía no es buena, por eso, y a pesar de su soberbia, mostraba tanta sabiduría en sus discursos que, soportando su insolencia, lo invité a volver cuando quisiera.
A menudo a solas, o entre varios invitados para que medien nuestras diferencias, cuando mi humor no se encontraba a la altura de sus exigencias.

-"¿A quien hablar cuando nadie tiene mis oídos?"-, descolgaba con fiereza si se veía incomprendido, algunos a favor, otros en contra. ¡Qué más da!, las polémicas fuertes eran objeto de nuestras reuniones aún en su ausencia.

Esto era precisamente lo que yo necesitaba, algunas noches despuntaba el alba y lo ánimos no agotaban, las palabras se disparaban solas, con la velocidad de la distancia, hacían blanco contra todo sin medir la responsabilidad del habla, la agitación corría por las venas y el pensamiento se hacía carne en quien lo escuchara.

Sublime, sublime como pocas cosas he vivido, siento orgullo de mis amistades, casi como propio; Que nos califiquen de hedonistas, vanidosos, no hará ninguna diferencia, no es así y yo lo sé, ¿Qué daño hacemos en juntarnos?, ¿Qué pueden tener de malo mis reuniones?...

Si bien las recuerdo a todas y cada una de ellas, para no extenderme en el tiempo que me toca y dejar en claro cuánto me enamoró poder hacerlas, podría citarle una, que sin ser la más concurrida ni extendida de todas, creo que confirma en su argumento aquello de que "El corazón tiene razones que la razón no entiende", una pequeña parte es suficiente, y es ésta:

-"La vida es un cuento lleno de miedo y de furia, contado por un idiota, y que nada significa."
-"Todo se ha vuelto más pequeño".
-"Dicen que la muerte embellece a los que hiere, pero en general es la vida la que los perjudicaba."
-"Pero el pensamiento es esclavo de la vida, la vida es un pelele en manos del tiempo, y el tiempo que a todo el mundo inspecciona, debe tener una parada."
-"Vivimos hacia delante, pero entendemos las cosas hacia atrás."
-"Apenas una hora por venir se convierte en presente, se despoja de sus encantos, para recobrarlos, si nuestra alma es algo amplia y en perspectivas bien practicadas, cuando la hayamos dejado atrás en los caminos de la memoria."
-"El recuerdo es una manera de reencuentro"
- "El presente como comunión del pasado y del futuro, es el descanso del tiempo, la vida se ajusticia en esto".
-"¿Cómo perder la fe en la justicia de la vida, si los sueños de quienes duermen sobre plumas, no son más hermosos de los sueños de quienes duermen sobre la tierra?."
-"Mi pesadilla es siempre el optimismo,
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda, es un abismo,
no me lo digan cuando me despierte."
-"... y en la vida, en conclusión,
todos sueñan lo que son
aunque ninguno lo entiende.
Que el mayor bien es pequeño,
pues toda la vida es sueño
y los sueños, sueños son."


¡Tantas noches conversé en desvelo con ellos!. Tantas seguiré haciéndolo, por la cálida intimidad de mi habitación pasaron todos y cada uno de ellos: Shakespeare, Nietszche, Proust, Kierkegaard, Gibran, Benedetti, Calderón y otros, y otros, y otros seguirán viniendo, aunque digan que no es cierto.

Ellos me visitan, yo lo sé, aunque pocos quieran creerlo, son tan reales como usted y yo, nada más, ni nada menos.Si estoy aquí, contando todo esto, no es porque tenga intenciones de dejar de hacerlo, no, todo lo contrario.

¿No lo ve?, lo sigo haciendo; "Quien avisa no traiciona", y yo lo he hecho.

La mayoria de quienes me rodean y me quieren, como pueden por supuesto, se preocupan de mis actos, creen que por mí, pero no es cierto, dicen que no estoy bien, que no tengo los pies sobre la tierra, que le falta cordura a mi pensamiento.

¿Alguna vez analizó usted los términos?

¿Considera el hecho de estar cuerdo?

¿Cordura no deriva de cuerda?, ¿Las cuerdas no están hechas para atar?, ¿A eso le llaman tener los pies sobre la tierra?, ¿Estar atado a ella?, ¿Qué sería lo contrario?, ¿Volar?, ¿Volar no es metáfora de ser libre?, ¿Ser libre no significa prescindir de cualquier atadura?, ¿La falta de libertad no es un impedimento?, ¿Estar impedido no es como estar enfermo?, ¿Qué lo cura?

¡Que locura!.

Yo me quedo entonces con mi vuelo, mis amigos me acompañan cada vez que quiero y es una ceremonia de la libertad la que se celebra en cada encuentro, aunque me encerraran de por vida por hacerlo.

Y no veo nada raro en esto, es común el hecho, fíjese usted que no utilicé el término normal; Dije común, porque sé muy bien en qué derivan estos temas.

Sí, sí...

!Si lo sabré!...

En fin, acá estoy ¿no?.

¡Eso es todo!. Ahora lo dejo a su criterio, por mi parte nada más, estoy en sus manos, no cabe duda de eso. Usted es mi esperanza, el único analista en quien yo creo, ¿Puede comprenderlo?; Acaso, ¿No es notable el parecido?, es a Usted a quien le hablo, donde quiera que usted me haya invitado a hacerlo, y un último favor: ¡No vaya a cometer el error de preguntarme cuándo, mi querido amigo y buen lector!.

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