Fuerza y poder en la Historia

Day 820, 19:16 Published in Paraguay Spain by Martu

Resulta obvio describir los distintos ámbitos dónde cada vez se encuentra más presente la mujer. Si bien no en todas las sociedades ha experimentado similar avance sí comienza a despertar las conciencias de unos y los miedos de muchos otros. Hemos transformado antiguas mentalidades gracias a la presión y activismo de los movimientos de mujeres cuya brecha de salida empezó con el movimiento sufragista de comienzos de siglo. Pero sin duda, los logros conseguidos han sido producto de la misma constante que nos une a todas: nuestra fuerza.

Aprovechando, me gustaría describir el poder y trascendencia de varios movimientos que significaron y significan algo para la historia y cómo sus vidas y por lo que luchan debería estar presente a modo de ejemplo y emblema para futuras generaciones.

Durante la Guerra Civil Española, un grupo de mujeres anarquistas se organizaron en milicias en contra de las tropas nacionales. Más de seis décadas después sus vidas se inmortalizaron en una película bajo el título de Libertarias. Es sorprendente cómo el papel de la mujer iba tomando un giro radical, de qué manera su valentía y entusiasmo contagiara a tantas otras en una época de tensos cambios políticos. Todas ellas fueron mujeres del movimiento anarquista femenino que luchaban en el sindicato anarquista (CNT) por el derecho a la educación y la cultura, los derechos de la clase trabajadora o la emancipación de la mujer. A ellas debemos ser quien somos como mujeres, por ellas tenemos el derecho a hablar, a expresarnos, a decidir, a votar, a luchar, a vivir. Granitos de arena que un día conformaron la playa que plácidamente habitamos.

Años más tarde a mediados de los 70 otro movimiento de mujeres vuelve a tomar la iniciativa a favor, esta vez, de los derechos de sus hijos desaparecidos. Las madres de la Plaza de Mayo son para Argentina una bocanada de aire fresco, un no quedarse calladas, un romper el silencio. Por amor a sus hijos desafiaron el poder impuesto convirtiéndose en un grupo de presión y fuerza llegando a conformarse en abanderadas de la justicia social, del derecho a conocer, a saber qué les ocurrió a sus hijos. Con el paso del tiempo y gracias a su constante ímpetu y persistencia incorporaron a los padres, los hermanos, las esposas y los hijos de los desaparecidos en su marcha alrededor de la Pirámide de Mayo de Buenos Aires.


La década de los 80 nos dejó de nuevo en España el ejemplo de lucha de una mujer llamada Carmen Avendaño. Esta lideró la batalla de un grupo de madres de toxicómanos por el derecho a la justicia de la que impunemente se beneficiaban los narcotraficantes gallegos. Dichas mujeres emprendieron una larga contienda contra los intocables de la droga, contra los narcos de la comarca de Aurosa. Y ninguna manera mejor de combatir esa injusticia que la repulsa directa hacia el culpable de un negocio que mataba a miles de jóvenes. Las manifestaciones de las madres en el Pazo de Bayón (antiguo hogar del principal narcotraficante Laureano Oubiña) fomentaron el espíritu de justicia y libertad ayudando a concienciar a la sociedad gallega y española en general.

Pero no podríamos hablar de fortaleza femenina sin mencionar a las mujeres que aún hoy siguen padeciendo la incomprensión, abandono y violencia por pertenecer a una religión que las obliga al sometimiento y al silencio. Las mujeres islamistas han sabido encontrar poco a poco su lugar de acción y de denuncia sin la conformidad de las instituciones, gobiernos y de espaldas a sus familias. Tal es el caso de la diputada de origen somalí Ayaan Hirsi Ali que a través de su escaño político y de muchos escritos recoge su denuncia de la situación de la mujer musulmana y del Islam en general.A raíz de la oleada de asesinatos y actos terroristas en Europa en 2004 hubo quienes apelaron a la libertad y denunciaron la situación de postración y sometimiento de las mujeres bajo el Islam. El resultado fue el asesinato del cineasta holandés Theo Van Gogh que con su película “Sometimiento” abrió la brecha que durante años parecía apagada.

De igual forma llama la atención los esfuerzos realizados por las mujeres palestinas en su afán por el reconocimiento de la igualdad y la justicia. Siempre he pensado que los hombres son los encargados de hacer la guerra y las mujeres de padecerla, de no ser así no podría entenderse la labor de organizaciones como Bat Shalom. En esta organización feminista, pero ante todo, pacifista trabajan juntas mujeres palestinas e israelíes.Como rezan sus objetivos, buscan una paz justa en Israel y sus vecinos árabes lo que incluye el reconocimiento de un estado palestino junto a Israel. También existen otras organizaciones en la zona como The Jerusalem Center for Women, de igual contenido pacifista en su lucha por la consecución de una paz real y una cultura de cooperación entre el pueblo palestino y el israelí.

Por último, me gustaría mencionar y dedicar de forma muy especial este artículo a todas las mujeres ...