El respeto y tal, Pascual

Day 1,934, 13:59 Published in Spain Spain by Stalinsito



- Que sí, Pascual, lo que yo te diga. Que no tienen respeto.

Y doy otra calada a mi puro. Habano, revolucionario, como debe de ser. Sobreviene la tos al tiempo que recuerdo que estas cosas, de joven bien, pero a mi edad… Qué pensarán de mí, me digo, los viejos camaradas. Que soy un cagao. Qué van a pensar.

- Pues el programa de anoche se defendió bien. ¿No lo oíste?
- Lo intenté. Pero dejaba sordo el departe.
- Pues está interesante el debate.
- Joder, Pascual. Si se me agrió el carácter hasta a mí. Que ya sabes tú cómo soy.
- Pues insisto que estuvo muy bien, toda la razón con el tema aquel. Que sabrá el otro si la una es verdulera, carnicera o reportera del magazine.

De aquí no puede pasar. Es Pascual, me digo. Sus tiempos no son los míos. Los tiempos cambian verdades, pensamientos, actitudes… qué digo, si en eRepublik el tiempo hasta ha cambiado a algunos de sexo. Qué no habré visto yo.

- Esto antes no pasaba, Pascual. Que te lo digo yo. Que antes se tenía respeto, antes se interpretaba más, y se ganaba menos.
- Pero qué dices. No me hables de cuando erais veinte, que ahora somos doscientos.
Doscientos y damos para medio cerebro, pienso. Que si lo digo en alto, vilipendiado termino, y es poco.
- Que no te sigo. No me vengas con batallitas de abuelo, que el juego está jodido desde que entré.
- ¿Qué no me sigues? ¿Tú has oído hablar de cortijos?
- Sí. Hay dos. El de Radio Enigma y el del Foro Unificado. Ahora están a palos.
- Pues es todo inventado.

Ahora es cuando se le queda la cara de agilipollao. Se ha perdido, de ésta no se recompone. Parece tratar de devolver el mazazo.

- No me seas gilipollas. Que vaya si se tiran mierda. Si eso es falso, que baje Varnish y lo vea.
- Que no. Que no me sigues.
- Pues explícate. No jodas más, carajo.
- Que todo esto antes era más humano.
- Pues buenos estamos. Todos a hablar de la vida real y sus asuntos.
- Pues no, ni por asomo lejano. Que ahora todos van a llenarse su saco.
- Hombre. A ver si se van a tener que preocupar por los demás.
- Y cuando falta, a mermar el del otro.
- Que no. No seas tan duro que los que se las llevan son pocos, y los tenemos fichados.

Ha caído. No en mi juego, sino en el de los Otros. Los que aprendieron a no jugar, o los que les enseñaron a no hacerlo.

- Sí, fichados por el ojeador tuerto. Que además, si tiene pecado, y suele ser pecador sincero, es manco del brazo izquierdo.
- Lo que me faltaba, ahora se me pone metafórico. A ver, explícate. Porque te has ido de lo humano al saco, que pareciera que hablases de la mortaja.
- Mortaja en la que envolvimos a esta eSociedad.
- Qué mal te expresas, jodido.
- Son muchas ideas. Y el orden no es lo mío. Vamos a ver. Aquí somos jugadores, ¿hasta aquí de acuerdo?
- Hombre, pues como si me dices que dos y dos son cuatro. De acuerdo.
- Pues, joder, Pascual, un jugador tiene dos cosas: que es una persona y que juega a un juego.
- No contravendré yo a los maestros de la lengua.
- Y si no conozco a una persona y yo qué voy a tener que decir de que juegue a un juego. ¿Qué interacción tenemos?
- Pues ninguna, que es obvio.
- ¿Y cómo es eRepublik un juego social?
- Pues porque somos muchos jugadores.
- Pues ni de coña. eRepublik es un juego social porque somos ciudadanos.

Ahora parece descolocado de nuevo. Tendrá muy arraigado que él viene aquí a jugar a lo suyo, y los demás estás de acompañamiento.

- Bueno, ¿y entonces? ¿Qué interacción quieres entre ciudadanos? Pues uno le muerde una mano, y el otro le arrea con el zapato.
- Y eso es lo más normal y lo sano. Pero al ciudadano. ¿Qué es, amigo, el ciudadano?
- Pues la persona que juega.
- Pues ya la hemos cagado. El ciudadano es la personalidad que crea el jugador en el juego. Es los pensamientos que le da, la historia que le quiere poner y el roleo que se le ocurra.
- Pues vale. Pero si tú eres un azulón ahí fuera, aquí no irás a hacerte de los del enano.
- ¿Y por qué no? ¿No ha hecho Nicolas Cage de bueno y de malo?
- Pues si ya empiezas diciendo qué es bueno, y qué es malo…
- Porque mi personaje es moralista, aunque lo oculte, que también es sano.

Pese a que sigue sin entrar en razón, una chispa parece cruzar los ojos. Un segundo de clarividencia. Tal vez lo haya imaginado.

- Pero entonces, las faltas al respeto, ¿cuándo son al jugador, y cuándo al ciudadano?
- Si yo te digo rojo de mierda, a eFalange no estarás afiliado. Y, claro, depende del contexto en que se diga. Que no es lo mismo decírtelo cuando pidas controlar el mercado que cuando saludas con el “buenos días, ya he llegado”.
- Pues menudo baremo. Así dicen, que luego las varas de medir…
- Para vara de medir, el intelecto. Que se ve muy claro cuando se habla del juego o se habla de lo ajeno. Que si yo te digo ladrón es por chingar de una org, y no carteras en el metro. Que las faltas de respeto molan, sobretodo, dichas a tiempo. Pero el respeto se le pierde al ciudadano, al que está dentro del juego.
- ¿A eso llamas tú roleo?
- Pues claro que es roleo. Hay roleo todo guay y roleo subversivo. Y a mí los dos me molan y con los dos me coloco, además fino.
- Joder, pues más o menos lo capto. Pero aquí es todo ajeno al juego, tío.
- Pues claro. Desde hace tiempo se incentiva la llegada de odios que no tiene nada de roleo.
- ¿Y eso para qué?
- Pues mira. Si te lo digo, yo no he sido. Yo sólo sé que esto no mola. Que nos la han colado, por listos. Que los buenos ciudadanos huyen de eEspaña, y se nos quedan los corticos. Que se pasan el día tirándose piedras en vez de poner a funcionar el higo. Que el roleo se persigue, aunque sea divertido y sin malicia. Que los moralistas crecen debajo de las piedras, que hilan fino, que no les importa si su idea vino del juego o de Marte. Que lo que les importa, amigo, es ser el más mezquino.


Sirva este diálogo real irrealizado como reflexión de la actual situación en eEspaña. De los piques sin sentido, pero con objetivos. De retrato, subjetivo, de la ausencia de comunidad y nuestra total carencia de objetivos. De lo poco que cuesta ser buen ciudadano, que es sólo representar un papel y dejar a los demás hacer lo propio.
Porque ser una buena comunidad no es llevarnos todos bien. Es saber dónde está el límite entre el ciudadano y el jugador. Y este límite lo hemos perdido y transgredido.

¿Dónde la perdimos?



EXTRA:¡ Rebolusssssssssión Lizaniana! ¡Viva el Panadero enmascarado!


Ya ha preparado una plan B, por si poggo fuese adecuadamente relevado de su cargo.





¡Marianosm y yo nos eCasamos! ¡Y estás invitado a nuestra eBoda!



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