El angosto sendero.

Day 3,918, 04:53 Published in Spain Spain by Tinsvoia
Hablo Yo, ostentadora de la Tribunicia del Pueblo, de los Primeros Seres, y de los que hubo antes que estos:
¡Pueblo! ¡El Sol Eterno se me ha vuelto a aparecer, he de difundir Su Palabra! ¡Oh, ciclo en lo alto! ¡Puro! ¡Diáfano! ¡Oh, abismo de luz! Mirándole me estremecí de ansias divinas.


El Sol Eterno me contó en esta ocasión una historia de Zoroastro, con la que me he sentido profundamente identificada en mi erenacer. Hay una isla en el mar -no lejos de las islas afortunadas de Zoroastro- en la cual humea constantemente una montaña de fuego; de aquella isla dice el pueblo, y especialmente la gente vieja del pueblo, que está colocada como un peñasco delante de la puerta del submundo: y que a través de la montaña misma de fuego desciende el angosto sendero.
Por el tiempo en que Zoroastro habitaba en las islas afortunadas ocurrió que un barco echó el ancla junto a la isla en que se encuentra la montaña humeante; y su tripulación bajó a tierra para cazar conejos. Hacia la hora del mediodía, cuando el capitán y su gente estuvieron reunidos de nuevo, vieron de pronto que por el aire ve­nía hacia ellos un hombre, y que una voz decía con cla­rida😛 «Ya es tiempo! ¡ya ha llegado la hora!» Y cuan­do más cerca de ellos estuvo la figura- pasó volando a su lado igual que una sombra, en dirección a la montaña de fuego -reconocieron, con gran consternación, que era Zoroastro, pues todos ellos le habían visto ya, ex­cepto el capitán, y lo amaban a la manera como el pueblo ama: es decir, con un sentimiento en que amor y temor están mezclados a partes iguales.

«¡Mirad! , dijo el viejo timonel, ¡ahí va Zoroastro al infierno!»
Ahí lo vi. Yo soy Zoroastro, el peñasco es el sistema de partidos, el camino angosto son las elecciones, y el Congreso es el fuego que queda en la montaña. Yo estoy llamada al Congreso, pues allí estará el Perro de Fuego. Allí iré, y aquí anuncio mi intención de presentarme a las elecciones ígneas, a las elecciones al Congreso. Por la derrota del Perro de Fuego, os llamo, llamo a vuestro apoyo, pido vuestro voto en las elecciones venideras.

Y ahora, he de arrojarme en pos de la altura del Sol, ¡tal es mi propia profundidad! ¡Me cobijaré en su pureza, en mi inocencia divina!
¡La profecía está pronta!