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Tras un largo receso producto de situaciones en la vida real, he vuelto para dar nuevamente un aporte a la comunidad nacional. Y, por supuesto, con la sorpresa de haber encontrado un país muy diferente al dejado.

En la actualidad, Colombia ha dejado EDEN (y quedo yo con la esperanza de habernos retirado solo tras la publicación de este artículo); ha firmado un tratado de paz endeble con Venezuela (bueno, todo es endeble con Venezuela: ser el enemigo natural de los colombianos por tanto tiempo no da pie a una reconstrucción rápida que sea solida); y, tras la nueva guerra TWO vs. CoT, el país, a pesar de no hacer parte de ninguna de las alianzas, se halla más cercana a la primera y eso le ha permitido tener, además de 4 de los 6 territorios originales, 2 porciones de tierra otrora mexicanos (Sureste y Oaxaca) y 3 regiones peruanas (Chimu, Lima y el Bajo Amazonas Norte). Contabilizando la pérdida temporal del Altiplano Cundiboyacense y la Orinoquía a manos de Venezuela por dicho tratado de paz, en la actualidad se tiene unos bonos del 60% en material bélico y un 40% en producción alimenticia; además, toda esa suerte de "Imperio" se encuentra rodeado de la alianza TWO, lo que ha significado una posición "neutral" del país en el continente sudamericano.

Ahora bien, he tenido la oportunidad de leerme los siguientes cuatro artículos (mire de pasada los comentarios y algunos fueron útiles, pero no hubo tanta exhaustividad):

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Por la Dignidad!, de W.A.R

Comunicado del Congreso de eColombia

No más, Venezuela!... ¡No más!, de Daniel War

Boletín Presidencial - No a la Rebelión

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Tras leer las valederas posiciones de uno y otro bando, no pude evitar rememorar una edición pasada donde hable precisamente tanto de las posibilidades de expansión colombiana en aras de construir un "Imperio" que llevará aparejada las posibilidades de mejora en la producción, como en las múltiples alternativas que se tenían en caso de que Colombia no estuviera inmiscuida en una guerra. Y precisamente lo recorde porque, de una u otra manera, toma hoy más vigencia de la que tenía en ese momento.

Con el respeto y la estima que le guardo a W.A.R y a Daniel War, sinceramente no veo un objetivo estratégico, operacional o siquiera táctico, más allá del orgullo patrio, que permita ver de manera viable una rebelión o una invasión colombiana a las dos regiones originales hoy en poder de Venezuela. De por si, no creo decir algo nuevo al aseverar que dichos territorios son los menos importantes para el país y que en el pasado también han sido sujetos de disputas y negociaciones territoriales con los vecinos. Y, aunque puedo entender como objetivo operacional el hecho de retirarle a estos uno de los bonos que poseen para que ambos países queden en un marco de igualdad en la producción, creo que no se han explorado todas las opciones para solucionar el actual impasse.

En mi opinión, la situación geopolítica de Colombia es tremendamente favorable, considerando no solo los territorios poseidos sino la ubicación de estos: es en especial remarcable nuestra conquista del Bajo Amazonas Norte peruano (que nos ha asegurado el 60% de producción bélica) y las dos regiones mexicanas, sobre todo Oaxaca y su límite con la Costa Pacífica Mexicana. En este punto, también quiero decir que el actual gobierno no ha sabido aprovechar dicho potencial geopolítico: a la par con las conversaciones con Venezuela, también debieron haber establecido canales de contacto con los taiwaneses, actuales poseedores de la Costa Pacífica Mexicana, para llegar a un tratado que nos permita tener en nuestro poder ese territorio y así alcanzar también el 60% de producción alimenticia, siendo así una ganancia territorial de lejos más importantes que las actuales Chimu y Lima.

Y esto me lleva al otro punto: aún sin lograr dicho territorio mexicano, el actual estado de "pacificación" del país lo considero de importancia vital para nuestros aliados de Bolivia, Argentina y Uruguay, que están actualmente en estado de guerra y que sin duda podrían contar con las fuerzas militares colombianas para darles el apoyo militar y económico necesario para que estos consigan sus objetivos, lo que de paso implica una alternativa, de varias, que se tienen para distraerse en el actual estado "sin guerras" de Colombia. Iniciar, por ende, acciones militares contra Venezuela implica un gasto militar y de recursos que bien podrían ser destinados de mejor manera. Y de todas maneras, existen aún temas nacionales pendientes a los cuales la comunidad puede dedicarse como, por ejemplo, pagar de una bendita vez la deuda externa contraida con eRepublik.

En cualquier caso, no deja de ser valido una rebelión por el orgullo patrio de tener nuestras regiones originales de vuelta, pero sin un objetivo claro, puede traer consecuencias no deseadas para el país. Ahora, si es una posición fundamentada exclusivamente en la integridad territorial, entonces pido que tengan en cuenta las siguientes imagenes:




Con base a estas, no solo se debería tratar de Cundiboyaca y la Orinoquía, sino de hacer una reivindicación de los Llanos venezolanos, de la Guayana hoy española y del Norte brasileño (para sumarle el Bajo Amazonas Norte). Creo que, de esa manera, serviría mucho más al proposito del "dolor de patria" en cuanto integridad territorial, sobre todo porque adquiriría un marco de coherencia que lo haría un objetivo loable y valido en los términos del actual juego. De lo contrario, serviría saber porque los dos primeros territorios si, pero los otros, no.

Como sea, todo se trata del país que soñamos cada uno de los colombianos.



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