3 claves para llevar razón en la política de ER

Day 4,587, 01:53 Published in Argentina Spain by Barriga Verde
Introducción.



Creo que en los años que lleva abierto el juego, y con la buena consideración que han tenido las guías incluso por aquellos que denostan el módulo de prensa, nadie se embarcó en el trabajo de hacer un manual con el que identificar las estrategias dialécticas que un político en el juego utiliza con el objeto de convencer.


3 claves para llevar razón en la política de ER.


Si tuviéramos que identificar la principal característica del discurso político actual que nos llega a través de prensa o feeds sería la necesidad imperiosa de demostrar al lector que quién articula dicho discurso tiene razón, es decir; lo importante es que el mensaje se perciba como cierto, mientras que la veracidad de la argumentación está al servicio de lo primero. Esta característica del debate político es transversal a todos los interactúan de manera activa en el módulo político, da igual partidos o ideología, en el caso de que exista una dentro del partido en el que se encuentran. Por su cercanía en el tiempo, nos serviremos para este manual en el reciente debate político en torno a la elección del actual presidente.






Las tres argucias que se explicarán tiene que ver con evitar entrar en el tema de fondo, debe utilizarse cuando es incuestionable, y por tanto conviene agotar al interlocutor con cuestiones anexas. Existen sin duda también estrategias que se pueden emplear cuando el objeto del debate quiere ser abordado de manera seria, pero esa guía no sería útil para el jugador que se quiera dedicar hoy a la política en er.


1º. Argucia: Refuta relacionando lo que tu interlocutor dice con hechos anteriores.

Se trata de utilizar como prueba de que el contrario se equivoca, conversaciones que podrían ser falsas o verdaderas igualmente. Es un: esto es verdad, porque en otro lugar en relación al tema que tratamos ahora, se dijo lo mismo. Aunque evidentemente se obvia las veces en los que se expuso lo contrario.




2º. Argucia: Discutir sobre el significado de las palabras.

En estos días en torno a la palabra “presión” ha habido un debate que sirve de ejemplo a esta categoría. Uno de los participantes exponía: “no creo que Gerardo les pusiera un arma en la cabeza ni a ustedes ni a ninguno en ningún momento para que acepten lo que el decía” para explicar que no era veraz utilizar la palabra “presión” en el caso de un partido A para votar por un partido B pidiera sacar de la lista de ministrables a un determinado jugador.


Desviar la atención de lo acontecido hacia una cuestión semántica, utilizando además el recurso de la hipérbole ayuda a quien lo hace a mostrar que lo acontecido es consustancial al juego político estableciendo la falacia que nada que sea normal pueda estar dentro de la acepción de la palabra presión.






3º. Argucia: Responder a nuestro interlocutor de manera general

De nuevo nos sirve la polémica reciente como ejemplo, cuando un reconocido zurdo explicaba que el honor estaba en cumplir la palabra dada y que el resto de cuestiones le daban igual. Nos encontramos aquí ante una argumentación en forma de axioma, un argumento de causa y efecto, donde cualidades generales como el honor, en las que en realidad concurren aspectos muy complejos, se tergiversan como argumento probatorio de un caso concreto. El honor es cumplir la palabra dada, por lo tanto todo acto en el que las personas cumplan su palabra es honorable.

Explicaremos esto de manera más clara, si la máxima: El honor está en cumplir la palabra dada se considera cierta, Hans Moleman cuando advierte que intentará provocar un vuelco en las elecciones presidenciales, actúa de manera honorable dando igual las herramientas usadas para conseguirlo.





Epílogo.


Como introducción a cómo debatir en Erepublik sin que tener razón sea importante, ya nos serviría el presente texto, pero si aún están faltos de rudimentos para poder llevarse el gato al agua, siempre puede optar el político de ER a tácticas trolls como encontrar un tema que al interlocutor parezca molestarle y que así utilice mucho tiempo en contestar, o que para interpelar a su interlocutor lo incluya en una categoría que la mayoría de los lectores entienden como negativa: “Es usted quien crea la brecha en el país” y si todo esto no funciona recurrir directamente al insulto, porque en ER la máxima de todo debate “El primero que insulta pierde” propia de grupos de debate universitarios, se convirtió en “El primero que se enfada, pierde”.



Bonus Track: