Nuestra maldita mediocridad

Day 2,678, 16:08 Published in Colombia Colombia by seolano


Nuestra maldita mediocrida😛

Quiero comenzar con lo obvio: los elementos políticos del juego no deben ser los mismos de la VR. Por un lado, este es parte del encanto del juego: alejarnos por un momento de aquellos problemas que, sin embargo, nos persiguen y abruman en el día a día. Pero además, la realidad del juego es diferente. De ahí que la consideración que debemos tener de los elementos debe ser acorde a ella; un buen jugador debe entender la diferencia.

La autodictadura ha probado ser un elemento útil para los países. Un breve vistazo al eMundo es suficiente para darse cuenta de ello y un análisis detenido lleva a la misma conclusión. La dictadura que tenemos actualmente fue hecha de una manera apresurada por un sector del país. Es completamente entendible que eso genere malestar en los otros sectores. Pero la respuesta del otro sector muestra una misma forma de actuar.

Hace unos días, jhonatan94 publicó un artículo buscando propuestas al problema. No hubo artículo con propuestas y las respuestas que se vieron eran irrisorias. El Congreso emitió un comunicado mostrando su completa desconexión del juego y falta de interés en querer acoplarse a la situación. Los temores ante la dictadura son entendibles y hay q buscar mecanismos para que ésta no se vaya a exceder. Deshacerla para volverla a hacer es un completo absurdo.

Ahora estamos a punto de comenzar una batalla de rebelión. Casualmente –claro que no- las dos batallas llegan en el momento en que tenemos controlada la guerra con Indonesia. No es absurdo esperar que, como en la batalla pasada, la consecuencia será ceder terreno en la guerra. Una guerra que ha tenido costos altos a los que hay que sumarle lo que gastaremos peleando entre nosotros. Los egos de los dos sectores se sobreponen al bien común revelando nuestra terrible mediocridad. “Prefiero que nos jodamos, antes de intentar arreglar las cosas, cediendo un poco, por el bien de todos” parece ser la bandera de nuestra actitud.

Vemos pues, que el elemento social del juego no cambia. Es una comunidad más pequeña pero con los mismos signos que nos distinguen. Este es sólo un ejemplo de uno de ellos y quizás uno de los más distintivos: nuestra maldita mediocridad.


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