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Es un alegato para que defendamos lo producido aquí.

“La decisión no era fácil. No solo las formas variadas, con redondeces en unos casos y estilizadas figuras en otros, sino la amalgama de colores que había ante mis ojos, me estaba haciendo dudar. No sabía por cuál decantarme. En ese ejercicio de abstracción comencé a imaginarme cuál habría sido su itinerario hasta llegar allí. Observando con detenimiento, pude comprobar que algunas venían de Brasil, envueltas en su piel rojiza; otras procedían de Australia con tonos irisados amarillentos y rojos; también venían algunas de China, con sus rasgos llenos de ligeras irisaciones rosáceas; las había de un amarillo intenso, con algunos tonos verdes de fondo, procedentes de un viaje relativamente corto que habían hecho cruzando los Pirineos, o simplemente siguiendo el curso de algún río de nuestra orografía. Al girar la vista hacia la izquierda, tuve, ante mis ojos, unas de formas achatadas, envueltas por un manto rugoso de coloraciones verde-ocre y ligeramente áspero. Finalmente, estaban ahí, unas con un rosa intenso, llamadas "Pink lady".

No resultaba fácil decidirse. Aparentemente las había muy bonitas, llenas de una belleza nacarada, fruto de las ceras que cubrían su piel, y otras menos bellas, con una epidermis más imperfecta; pero esa no era la cuestión. Tenía que decidirme por una de ellas, porque no podía ir a casa sin las manzanas.

Así que me decidí por unas de formas redondeadas suaves, coloración rojo intenso, de sabor muy dulce, jugosas en la boca y de tacto suave en su piel. En la etiqueta, que en esta ocasión estaba bien puesta, ponía: “Fuji”, y procedía de tierras del Valle del Ebro. Otro día me decantaré por la amarillez de la “Golden”, una magnífica manzana con ligero sabor a plátano, dulce, suave y jugosa. Probablemente, encontraré Golden aragonesa, francesa e italiana, pero me decantaré por la nuestra, que aunque a veces resulta menos hermosa, no tiene nada que desmerecer en sabor. Es más, me atrevería a decir que responde mejor al concepto de manzana Golden que a mí me gusta: dulce y jugosa.

Quizás otro día opte por buscar para repostería la Reineta Blanca del Canadá, que aporta un sabor inigualable a las tartas de manzana y que además se cultiva, aunque cada vez menos, en nuestra región.

No pretendo aburrirle más con las manzanas (quizá durante unos segundos haya podido olvidar a la dichosa “prima”). Simplemente, quiero decirle que si usted prefiere manzanas de textura “blandita” y dulces (esto suele ocurrir a ciertas edades), tiene Golden, Fuji y Galas para elegir. Si prefiere la acidez, encontrará en Granny Smith o Chalenger, su manzana deseada. Si quiere algo intermedio de sabor inconfundible, ahí están las reinetas. Si le gustan crujientes, encontrará en manzanas de rojo intenso, con lóbulos generalmente marcados, como Red chief, su fiel aliada. Pero también tiene sabores singulares, como Pink Lady, o la forma, color y sabor inconfundibles de la maravillosa Verdedoncella.

Como ve, hay variedades para satisfacer cualquier gusto. Y lo más importante, podrá encontrar producciones aragonesas de todas ellas, cultivadas con cariño por los nuestros para que usted las disfrute. Y si no la encuentra, pídasela a su frutero, porque como dicen en Galicia, haberlas haylas. Para terminar, recuerde algunas de las bondades que para la salud tienen las manzanas: su contenido en fibra, vitaminas, aminoácidos y minerales. La presencia de antioxidantes y su acción reguladora intestinal, entre otras.