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Estaba tranquilamente en mi despacho repasando mi último artículo de análisis militar cuando de repente alguien llamó a la puerta. Puse bien los papeles que tenía encima de la mesa y di permiso a quien llamaba para que entrase en mi pequeño despacho en el centro de Tarragona. La persona que había llamado era un hombre de unos 50 años. Llevaba un traje negro y era ancho de espaldas. Su aspecto daba respeto. Se sentó delante mio y me saludó de forma formal. La conversa se alargó y alargó desviándose de tema frecuentemente hasta que se llegó al tema principal, la razón por la que aquella persona había venido a mi humilde despacho. Me explicó que él era un gran empresario industrial que disponía de un montón de fabricas de armas. No entendía porqué había venido a mi despacho ni la razón de todo aquello. El caso es que me venía a ofrecer una especie de misión, un objetivo para complementar mi profesión de periodista.



Quería que fuese un corresponsal de guerra que trabajara para su empresa. Mi misión era ir junto a un grupo de soldados equipados con la mejor tecnología del momento e ir redactado nuestras aventuras por las tierras españolas y parte del extranjero. Sin pensármelo acepté la propuesta. Prefería ir de aventuras por nuestro país que estar encerrado en un despacho de baja categoría en un barrio pobre. Eso si, algunos días de la semana tendría tiempo libre para escribir sobre otros asuntos. Al aceptar, aquel hombre sonrió y me dijo que le siguiera. Cogí mi maletín de cuero, me puse la chaqueta y salí de mi despacho. Bajé las escaleras del edificio hasta llegar al lindar de la puerta. Allí me esperaba una limusina de color negro. Primero entró el empresario y luego entré yo. La limusina tenía bastantes sofás y neveras para poner las bebidas. Además tenía tele, ordenador y dos sirvientes. Mientras nos dirigíamos a nuestra destinación hablábamos sobre la situación militar actual del país y algo sobre panorama internacional. De repente, el coche se paró y la puerta se abrió de forma automática. Mi compañero bajó primero y después le seguí yo. Nos encontrábamos delante de una gran torre que destacaba sobre los otros edificios que lo envolvían. Entramos dentro y me condujo hasta una saleta muy acogedora.



Me senté en un sillón de la esquina. Empezó una intensa conversa:

-Cómo ya te he dicho te iremos dando misiones para cumplir.
-De acuerdo.
-Mi equipo de estrategia militar me mando a enviarte hacía Italia en una fugaz misión que se podría alargar si se considerase.
-Vale. ¿Cuándo salgo hacia allí?
-No lo sé aún. Primero veras al equipo y los conocerás y después empezarás a trabajar junto a ellos en territorio italiano.
-¿Los gastos quién los paga?
-La empresa, por eso no te preocupes.
-¿Que haré exactamente cuando llegue a Italia a parte de redactar los artículos?
-Te invitamos des de nuestra empresa a hacer de embajador del mundo por parte de nuestra empresa. Podrás abrir franquicias por el mundo siempre que tengan rentabilidad y recibirás parte de los ingresos.
-Aceptó con ganas esta responsabilidad, pero aún tengo una duda... ¿Qué hacen sus hombres por el mundo si solo se dedican a investigar y producir armas?
-Bueno, eso se trata de una misión secreta de mi jefe.
-¿De qué se trata?
-No se si puedo decírselo pero correré el riesgo. El caso es que mi empresa no está siendo lo muy productiva y con estas expediciones intentaremos subir su moral para diseñar armas. Cada empleado de nuestra empresa leerá tus crónicas y pagaremos a los trabajadores para que se suscriban.
-Otra cosa me interesaría... ¿para qué empresa voy a trabajar?

(Estamos intentando recaudar fondos para pagara armas para luchar a favor de la resistencia de eEspaña. Usted puede ofrecer dinero para que su nombre salga en este diario cómo si fuera el empresario o para que el nombre de su empresa/fábrica salga cómo nombre de la empresa. Pueden enviar ofertas por correo sin dar dinero aún y en un plazo de cinco días después de esta publicación se aceptará la oferta mas elevada que se haya hecho. Se debe ofrecer por separado para nombre y empresa/fábrica. En caso de no pagar se pasaría al siguiente hasta que alguien aceptase. El nombre de la empresa y del empresario se hará salir de forma frecuente y tendrá un enlace al perfil de jugador o empresa).