¡La llegada de nuevas facciones!

Day 3,203, 05:04 Published in Cuba Spain by Zakk Bloodworth

¡Atención! Este relato es tan solo una ficción, nada de lo aquí escrito pretende faltar a nadie. Se aconseja acompañar la lectura con la música arriba facilitada y, si te ha resultado una historia entretenida, hazme saber tu opinión en un comentario.


Sir Crocodile estaba más entusiasmado de lo habitual. Ojeaba las noticias sensacionalistas de los periódicos locales —muchos financiados de su propio bolsillo— que hablaban de una guerra civil en Cuba, de crisis diplomática con Portugal a raíz de Las Villas y de inestabilidad política. ¡El plan iba sobre ruedas! Cuando el país se fuese al infierno por culpa de la nefasta gestión de esos estúpidos latinos, él estaría preparado para sacrificarse por el pueblo cubano.

—Nuestra comunidad merece un auténtico líder de verdad —afirmaba mientras se metía a la boca un pedazo de entrecot a la plancha—. Alguien tiene que estar en la oposición para desenmascarar a los coalicionistas de Nikola y Laucha.

Su mano, portadora de todo tipo de anillos de joyas preciosas, se servía junto con su garfio de oro para cortar la carne mientras él seguía inmerso en sus cavilaciones. Estaba convencido de su cruzada por desestabilizar lo andado por sus adversarios políticos. A cualquier precio.

—Disculpe, Sir. Creo que debería ver esto —dijo uno de sus secuaces, interrumpiendo sus pensamientos. El dirigente del socialismo progresista cubano se vio forzado a dejar a medias su almuerzo, arrojando una mirada de puro desprecio a su subordinado. ¡Ya podría ser algo importante!
Tomó un último trago a la copa de vino y, llevándose cuidadosamente el pañuelo a la comisura de los labios, se levantó con ánimo de dirigirse a la inmensa cristalera que, desde su residencia, daba a una impresionante panorámica de la costa de La Habana.

Ahí se quedó un rato, contemplando el paisaje. Nada. Él no veía nada especialmente interesante. La capital brillaba como un día cualquiera. Descansó su mirada en la lejanía de la mar; un barco viraba entre el oleaje. Y entonces, enmudeció. Arrebató de mala gana los prismáticos que portaba el secuaz y volvió a mirar. No podía ser cierto lo que veían sus ojos. Un escalofrío recorría con ferocidad todo su cuerpo.


—¡Qué... qué... qué hace él aquí! ¡Me cago en la cona! —Sir Crocodile se llevó la palma de la mano a la frente en un falso intento por ocultar el sudor que corría por su frente despejada—. ¡Maldito Vihesito y su panda de lulzeros!

Si ese tipo estaba en Cuba, algo feo se tenía que estar tramando. Lo que realmente le frustraba era no estar al corriente, no esperar su llegada en un momento tan delicado como este. No podía invertir tiempo en lo banal, en distraerse en memeces. Vihesito podía ser un quebradero de cabeza.

—Al parecer, Cuba se va a animar de verdad —una voz grave tras su sombra, en una butaca al otro lado del salón, con ropa victoriana y una apariencia siniestra.


—¡Bloodworth! —el vampiro era un presagista, un cuervo anunciando el comienzo de un buen festín de tripas y sangre; nada bueno—. Entiendo que tu presencia es una advertencia, pero atiende bien mis palabras —alzó su garfio señalando al vampiro—. ¡No habrá trameo que me arrodille! ¡Me oyes! ¡Yo seré el próximo líder del pueblo cubano!


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¡La llegada de nuevas facciones!
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Por Zakk Bloodworth.