[ECLL] Venezuela, ¿salir de un imperio para someterse a otro?

Day 3,654, 09:18 Published in Venezuela Venezuela by D. Fandino
El Cronista Llanero, sin pelos en la lengua al hablar...







“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción” — Simón Bolívar.

Palabras con un gran significado, profundas y penetrantes a cualquier oído humano, entregadas por nada más y nada menos que el artífice de la libertad, un hombre grande, quizá no en altura, pero sí en corazón. Simón Bolívar, el nombre más imponente que la historia latinoamericana alguna vez ha tenido el placer de mencionar en sus laureles, hoy en día, cabizbajo y en absoluta negación, estaría revolcándose entre sollozos al ver nuestra situación. Y es que una vida de guerras, de batallas sinfín, de ver hermanos, amigos y compañeros morir, han valido de poco y nada puesto que muy pronto, por como apuntan las tornas, bajo otro yugo nuestra nación se ceñirá, y no es otro más que el de Portugal. La Unión Europea un fetiche ha de tener con nuestras tierras porque como plagas, cual cucarachas rastreras, cada vez que ven una oportunidad se abalanzan a por nuestras cabezas, y sin embargo, hemos sabido defendernos con el paso de los siglos, obligándolos a retroceder y dejándolos con las ansias de poseer aquello que por derecho divino nos pertenece. A pesar de ello, tras poco tiempo del inicio de ésta situación bélica despreciable, la diferencia de fuerzas no ha tardado en evidenciarse, estando ahora en el punto más crítico que la progenie bolivariana ha vivido jamás… Zulia, Amazonas, Bolívar, Falcón, Anzoátegui, Maracaibo, son solo algunos de los territorios arrebatados por el imperio portugués. Más de la mitad del país, robada. Más de la mitad del país, conquistada. Más de la mitad del país, esclavizada. Y es entonces cuando usted, caballero, damisela, se cuestiona: ¿Qué tiene que ver tal pensamiento introductorio con esto? Pues muy simple; en la actualidad, guste a quien le guste, tan afamado dicho nos cae como anillo al dedo a los venezolanos. Vemos a nuestro alrededor, sabemos lo mal que estamos y aun así somos renuentes a aceptarlo. Miles de hectáreas de tierra nos han sido quitadas de las manos con la misma facilidad con la que se le quita un dulce a un bebé. Nuestros soldados, ineficientes y patéticos, han demostrado no poder hacer frente a las filas bien entrenadas de portugueses. Nuestros políticos, caprichosos y sin escrúpulos, hacen la vista gorda ante las centenares de bajas que hemos sufrido, tanto militares como civiles. ¡No despertamos! Aun cuando el fin está a la vuelta de la esquina. ¡No colaboramos! Aun cuando de ello depende la permanencia de nuestro país como una entidad independiente. ¡No merecemos ser llamados venezolanos! O dígame, ¿qué acto destacable ha realizado en la última época para intentar siquiera contrarrestar nuestra aflicción? Hm… eso pensé, ninguno. Llegó la hora de alzar el mentón, convertirnos en una misma unidad y, justo como Bolívar en su momento, despachar a la tiranía que nos azota despiadadamente con su látigo de injusticia. Es hora de asimilar y actuar. Nunca es tarde para remediar.



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