La diplomacia humillante

Day 1,946, 10:01 Published in Spain Spain by Ron Totonia

A día de hoy, ignoro cuántos Pactos de No Agresión (en adelante NAP) se han negociado con Portugal y cuántos han sido rechazados por el Congreso de eEspaña, a pesar de que algún gobierno decidiese saltarse el incómodo trámite de un debate y votación posterior, quizás sabedor de que iba a ser rechazado de plano.

Pero hete aquí que por fin se ha negociado y llegado a un acuerdo con Portugal para la firma de un NAP, un NAP que ha sido aprobado por el Congreso y que permitirá que, de alguna manera, no tengamos que estar mirando con el rabillo del ojo a nuestros asuntos ibéricos.

Sin embargo, el éxito diplomático que representa, sin duda, la firma de este NAP, se ve empañado por la total falta de tacto de la llamada diplomacia forocochera, empeñada en un boletín oficial, en vez de exponer el NAP a la población de la manera más aséptica posible (como debería corresponder a un boletín oficial del Gobierno), en emplear un lenguaje que supone, de facto, un intento de humillación impropio de lo que debe ser la diplomacia.

La diplomacia no sólo es una negociación en una sala perdida del IRC (donde a buen seguro hay un ambiente más distendido y donde uno puede permitirse ciertas licencias, ya que por norma general los ministros y ayudantes se conocen de sobra) sino también la comunicación al resto de la comunidad. Y ahí ha fallado estrepitosamente el equipo de exteriores forocochero.

Ignoro si la verdadera intención de la diplomacia forocochera era firmar un NAP que convenciese a nuestro Congreso y que permitiese tender los puentes necesarios entre nuestros gobiernos, o simplemente condenarlo al fracaso forzando el descontento de los portugueses con las expresiones del Boletín de Exteriores y de los previsibles comentarios.

Llamando a los portugueses hamados hamijos; admitiendo que la negociación ha sido un regateo "cual moro en un zoco" (lo que da idea de cómo deja al equipo portugués); y donde siempre queda constancia, no de la superioridad, sino de la supremacía española sobre la portuguesa, no podemos más que esperar la reacción negativa de los portugueses que no tienen por qué entender el humor forocochero.

El Ministerio de Exteriores se pregunta si los portugueses estarán a la altura de las circunstancias. La pregunta es también si en Exteriores han estado a la altura de su responsabilidad para que este NAP se lleve a cabo con total éxito.