El poder del café

Day 1,866, 11:07 Published in Spain Spain by Zhestkin


Este artículo es una respuesta a los artículos de Outs y Aleju. Fruto de un consumo moderado de café pa' na' debido a la falta de salero de los camaradas del autor y el aburrimiento de jugar toda la tarde a League of Legends.

Dado el intenso debate político vivido cada día en este juego, donde se esgriman los más momios argumentos para defender la actividad, en un increíble ejercicio de creatividad humana, he decidido aportar mi granito de arena con este tocho absurdo, que no trata de otra cosa que de lo que significa ser cafetero.

Ser cafetero, a diferencia de lo que muchos puedan pensar, no consiste en sudar basto de todo aquello a la vista, o en ignorar las tonterías del lolgreso hasta el punto de hacerlos despreciables. No. Ser cafetero se trata de comprender los más complejos mecanismos de la vagancia humana y ensalzarlos en contra del progreso de la humanidad.

El café es aquel pensamiento que entiende que la naturaleza misma de la evolución está estrechamente relacionada con el deseo de no hacer un carajo por progresar, sino esperar ociosamente a la muerte. Que cualquier acción uniforme y ordenada, como la de los momios, por fuerte que sea, está destinada a verse desbordada por el cafeteo de quienes viven por el lulz, y ansían irse de barcos y putas.

Los cafeteros somos aquellos que creemos que el Estado debe limitarse a no joder la marrana para que la potencia del cafetero pueda transformarse en lulz, abstenerse de caer en el emprendimiento, sea cual sea su situación ingame, y pueda lanzar fuera montones de mierda en artículos sin motivo alguno.

Porque sabemos que todo Estado que vaya más allá, que trate de fijar una línea de acción, más que probablemente diseñada por algún ególatra momio y megalómano que se cree en posesión de motivos para quitarnos el café, no hace más que matar la creatividad de los ciudadanos ociosos, su capacidad de soñar, y alienar sus cafeteras para acabar retrasando lo inevitable: El lulz.

Porque queremos asentar los cimientos de una nación de ciudadanos cafeteros en igualdad de oportunidades para expresar su lulz. Una estructura que provea de una educación que evite el emprendimiento y sea promovedora del mínimo esfuerzo, el flameo y el pensamiento troll a sus ciudadanos. Unas instituciones que den soporte, en su justa medida, al lulz del individuo, y que garanticen que no caiga en el pagafantismo. Un ejército failer que no garantice la integridad de nuestro territorio y sus ciudadanos, así como robe los suficientes recursos a la nación para la consecución de todos sus trolleos.

Y no más, porque me da pereza

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