El fin de la guerra

Day 175, 12:20 Published in Spain Spain by Embassy of Pakistan in Spain

Ya hace muchos años que un editor neoyorquino pronunció una frase que pasaría a ser una de las más populares en el gremio periodístico: "Cuando un perro muerde a un hombre, no es noticia, porque pasa a menudo. Pero si un hombre muerde a un perro, eso es noticia." En efecto, los periódicos tienden a tratar los sucesos extraños o que se salen de la norma, pues siempre resultan más interesantes que los hechos corrientes y predecibles.

Sin embargo, cuando el tema que se trata es tan importante como una guerra de grandes consecuencias geopolíticas en el mismo centro de Europa, está justificado informar incluso de lo evidente. Pues resultaba obvio que la gloriosa llegada al frente de las fuerzas de paz pakistaníes pondría fin a la guerra, haciendo retroceder a los perros suecos y sus acólitos, y así ha sido. Los valerosos pacificadores enviados por el Gran Dio Brando apenas han tardado veinticuatro horas en liberar Suiza de la opresión nórdica; quedando sus territorios a cargo del gobierno francés que, aun siendo un país de bárbaros que todavía no han visto la Luz que llega de las Arenas, no está por lo menos bajo la esfera directa del sangriento capitalismo sueco.

Europa se ha ahorrado así lo que podría ser una larga guerra que mermara sus recursos y castigara a su población, pues el despliegue pakistaní sirvió para poner un fin claro y contundente a lo que de otro modo habría sido una igualada y sangrienta batalla entre débiles ejércitos bárbaros, que tras mucha sangre se habría decantado del lado de las más preparadas fuerzas suecas. Todos los países del sur de Europa, pues, quedamos en deuda con la gloriosa nación pakistaní, que nos ha ahorrado una larga guerra y nos ha protegido del imperialismo escandinavo que amenazaba, y aún amenaza, con apoderarse por la fuerza de todo el continente.

¡Larga vida al Dios-Emperador Dio Brando, protector de la Humanidad!