EL EMBAUCADOR Y LA LIANTA (I)

Day 2,376, 08:46 Published in Spain Spain by Lantanique

Siempre se ha dicho que poder y dinero van de la mano. Las guerras dan dinero, por eso las inician y las ganan quienes más dinero meten.

Sin duda los argentinos deben dedicar sus arcas a meter mucho daño. Es por eso que nos han arrasado. Por eso y porque todos hacen piña, -no como nosotros que nos dedicamos a insultar al vecino y a lamentarnos en casa-.

Estos ciudadanos venderían hasta a su madre con tal de conseguir más territorio. Lo triste es que algunos de los nuestros ciudadanos más patriotas también se les han vendido para no sentirse vencidos, -o para sentirse realizados, que todo puede ser-.

Para ellos, que manifestemos nuestra rebelión en forma de guerras de resistencia es un mero ejercicio de entrenamiento. Para nosotros en cambio, se transforma en un rato de vejación cuando acabamos con el rabo entre las patas mientras nos gritan “pero vós ¿¿¿¿¿pa qué jugás????”.

Y no pienso todo esto a modo de reproche que, al fin y al cabo, estas actitudes no son ilícitas.

Lo que no es lícito es descubrir al propio Halesios ayudando al más fuerte.



Huele mal que Halesios pegue de parte de los argentinos. Aunque ¿acaso es malo decantarse por el que más ingresos mete?

Estaba pensando todas estas cosas, al tiempo que buscaba la única bomba que tengo en mi almacén con intención de lanzársela y al menos destrozarle su bonita sonrisa profident, cuando una figura ensombreció la escena.



(No, sorry, éste no… m’he liao con las fotos JEJEJE. Me refería a este otro:


Que el Embaucador en persona me hiciera una visita tampoco me causó gran sorpresa.
Diría que me sentía más impresionada por la voz de Halesius quien, desde el otro lado de la pantalla y con un acento francamente risible, se desgañitaba incitándome a luchar: “boluda, querés tirar de una vez, que no tengo todo el día?”. Si no fuera porque recordé que tiene mujer e hijos no habría cerrado el navegador, perdonándole la vida. Pero siempre me perdió la sensiblería.

El Embaucador no saluda. Sabe que he notado su presencia. Está de pie en el umbral, encendiendo otro pitillo con la colilla que le cuelga de los labios.
Ya había visitado a otros en varias ocasiones. Pero en mi caso, yo no lo llamé.

http://youtu.be/imXdqrfCYhw

-¿Vienes a darme un final? – le pregunto sin rodeos.

Hace gesto de pedir permiso para entrar y se deja caer en el sofá. Mete una de sus manos en el bolsillo de su chaqueta y saca un mazo de cartas. Las acaricia como si sus dedos hablaran con ellas haciéndome el vacío.

Con la frialdad que lo caracteriza me pregunta si ya sé quemi ehijoha muerto.

No quise que me viera llorar así que, metí la cabeza en la pecera para ahogar el sollozo, haciendo ver que comprobaba su pérdida.



-Era una muerte anunciada. Estaba escrito en su destino. –le digo en tono resignado.

Me mira fijamente y con algo de acritud me contesta que tuvo el final que él mismo pidió. Me aclara que eso no era lo previsto para él.

http://youtu.be/2WDFOG4eGpA

-Y cuál es final previsto para mí? Dime. Baraja tus cartas y revélame qué me espera aquí. Háblame de mi pasado y descúbreme el futuro, si es que lo sabes ver en esos cartones que tanto manoseas.

El Embaucador sostiene mi mirada y sonríe ligeramente. De la comisura de su boca emana el translúcido hilo de humo que desprende su cigarro y que envuelve su cabeza en una espiral.

- Flor, no funciona así. – me dice sin ni siquiera mirarme y separa siete cartas en su mano derecha. Las alza a la altura de sus ojos para, con un gesto teatral, echar un vistazo al resultado que sólo él puede ver.

- ¿Te gustaría que ésta fuera tu tirada, verdad? Sí, puedo verlo. Sí, sin duda ésta es la tirada que anhelas.

-Déjate de tanta parafernalia y dime cuál va a ser mi destino.

- Lo siento, Flor. Lo que pides no es una consulta, sino que te diga lo que quieres oír. Podría hacerlo, claro, pero ¿que ganaría yo con eso? Temes lo desconocido, y por eso quieres que te diga lo que tú ya planeas. Error, querida. Si yo te revelo lo que aún no ha ocurrido deja de ser desconocido y por tanto, deja de ser temible.

Me quedo callada. Posiblemente el Embaucador me envuelve con toda esa palabrería para que yo le dé pistas y así ir forjando la predicción de acuerdo a mis sentimientos y deseos. Sé que el Embaucador conoce muchas cosas. Quizás sabe todo de todos. Quiero saber hasta dónde llega su conocimiento.

Las siete cartas desaparecen mezcladas con el resto de la baraja en un movimiento súbito, aunque suave, como de prestidigitador. Su sonrisa cambia de lado y el cigarro queda ahora en la comisura baja de sus labios.

Entre las manos, los arcanos vuelan, mostrándose, desapareciendo, volando, cambiando, moviéndose; un baile hipnótico de colores primarios.



Repentinamente, el mazo queda perfectamente encuadrado en el centro de la mesa. Su mano derecha sujeta ahora el cigarro con aire indolente. El índice de su mano izquierda da un par de suaves golpecitos sobre las cartas.

- Vamos, Flor. Corta sin miedo y echemos un vistazo a tu futuro.

http://www.youtube.com/watch?v=N3jsKxY4HaU


continuará....