Por qué Juzgamos?

Day 2,543, 11:12 Published in Argentina Spain by Martu





Siempre en cada elección a Cp es lo mismo, año tras año es tirar m... tras otra no solamente en eargentina sino en todo el emundo. Este año le toco a una persona muy querida por todos y quiero dejarles esto en especial a : elinternacional

Antes de juzgar a nadie, deberíamos pararnos a reflexionar y preguntarnos ¿Acaso es mi vida perfecta? Si no lo es, entonces puede que uno debiese dedicarse a arreglar sus propios asuntos y en todo caso, sólo después tratar de solucionar los de los demás.

Los seres humanos reaccionamos ante eventos que consideramos estresantes o “incorrectos” de diversas maneras, como el decirles a las personas qué hagan, qué digan, cómo deben pensar y sentir como si esto fuera lo normal. Nos sentimos con el derecho de juzgar o evaluar la vida o el comportamiento de otra persona. Tal pareciera que sabemos mejor que el otro lo que le conviene más. En condiciones más naturales, aceptaríamos la manifestación creativa de todas las personas con asombro y deleite, tal como lo hace un niño. Entonces, ¿qué nos sucede internamente que nos impide abrazar las cualidades y despliegue de talentos de los demás?

Cuando una persona tiene baja autoestima, es rígida consigo misma y con los demás, por lo que alberga dentro de sí una actitud perfeccionista ante la vida y el pequeño mundo en el cual se desenvuelve.

Se ha formado expectativas de un mundo ideal que no existe, con altas exigencias para sí misma y para los demás, poco realistas o inalcanzables. Cuando una persona no se acepta incondicionalmente a sí misma no puede aceptar a los demás de manera incondicional, y primero verá sus defectos o errores, buscando “las oportunidades de mejora,” que en su juicio, tiene derecho a señalar o pensar.

Se coloca en un lugar desde donde puede criticar a los demás, que lo ubica en una posición superior para defenderse o protegerse, cuando las relaciones interpersonales sanas se basan en la igualdad. Cuando una persona rechaza algo en los demás, se debe a que ésta posee algo que ésta también posee, pero que difícilmente reconoce en sí misma. No es tanto que no quiera verlo, es que no puede, porque es muy difícil reconocerlo como propio.

Juzgar la vida de los demás es una forma de expresar insatisfacción con nuestra vida. Controlar, criticar y enjuiciar a los demás son conductas que corresponden a heridas profundas que hacen que las personas enfrenten el estrés o las crisis de una manera irracional, en lugar de afrontar las situaciones problemáticas desde el centro de su ser con amor, gratitud y creatividad.

Cuando juzgamos, lejos de realizar una observación u opinar, dejamos caer nuestra crítica sobre la vida ajena y además, se trata de una crítica destructiva, puesto que parte de la falta de entendimiento y de considerar que sólo nuestro razonamiento es el correcto, que únicamente nuestro punto de vista es el acertado.

Por eso, cuando criticamos de este modo, estamos tratando de censurar la conducta de otra persona. Cabría preguntarse ¿Con qué derecho lo hacemos? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar la vida de los demás? Si esta persona es feliz con su vida y no hace daño a nadie ¿Por qué habría yo de juzgarla? El reflejo de esa sombra que todos llevamos dentro, desprovista de amor y gratitud.

Haríamos mejor en respetar y no juzgar; en respetar las distintas individualidades y considerar que si uno cambiaría facetas de vidas ajenas, los demás harían justamente lo mismo con las nuestras, puesto que todos somos distintos y tendemos a adecuar nuestra vida a nuestra forma de ser.

De hecho, cuanto más distinta es una vida a la nuestra, más susceptible es que llame nuestra atención y la juzguemos. No solemos juzgar a personas que hacen lo mismo que nosotros, si no a aquellos que mantienen vidas diferentes, las cuales seguramente no entendemos.

Por esto, podemos juzgar a los demás debido a:


* Nuestros prejuicios: ya que ni comprendemos ni nos esforzamos en entender su comportamiento
* La envidia: cuando querríamos llevar a cabo lo que otros hacen, pero nosotros no nos atrevemos a hacer
* Convencernos a nosotros mismos: cuando las personas ponen de manifiesto carencias que hay en nuestra vida y les juzgamos (e intentamos convencer de que están equivocadas) en un intento de convencernos a nosotros mismos de que nuestra vida funciona y no necesitamos cambiar

¿Por qué te es tan difícil decirle a alguien: ¡Excelente!? ¿Por qué esperas más de él/ella? ¿Será por qué no eres capaz de decírtelo a ti mismo? ¿Tal vez nunca fue suficiente lo que hacías y por eso tampoco es suficiente para ti?

Conclusión: Juzgar a los demás no contribuye a nuestra felicidad, porque a nadie le gusta ser juzgado y por tanto, no mejoraremos ninguna relación de este modo ni despertaremos simpatías. Además, es una falta de respeto hacia la individualidad de las personas y su derecho a vivir como crean conveniente. Incluso, cabría decir que no es un gesto inteligente, ya que las personas cambiamos constantemente y nunca se sabe qué va a llegar a hacer aquella persona a quien hoy juzgamos.


Cuando logres aceptarte a ti mismo, lograrás aceptar a los demás y tu ser crítico disminuirá.

Hay un dicho muy cierto: “Si no tienes algo positivo qué decir mejor no abras la boca.” Si los seres humanos tratáramos de ver lo positivo y no solamente lo negativo, tendríamos una visión más optimista y entusiasta de la vida que repercutiría en una sociedad más sana. ¿Podrías intentarlo??




L E O N I D A S, Doushiyou y Claudia Corzo!! Sigan siempre siendo como son que nunca nadie les quite ese brillo!!