La moralidad contextualista frente a una comunidad enferma

Day 5,458, 11:59 Published in Spain Spain by Stalinsito


El aparente interés por la moralidad en el contextualismo, que no es sino una propuesta de afrontar el juego, creo que hace pertinente comenzar no por señalamientos, como se está haciendo en todos los artículos hasta ahora sobre la cuestión, sino sobre definiciones.


Todos los que salen a la palestra hablando de toxicidad, puentes, comunidad y demás perogrulladas, pero terminan señalando actitudes del hasta ahora no traen ninguna propuesta para el futuro. Son más lloros, más palanganas, más reportes, más insultos, más señalamiento o más lo que quieran ser para que unos sean los buenos y otros sean los malos, y así podamos todos seguir justificando nuestras maldades.


Yo no vengo a traer ninguna salvación. Pero si genuinamente queréis una comunión espiritual entre todos los conciudadanos (idea autoritaria donde las haya, en la que no me vais a encontrar) creo que lo pertinente no es echar leña al fuego, sino apartarse del mundanal ruido y comenzar por sus cimientos.


Así pues, en aras de contribuir a vuestra refundación moral, vengo a traeros una de sus bases: aquello que constituye el mal. Y el que quiera, que recoja el guante y vaya con el Bien, que es más facilón que un servidor una tarde de domingo en Grindr.

Un extranjero experto en rostros que pasó por Atenas, le dijo a Sócrates directamente que era un monstruo en cuyo interior se escondían todos los vicios y todas las malas inclinaciones. Y Sócrates se limitó a comentar: «¡Qué bien me conoce este señor!»
El ocaso de los ídolos, F. Nietzsche

Helo aquí, el mal: feo, cafre, cornudo, inmoral, con la lengua presta a degustar unos pies serbios, más manos de las que necesita para reportar en familia y llevárselo calentito y, por si faltara algo más, islamista y neonazi.

Ea, pasad buena noche.