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Bienvenidos al continente…



Empieza a oscurecer… Pronto deberán parar la marcha…

Mientras tanto… Un cuervo vuela entre las ramas del bosque… Se desvía de los árboles para salir al camino… Sigue la comparsa del carruaje de la Reina. Dos grupos diferenciados, delante, el grueso del ejército. Por detrás, protegido por una hilera de caballos, el carro de la Reina… Pero el cuervo no busca a la Reina. El sobre que lleva entre las patas, atado con un fino hilo de seda, busca a un caballero… Uno de los que van delante, dirigiendo la marcha… Un caballero que marcha solo, Jervaj…

El capitán ve como el pájaro sobrevuela su cabeza… Sabe que le busca… Espolea al caballo y se coloca por delante, muy por delante de todos… Es entonces cuando el cuervo se posa sobre el brazo de Jervaj, dejando que coja el sobre… Cuando se lo desata, hecha a volar…

Jervaj ríe, ríe mucho cuando empieza a leer… Sus esfuerzos parece que dan resultado… Aquello por lo que lucha tanto… Nada ni nadie se interpondrá en su camino… Esa espada debe ser suya…



Ya han parado… Boitx y Alceo están sentados frente a un fuego, colocado allí hábilmente por al bruja… La Reina come aparte, separada del resto de los mortales. Necesita espacio… Lo mismo se dice de Jervaj, que reposa en su tienda improvisada abrazado a una hoja de papel…

Pero Boitx y Alceo están hablando, tranquilamente, de caballos y espadas, de luchas y de magia… No hay nada en este ambiente reducido que muestre nerviosismo, ni enemistad con nada ni nadie…

Pero si que hay algo que no es normal… La cabeza de Boitx echa humo… Mientras habla con Alceo, el dolor le destroza… No es normal en una chica que rara vez flaquea… Presiente que algo no va bien…

En otro lugar, tan distinto de la acampada…

Dos luces se mueven rápidamente… Dos luces que chocan entre ellas, dando estallidos en el claro del bosque donde se encuentran… Una luz más azul y la otra dorada… Nagiri, la luz dorada, para de repente, atrapada por la extensión de la luz azul, de igual tamaño, de igual identidad demoníaca…
— Vuelvo a repetirlo — Dice en voz grave el demonio azul. — ¿Quién te envía?
— No te lo voy a decir. — Destaca como contraposición la aguda voz de Nagiri…
— A ver, pequeña alma perdida… No tengo todo el tiempo, mi amo necesita saber quién pretende robarle el tótem… Tengo por aquí cierto medallón de cobre que puede que te ayude a recordar…
— ¿Co-co-cobre? — La sola mención del material provoca que el demonio tiemble… — Pero… No te lo voy a decir… El nombre de mi ama es demasiado poderoso para tus oídos mortales ante la plata… — Y un cuchillo de plata se aparece flotando en el ambiente… Dirigido hacia la esencia del demonio adversario…
— ¿Cómo has adivinado que soy débil ante la plata? — Le recrimina temblando
— De la misma forma en que tú me lo has adivinado… Séfir… Así que, aparta tu sucia esencia de mi vista y huye antes de que te mate… Informa a tu amo que la Bruja Boitx es más poderosa de lo que se cree…

En el campamento otra vez…

— Boitx, boitx… — Alceo golpea suavemente la cara de Boitx, desmayada sobre la tierra — Responde Boitx.

La chica levanta la cabeza.

— Menos mal. ¿Qué te pasa, brujita?
— No lo sé, Alceo. Me ha cogido un grave dolor de cabeza y no sé qué ha pasado después… — Responde temblando Boitx, aún tumbada.
— Llevas dos minutos en el suelo, retorciéndote y diciendo algo sobre una luz… ¿Estas segura que estás bien?
— Que sí, que sí. Voy al estanque a lavarme la cara, solo ha sido un efecto de dormir poco. Me solía pasar en Aiwent…

Boitx se levanta y camina hacia el bosque… Sus manos empiezan a iluminarse en cuanto se interna y se acerca al estanque… Con un dedo hace levitar una rama que dibuja una forma en el suelo, hundiéndose en la tierra… Dos cuadrados que se cruzan. Una estrella… Un octógono perfecto en su interior… Boitx se sitúa en el centro… Susurra otra vez las palabras de invocar… Las tinieblas ocupan el lugar, ni el estanque se ve… La luz dorada irrumpe en el ambiente…

— ¿Y bien, Nagiri? Supongo que le has sonsacado a esa alma el lugar donde está encerrado el tótem… — Dice con voz grave Boitx, dirigiéndose al pequeño demonio…
— Mi señora. Sé sonde está, pero no lo puedo traer… — Le responde temblando Nagiri.
— ¿Y cuál es el impedimento que hace que no me lo puedas traer? Sabes muy bien lo que representa ese báculo para mí…
—Midons sabe bien que yo puedo superar cualquier defensa mágica y física…
— Por supuesto, ya que si no es así, deberé enviarte al fuego supremo, y ya sabes bien que es eso, ¿no?
— Por supuesto que lo sé. Solo con pensarlo se me erizan los pelos que no tengo, la lengua se me enrolla y el frio eterno entra en mi cuerpo… Pero, aunque detecto que está el bastón, es como si hubiera un vacío… No está, hay un lugar negro en el ambiente…
— ¿Me estás diciendo la verdad? — Boitx levanta una bola de fuego en la mano, y la dirige hacia Nagiri.
—Por supuesto mi señora, por supuesto, no me haga el fuego supremo, se lo suplico… Iré a averiguar algo más… — Nagiri hace una reverencia.
— Una cosa más. ¿Cómo se llama el que lo custodia? — Interroga Boitx
— Se hace llamar “Legendario”… — Responde Nagiri antes de desvanecerse…
“Legendario, tu y yo debemos hablar muy profundamente…” Piensa Boitx…


Pabman11, Redactor de Desde La Nevera y dueño de sus destinos