El Origen de los Vampiros Parte I : Autobiografía.

Day 5,120, 06:50 Published in Venezuela Venezuela by Elihu84
Los Primeros Tiempos

Sueño los primeros tiempos de la más larga memoria. Canto los primeros tiempos
de todos el más viejo Padre. El claro amanecer de toda la Oscuridad. En Nod, donde la luz del Paraíso alumbra el azabache nocturno, y gotas de nuestros padres mojan y ablandan el suelo. De nos, todos y cada uno, decidimos poder como quisiéramos vivir y coger nuestros alimentos de las entrañas de la tierra.

Yo, primogénito Caín, con útiles puntiagudos, planté semillas oscuras, las regué dentro de la tierra, las cuidé, las vi crecer. Él, segundogénito Abel, cuidó de los animales, ayudó en sus sangrientos partos, los alimentó, y también los vio crecer. Yo lo amaba, a mi hermano. Él era el más brillante, el más dulce, el más fuerte. Él era la prima parte de toda mi alegría.

Entonces, en un día de Abril, nuestro Padre Adán dijo: "Caín, Abel, un regalo
a Aquél en lo Alto deberán hacer, un sacrificio. Un don de la prima parte de todo cuanto tienen".

Yo, primogénito Caín, recolecté tiernos brotes, y los frutos más brillantes, y la yerba más fresca. Y él, segundogénito Abel, sacrificó el más joven, el más fuerte, el más tierno de todos sus animales. Sobre el altar de nuestro Padre
posamos los sacrificios y prendimos fuego sobre ellos, y el humo se los llevó
hacia Aquél en lo Alto. El sacrificio de Abel le olió dulce a Elohim, y fue bendecido.

Yo, primogénito Caín, fui golpeado desde lo lejos por una severa palabra y una maldición, pues indigno resultó mi sacrificio. Miré el sacrificio de Abel,
todavía humeante, la carne, la sangre. Lloré, me tapé los ojos, oré de día y de noche.

Y cuando nuestro padre nos dijo: "El tiempo del sacrificio ha llegado de nuevo", Abel condujo su más joven, su más tierno, más amado hacia el fuego
sacrificial. Yo no llevé mi más joven, mi más tierno, pues
sabía que Yavéh de ningún modo los querría. Y mi hermano, querido Abel, me dijo: "Caín, no has traído un sacrificio, un regalo de la prima parte de tu alegría, para quemarlo en la ara del Señor". Yo lloré lágrimas de amor cuando, con mis útiles puntiagudos, sacrifiqué aquello que era la parte primera de mi alegría, mi hermano.

Pero mi Padre dijo: "Maldito estás, Caín, quien mataste a tu hermano. Como yo fui expulsado, así lo serás tú". Y Él me exilióa vagar en la oscuridad, la tierra de Nod. Me precipité en la Oscuridad, no vi ninguna luz y estaba asustado y solo.

La llegada de Lilith

Estaba solo en la oscuridad y mi hambre creció. Estaba solo en la oscuridad y mi frío creció. Estaba solo en la oscuridad y lloré.

Vino entonces a mí, una voz suave, dulce, palabras de socorro, palabras de consuelo. Una mujer, oscura y hermosa, con sus ojos cortando la oscuridad. Una mujer, oscura y hermosa, con sus ojos cortando la oscuridad. “Conozco tu historia, Caín de Nod”, me dijo, sonriendo. “Estás hambriento? Ven! Tengo comida. Tienes frío? Ven! Tengo ropas. Estás triste? Ven! Tengo consuelo”.

Quién podría consolar alguien tan maldito como yo?, Quién me vestiría?, Quién me alimentaría?. “Soy la primera esposa de tu padre, quien discutió con Dios y obtuvo la Libertad en la Oscuridad. Yo soy Lilith. Una vez, tuve frío, y no hubo calor para mí. Una vez, tuve hambre, y no hubo comida para mí. Una vez, estuve triste, y no hubo consuelo para mí”. Con ella me llevó, me alimentó y me vistió, y en sus brazos, encontré consuelo. Lloré hasta que la sangre goteaba desde mis ojos. Y ella con sus besos las llevó lejos.


La Magia de Lilith

Moré en la Casa de Lilith por un tiempo. Y pregunté: “Desde la Oscuridad, ¿Cómo construiste este lugar, cómo pudiste tejer estas ropas, cómo pudiste cultivar esta comida?”. Y Lilith sonrió y dijo: “No como tú, estoy Despierta. Veo las Hebras que se tejen a tu alrededor. Creo lo que necesito mediante el Poder”.
Despiértame entonces, Lilith Dije. Necesito tener este poder. Entonces, podré tejer mis ropas, cultivar mi comida, construir mi propia Casa.

La preocupación tiñó el rostro de Lilith. Y dijo: “Ignoro lo que el Despertar hará para ti, pues tú estás realmente Maldito por tu Padre. Podrías morir, podrías cambiar para siempre”. Y yo, Caín le dije a esto: Incluso entonces, una vida sin Poder no sería realmente vida. Moriría sin tus dones. No viviré como tu Esclavo. Lilith me amaba, y yo lo sabía; haría lo que le pedí, aunque no lo deseara. Y fue entonces cuando Lilith, la de ojos brillantes, me Despertó. Se cortó con un cuchillo, y sangró para mí. Bebí del cuenco. Era dulce. Entonces caí al Abismo. Caí para siempre, cayendo en la más profunda oscuridad.

La Tentación de Caín

Y desde la Oscuridad vino una luz brillante, fuego en medio la noche. Y el Arcángel Miguel se reveló ante mí. Yo no tenía miedo. Pregunté qué deseaba. Miguel, General del Cielo, custodio de la llama sagrada, me habló con estas palabras: “Hijo de Adán. Hijo de Eva, tu crimen es grande, pero también es grande la compasión de mi Padre. No te arrepentirás del mal que has hecho, y dejar que Su compasión te limpie y purifique?” Y yo respondí a Miguel: No por la gracia de Aquél en lo Alto, sino por la mía propia viviré, con mi soberbia. Miguel así me maldijo: "Entonces, mientras camines por esta tierra, tú y tus hijos temeréis mi llama viviente, que morderá profundo y saboreará su carne”.

Y por la mañana, vino Rafael, con alas cargadas de inocencia, luz sobre el horizonte, el conductor del Sol, el guarda del Este. Rafael habló, diciendo: “Caín, hijo de Adán, Hijo de Eva, tu hermano Abel te perdona tus pecados. No te arrepentirás y aceptarás la redención del Todopoderoso?” Yo respondí a Rafael: No por el perdón de Abel, sino por el mío propio seré perdonado. Rafael así me maldijo: “Entonces, mientras tus pasos pisen esta tierra, tú y tus hijos temeréis el amanecer, y los rayos del sol te buscarán para quemaros como el fuego donde quiera que te escondas. Escóndete ahora del Sol, pues se alza para alcanzarte con toda su furia”.

Pero yo encontré un lugar secreto, profundo en la tierra, y me escondí de la luz del Sol. Dentro de la tierra dormí hasta que la Luz del Mundo se escondió tras la montaña de la Noche. Cuando me alcé de mi sueño diurno, escuché el sonido de gentiles alas veloces. Vi las negras alas de Ariel cubriéndome alrededor; Ariel segador, Ángel de la Muerte, Oscuro Ariel, quien mora en las tinieblas. Ariel rápidamente dijo: “Hijo de Adán, Hijo de Eva, Dios Todopoderoso perdona tus pecados. Aceptarás la redención y me dejarás llevarte hacia tu recompensa, Nunca más maldito?”. Y dije yo entonces a Ariel, el de negras alas: No por la redención
del Todopoderoso, sino por la mía propia, viviré. Soy lo que soy, hice lo que hice, y esto nunca cambiará”. Y entonces, mediante Ariel, pavoroso Ariel, Dios Todopoderoso me maldijo, diciéndome: “Entonces, mientras camines por esta tierra, tú y tus hijos abrazarán las Tinieblas, beberán sólo sangre, comerán sólo cenizas, serán como fueron en el momento de morir, nunca muriendo, continuando viviendo. Caminarán para siempre en las Tinieblas, todo cuanto toques te desmoronará, hasta el último día”.

Lancé un grito cargado de angustia por esta terrible maldición, y lloré sobre mí. Derramé sangre, puse las lágrimas dentro de un recipiente, y las bebí. Cuando alcé la vista de mi cuenco de pesar, el Arcángel Gabriel, gentil Gabriel, Señor de la Redención, se apareció ante mí. Me díjo el Arcángel Gabriel:
“Hijo de Adán, Hijo de Eva, observa: La redención del Padre es mayor de lo que jamás podrías imaginar, pues, incluso ahora, hay una senda abierta, el camino de la Redención, y llamarás a este camino Golconda. Habla a tus hijos de él, pues por él volverán a residir en la Luz”.

Y después de esto, la oscuridad se alzó cual velo, y la única luz era los ojos de Lilith. Mirando a mi alrededor supe que había Despertado. Cuando mis energías por primera vez surgieron a través de mí, descubrí cómo poder moverme como el rayo ,
cómo coger prestada la fuerza de la tierra, cómo ser duro como la piedra. Éstas fueron como respirar fue una vez para mí. Lilith entonces me mostró cómo se ocultaba de los cazadores, cómo exigía obediencia, cómo pedía respeto. Entonces, despertándome aún más rápido, encontré cómo alterar las formas, cómo dominar animales, cómo hacer que los ojos miren más allá de la vista. Entonces Lilith me ordenó que me detuviera, pues había sobrepasado todos mis límites, había ido demasiado lejos,había amenazado mi propia esencia.

Utilizó sus poderes y me ordenó parar. Debido a su poder, yo la obedecí, pero profundo en mí, dentro fue plantada una semilla de rebelión. Y cuando me dio la espalda, abrí mi ser de nuevo, lo abrí a la Noche, y vi en las estrellas infinitas posibilidades, y conocí un camino, un camino de poder y Sangre para que yo lo siguiera, así pues abrí en mí esta Senda Definitiva, desde donde otros caminos procederían. Con este nuevo poder, rompí las cadenas que puso en mí la Señora de la Noche. Dejé la reina Condenada ese mismo atardecer, ocultándome en las sombras, huí a las tierras de Nod y llegué a un lugar donde no pudieran encontrarme, ni siquiera sus demonios.