La Venganza previa
heroldo
Después del desastre de Tuyutí, el mariscal debió quedar desfallecido. La flor del ejército paraguayo quedó tendida sobre las sangrientas lomadas o sobre los inmensos esteros. Después de aquella batalla se levantó otro ejército. Pero éste tenía que ser necesariamente inferior al que sucumbió el 24 de Mayo. Veinte y cinco mil hombres habían entrado en combate aquel día. La mayor parte murieron. Los que no murieron fueron heridos. Y los que no fueron heridos cruzaron aquel campo sembrado de cadáveres y volvieron a nuestro campamento, llevando en el fondo del alma la visión de la derrota.
No eran ya los briosos adalides, que sin medir el peligro y por sobre todas las dificultades habían subido, desde el borde de los pantanos del Bellaco hasta lo más alto de las lomas de Tuyutí, a escribir en sangre de héroes la página más hermosa de nuestra relampagueante epopeya militar. Eran ancianos: llevaban el frío de la derrota en el corazón. ¡”En las batallas se encanece pronto”!
Después de aquél día volvimos a reorganizarnos. Un poeta americano llamó al Paraguay “indomable Anteo, que cien veces caído se levanta”. Y lo llamó bien. Sólo el Paraguay realizó en el nuevo mundo el milagro de Anteo, levantándose más fuerte después de su caída. Sólo un pueblo como el Paraguay pudo levantarse después de Tuyutí. Y levantarse más fuerte aún, para aplastar dos veces consecutivas el orgullo porteño en los fosos de sus trincheras.
Mitre sonrió sobre la tumba de los caídos en Tuyutí. López rugió. El uno se acostó a dormir sobre sus laureles. El otro se preparó para el día de la venganza. Y ella fue terrible. Sauce y Curupayty vengaron a los que el 24 de Mayo de 1866 nos legaron un hermoso ejemplo y una perenne fuente de inspiración patriótica.
En la batalla de Sauce peleamos cuerpo a cuerpo, salimos de las trincheras para probar al vencedor que nuestra indómita bravura no había decaído, después de las amarguras de la derrota. Por eso Sauce brillará por encima de Curupayty en los anales guerreros del Paraguay. En esta última batalla alcanzamos el más espléndido de los triunfos, pero sin salir de las trincheras. Matamos sin pelear.
Mitre fue el vencedor en Tuyutí. Y Mitre fue también el que tuvo el gran talento de estrellar al ejército aliado contra las trincheras paraguayas en Julio y en Setiembre del 66.
Mitre que se burlaba de la torpeza de López, que sacrificaba estérilmente su ejército en luchas estériles, fue el mismo que hizo fusilar y acuchillar a su ejército en Boquerón y lo llevó a Curupayty, como a una res al matadero.
El asalto a las trincheras del Sauce fue la más grande de las torpezas. Aquellas trincheras eran una verdadera trampa. El generalísimo tuvo el acierto de enviar a su gente a ser víctima de la jugada de los paraguayos. Boquerón era la puerta abierta de aquella trampa infernal. Por allí entraron los Aliados, para ser derretidos por terrible fuego de los cañones. Fue suficiente un puñado de paraguayos para alcanzar el más completo triunfo. Y mientras los aliados cambiaron tres veces de jefe, durante la batalla, los paraguayos se contentaron con uno. Pero ese uno era suficiente. Los argentinos lo conocieron mejor, dos meses después en Curupayty: era José Eduvigis Díaz!
La batalla empezó al amanecer del 18.
Ya dijimos que las trincheras del Sauce se extendían desde Punta Ñaró hasta la Isla Carapá, cerrando los boquerones y dominando las alturas que lindaban con nuestra derecha.
Después del 16, el ejército aliado quedó sumido en aparente silencio. Nuestros espías traían la noticia de que algo preparaba.
El 17 el comandante Roa se colocó con la artillería en la parte derecha de nuestra línea.
Era el cebo de la trampa.
Sobre él caería el enemigo. Tenía orden de sostener un momento la defensa y en seguida retirarse, a fin de que el enemigo, halagado por aquel triunfo, llevara el ataque a nuestra línea principal. El mayor Marcelino Coronel quedó al frente de la guarnición paraguaya de aquella parte de nuestras trincheras, esperando el ataque.
La batalla empezó por un nutrido bombardeo.
En seguida comenzó el ataque.
Un batallón oriental y siete batallones brasileños, a las órdenes del general Victorino, cayeron sobre el segmento de nuestras trincheras, defendido por el mayor Coronel, quien, cumpliendo las instrucciones recibidas, después de una corta resistencia se retiró, protegido por los cañones de Bruguez.
Los aliados, después de esta victoria llevaron el ataque a la trinchera del Sauce. Entraron en el Boquerón y empezó la matanza. Fueron derechitos al matadero, como lo habían previsto los paraguayos. La carnicería fue espantosa. Pero más espantoso el pánico. El enemigo, abrumado por nuestra artillería, tuvo que retroceder. En vano los jefes les exhortaban, en vano los clases trataban de detener aquel desbande, toro era imposible. La corrida fue inevitable.
Entre tanto el bravo mayor Coronel había penetrado en el bosque, para desde allí vigilar el movimiento del enemigo. Sus avanzadas toparon con las avanzadas argentinas, trabándose una lucha encarnizada. El enemigo retrocedía, cuando recibió refuerzos. Entonces Coronel empezó a simular una derrota, arrastrando en su persecución al enemigo hacia el Boquerón fatal, de cuarenta metros de ancho donde caían barridos a metrallazos.
El enemigo, a pesar de todo, consiguió llegar hasta nuestras trincheras.
Nuestros cañones estaban desmontados y ardiendo y los proyectiles casi agotados. Todo esto era nada. Los artilleros abandonaron cañones y trincheras y lucharon a arma blanca, con los asaltantes. ¡Terrible lucha en que faltaba tiempo para tronchar cabezas!
Estaba por triunfar el número (los enemigos habían trepado ya nuestras trincheras) cuando llegó el mayor Páez, al frente de dos escuadrones desmontados. Aquellos valientes trajeron también el ataque a arma blanca. El enemigo fue al instante rechazado.
En aquel momento llegó Díaz con cinco batallones al teatro de la lucha. Al ver la fuga de los argentinos se lanzó tras ellos, fusilándolos por las espaldas.
En este segundo asalto murió el valiente coronel Pallejas. Era español y estaba al servicio de la República Oriental. Fue un alma grande. Su Diario contiene enérgicas protestas contra las iniquidades de la Alianza.
El coronel uruguayo León de Palleja es retirado muerto del campo de batalla del Boquerón
Después de este segundo ataque, los aliados llevaron otro ataque último, al mando del teniente coronel Orma. Cuatro batallones siguieron el mismo camino que se siguieran en los ataques anteriores y penetro el Boquerón. La matanza se empezó de nuevo. Los argentinos eran fusilados estérilmente. En vano procuraron llegar hasta nuestra trinchera. Después de una espantosa carnicería tuvieron que retroceder derrotados por tercera vez!
Con esta triple victoria la batalla quedó terminada.
Los paraguayos recogieron más de cinco mil fusiles. Sobre aquel campo sangriento quedaron tendidos, después de dos batallas, unos seis mil enemigos. Nuestras pérdidas fueron pequeñas. Ahí cayeron sólo dos de nuestros jefes: el coronoel Aquino herido el 16 y muerto el 19, y el mayor Coronel que cayó en el segundo ataque del enemigo.
Díaz, Bruguez, Roa, González, Viveros, Giménes y toda nuestra brillante oficialidad se batió heroicamente, dando pruebas de fría serenidad en todos los momentos de la batalla.
[…]
Después del 18 de Julio los aliados quedaron en el más profundo silencio. Por primera vez habían atacado una trinchera paraguaya, siéndoles tan fatal el resultado. Estaban acostumbrados a ser atacados en sus seguras posiciones. Si cayeron sobre el Sauce fue porque creían fácil el triunfo. Llevaban en los bolsillos las cartas en que se les pedía paraguayitos para criados y paraguayas gordas para cocineras.
Fueron al combate con la seguridad de escoger los prisioneros que les hacía falta para enviar a Buenos Aires. Pero los pobrecitos apenas tuvieron tiempo para escoger el sitio en que habían de caer, bajo el peso del heroísmo de un pueblo. En vez de hacer esclavos de los salvajes paraguayos mordieron el polvo de la más tremenda derrota!
¡Así lo quiso el destino!
por Pompeyo González
(extraído del libro "Recuerdos de Gloria", Servilibro, 2007, una compilación de artículos históricos sobre la Guerra Contra la Triple Alianza escritos por Juan E. O'Leary, pags. 53-59)
Comments
jojoj pri! buen art!
Viva La Republica Inmontal del Paraguay...!!!! (a pesar de los argentinos y brasileros seguimos vivos)
Hail eParaguay..!
Buen articulo, la foto, es erronea....
a lo demàs, se denota la diferencia entre la campaña ofensiva y defensiva de la guerra guazu, es cierto que solo la campaña ofensiva de Mato Groso y Corrientes tuvieron exito, pero lo que toco vivir para aquellos defensores luego, vengando a pasado y futuro las ofensas a la patria.
Viva Paraguay carajo.
v+s
No puedo dar fe de las fotografias, son prestadas de otros sitios. Me recomendaron poner imagenes porque el texto puro parece asustar a las personas.
La guerra se perdio en Tuyuti, lamentablemente al comienzo, en la batalla campal mas grande y sangrienta de toda America del Sur. En otra oportunidad publicaré sobre ella.
votado, excelente
heroldooooo!!! me encantaa!!! si necesitas ayuda para la proxima yo puedo ayudar, tengo muchas imagenes y puedo ayudarte en algo con los datos 🙂
La campaña de corrientes no puede considerarse un éxito, todo lo contrario, enemisto a una provincia que hasta ese momento era muy afín a la predominancia paraguaya en la región, así mismo, el número de bajas que acarreo mantener ocupada la zona para sin obtener una sola ventaja durante meses significo la perdida de decenas de miles de paraguayos.
Al final de las campañas de Uruguaya y Corrientes el Ejercito Paraguayo había perdido más de 50mil hombres, en resumen, la "excursión" militar fue un paseo de 8 meses donde se aniquiló gran parte del ejercito. Los que no murieron, fueron suicidados luego en el ataque de Tuyutí, nada menos que 12mil Paraguayos murieron por culpa de la baja instrucción militar y disciplina que imperaba en nuestro ejercito (un ala llegó 6 horas tardes, la otra no llegó porque estuvieron chupando el día anterior, y la caballería no encontró mejor forma que derrochar coraje que hacer una carga suicida sobre las defensas atrincheradas, muriendo 6000 jinetes en el campo de batalla). Perdimos porque no teniamos jefes militares instruídos para el combate. Al final aparecieron grandes líderes, pero para ese entonces ya era demasiado tarde, todo el Ejercito apto para el combate se extinguió en ataques suicidas y campañas infructuosas. De los errores se aprende.
Tenes razon, compañero mikhailreaper, en que fue un error enviar ayuda a Uruguay, porque debilito al ejercito y porque les dio a los aliados la excusa para la guerra. Pero la guerra ya estaba decidida y el Paraguay debia desaparecer a cualquier precio. Por lo menos nuestro error fue tratar de AYUDAR.
Tambien es cierto que nuestro ejercito tenia muchos defectos, que no teniamos oficiales entrenados en academias adecuadas. Pero si te fijas en el enemigo te daras cuenta que tampoco estaban mucho mejor entrenados. Nosotros cometimos muchos errores, pero los de ellos fueron más y aún más grandes.
La verdadera diferencia no estuvo en los errores que cometimos, sino en la cantidad de tropas y la calidad de las armas y pertrechos que poseian los aliados. Perdimos la guerra porque los ingleses no nos hicieron llegar la flota de barcos ni las armas ni nada de lo que se les compro, sin deberles ningun centavo. Para peor, la flota paraguaya la vendieron a los brasileros y los ingleses se cansaron de prestarles dinero a Argentina y a Brasil, el cual terminamos pagando nosotros luego.
Asi cualquiera.
Votado!
Gracias jaju93! Se aceptan imagenes e informacion, siempre que no sea informacion de internet, porque encontras cada macanada alli.
Una culpa tambien la tuvo Robles que espero que Urquiza se revelara ai perdio meses de mensajes por ese motivo es ajusticiado años mas tarde Urquiza por traidor a la causa... perlita Urquiza fue el mayor proveedor de los aliados vendiendoles todo desde caballos hasta, balas.
Si Robles hubiera marchado a bs as o llegar hasta rosario la guerra se hubiera ganado en pocos meses... ya que conquistando parana, rosario , santafe bs as era cuestion de tiempo...
Otro error fue el de Lecu que dividio su cuerpo en dos columnas siendo una aniquilada de un lado del la margen del rio mientras la otra columna estaba impedida de prestar ayuda...
Otro error fue del mariscal, que envio al norte una parte del ejercito siendo que hubiera marchado por misiones (territorio paraguayo ) para llegar a rio grande y cortar la zona productiva de brasil....
Cabe aclarar que la campaña del norte fue exelente se aniquilo entiéndase entiéndase al enemigo.
Con un poco mas de astucia se hubiera llegado a amazonas y tratar de salir por ese rio ese ejercito fue imparable y solo brasil recupero y anexo el norte al final de la guerra.
nooo... de libros nio!! te voy a estar escribiendo PM 🙂 ya leiste el mio? http://www.erepublik.com/es/newspaper/memorias-de-guerra-268926/1
Heroldo, cierto lo que decis, el enemigo no tenía mejores tropas que nosotros. Pero estaba mejor entrenado y sabía muy bien lo que hacía. Evitaban los ataques suicidas e infructuosos, peleaban gaymente para evitar perder demasiados hombres. Se tomaron su tiempo en ganar al Paraguay.
Ese es el error, cuando te viene una guerra, vos tenes que prepararte para la defensa y la victoria, nuestro error fue nuestra mala preparación y perdimos una guerra que bien podíamos haber ganado si teníamos las condiciones para defendernos adecuadamente.
No te entiendo mikhailreaper. No podes decir que el enemigo sabia lo que hacia y evitaba los ataques suicidas luego de leer lo que escribio Pompeyo. Por lo menos segun él, este ataque a Sauce fue un grave error y fue suicida la forma en que cayeron tres veces en la misma trampa.
Y el de Curupayty aun peor. Hasta hoy los argentinos culpan a los brasileros por el desastre en Curupayty y viceversa. La descordinacion alli fue tremenda. Murieron mas de 15.000 aliados contra unos cientos paraguayos. Eso es masacre y no macana.
Para mi la guerra la perdimos primero porque eramos menores en numero y segundo porque no teniamos forma de abastecernos por ser mediterraneos. Si hubieran venido de a uno, como hombres, hubiera sido muy diferente.
Hay que recordar siempre que les tomo 5 años a 3 paises reducir a uno solo. No conozco mucho de historia foránea, pero no se de nada que se compare a eso.
No se yo si se equivocaron mucho o poco, o si hubo mal liderazgo.. es facil hablar cuando no se está en el momento.
Lo unico que se es que pusieron TODO lo que tenian que poner para defender lo que se podìa... tanto que estuvimos al borde de la aniquilaciòn total de los hombres paraguayos... Si los huevos de esos hombres no pesa en la historia señores... NO SE QUE PESARA... pero si hoy tuvieramos la mitad de ese coraje, el Paraguay serìa otra cosa... de eso estoy seguro
Saludos!
Sin olvidar que el resultado de la batalla de Curupaity hizo que la guerra parara un año completo en los ataques de los aliados... Creo que ese pequeño detalle no tiene precendentes en la historia de una guerra de aniquilaciòn...