Insomnio

Day 4,228, 12:41 Published in Venezuela Venezuela by Darwin Carballo

Todas las noches son iguales, intento dormir y el insomnio me mata, mi cuerpo cansado intenta reposar, me levanto por algo de agua, me vuelvo a acostar en mi cama y me arropo... Los pensamientos me invaden y el sueño no me quiere tomar, no quiere que vaya consigo... Me voy al baño, enciendo la luz y la persona en el espejo toma otra forma de la usual, soy yo un poco más viejo y empiezo a hablarme frente al espejo diciéndome: ¿No concilias el sueño verdad?, dime, ¿acaso quieres llevártelas bien con ese bueno para nada llamado sueño? He logrado tantas cosas sin él, ven echa un vistazo.

El hombre en el espejo saca su brazo y me hala y me introduce en el espejo; dentro hay una casa muy grande, tan grande que si intentas gritar puedes escuchar tu eco, había un montón de cosas lujosas y cuadros de esos abstractos que poco arte tienen pero a todos les gusta, al notarme impresionado el hombre del espejo que ahora está a mi lado empieza a hablarme diciendo:

Para forjar todo esto tienes que dejar de descansar y ponerte a trabajar en las cosas realmente importantes... A ver, ¿cómo te va en los estudios? ¿ya hiciste esa tarea que le debías al profesor? ¿O es que esperas otro reclamo? ¿O como te va en el trabajo? ¿Siempre llegas tarde ahí no? Luego le pones la escusa a tu jefe de lo cansado que estas; ¡en esta vida tienes que trabajar duro por lo que quieres!, ¿que no lo entiendes? el futuro solo se forja bajo la constancia, el orden y el trabajo duro, sin ello no podrás organizar tu vida, no hay tiempo para descansar, mucho menos para estar cansado, deberías dejar de escribir esa tonta novela tuya, ¿no ves que a nadie le interesa?, los escritores son sólo unos holgazanes.... ven demos un paseo.

Entonces lo seguí al garaje donde había un auto tan lujoso como la casa, él se montó en el auto y me hizo una seña para que hiciera lo mismo y entonces salimos del garaje a la ciudad, bajamos en una pequeña plaza, había un músico con un cuatro tocando y cantando, me di cuenta que esa persona se parecía a mí y aún más a la persona del espejo, casi que no noto el parecido conmigo con esa gran barba y el cabello tan largo, el músico y su cuatro tocaron una muy alegre canción, casi narrada más que cantada, decía algo así:

Si el cielo hoy llora

Yo bailare para alegrarlo,

Si el cielo hoy se nubla y obscurece

Yo sonreiré para alumbrarlo,

Si el cielo hoy le acompaña el arcoíris

Yo cantare ésta mi canción para vivir bajo su amor.


El músico alzo su mano al notar que le notamos, pidiendo monedas a lo que el hombre del espejo le contestó:

– No te daré ni un centavo, seguro lo gastaras en vicios innecesarios.

–Quizás un ricachón no pueda entender mi canción, pues viven de bolsillos llenos y se nublan de razón–dijo cantando el músico al ser rechazado y no recibir las monedas que pidió; el músico se me acercó y me miro al rostro– si has venido aquí, por consejos yo te digo, que no sigas su camino, el dinero es solo papel y el papel no puede valer si poco interés das en el... una siesta vale más que todo su lujo, no lo olvides; pues el que vive sólo por el papel, poca felicidad en la vida llega a tener.

– vayas tonterías dices músico de aspecto vagabundo, tus rimas son una pérdida de tiempo, si no deseas acabar como él, sigue mis consejos.

Entonces enojado, el músico lo enfrentó diciendo:

– ¿acaso no vivías tú por el verso?, ¿acaso no eras tú un poeta?... ¿cómo es que alguien que viva esa conexión de espíritu y de buen verso puede llegar a ser un esclavo del dinero?

– un hombre debe crecer y entender su verdadero camino, que mira cómo te ha dejado el verso y la poesía a ti por no terminar de crecer y ajustarte al orden establecido–entonces me miro– el tiempo es dinero hijo, no lo malgastes en rimas, pues harás más feliz a una mujer con una gran casa que con una poesía.

– ¿Que puedes saber tú de amor si todo lo has comprado? –Contesta el músico– He vivido decenas de amores, he compuesto poemas para cada amanecer y he dado mi vida al verso, el verso me ha llevado a conectarme conmigo mismo y a amar, amar verdaderamente y aunque de rechazos muchos y en ellos me he compuesto, cada bella poesía, cada conexión que establezco en mi escribir me ha dado felicidad y he recibido amor sincero y aunque tu tengas una gran casa y tu dinero, tiempo gastaras pero amor sincero no recibirás.

En medio de aquella discusión desaparecí, para amanecer en mi cama... al fin había dormido un poco. Que extraños sueños tengo.