El rey ha muerto: ¡Viva el rey!

Day 1,414, 09:29 Published in Spain Spain by Askatasuna

Eso gritaban los súbditos para recibir al nuevo rey. Eso es lo que no se ha podido decir nunca de cada nueva versión de eR. Mientras que los cambios, en cada faceta de la humanidad siempre han supuesto un aliciente y una esperanza, en esta humanidad virtual hace mucho que todos saben cómo va a acabar esto.

Los egos de unos pocos y la rutina del resto es lo que mantiene la débil estructura. Porque no hay que engañarse, casi todos los que han intentado aportar algo a este mundo se han ido o se están yendo. Y los que quedan están en silencio.

Cada cual con su scatergorix hace lo que quiere. Pero hay que tener cuidado con las reglas que se exigen al resto pues uno puede convertir un juego colectivo en un solitario. Y no es que sean estos aburridos, pero como negocio su futuro es más que incierto.

Mi admirado mojojo va despidiéndose de a poco. Quedan cuatro gatos de aquellos con los que me he divertido. Y cada día nuestro contacto se distancia más en el tiempo. ¿Qué nos vamos a decir? Si algunos están ya hartos de reinventarse mundos posibles que entretengan al resto...

El que llegue hoy por primera vez aquí, sale corriendo. Y no precisamente a trabajar o entrenar, que son las únicas opciones del juego que están realmente a su alcance. Y la guerra... Bueno, la guerra aquí es una cosa que nadie decide. Simplemente ocurre. Una guerra eterna. Los amigos y los enemigos entran y salen como si de una boca de metro se tratara.

Hubo un tiempo en que uno podía dedicarse a hacer otras cosas: escribir, leer, política, llevar empresas o especular con moneda. No sé si era mucho o poco. Pero era divertido. Hoy, es mucho menos divertido porque todas esas opciones han sido limitadas hasta casi desaparecer de la práctica común del juego.

No me quejo. Del mismo modo que se nace y se muere, yo vine y me iré. No soy nadie, ni quiero serlo. En la vida real, cada generación tiene quien la sustituya. Y siempre hay un hueco por donde se nos cuela la insolencia de los nuevos. La bendita insolencia y su desparpajo. Lamentablemente, esto que hubo tiempos en que parecía una guardería o un colegio, hoy es un asilo. Todos esperando nuestra ración de pastillas que nos prolongue la vida un día más. Se nos fue hasta el angel de la muerte...