Una lección de historia para los inglesitos (...y para sus lacayos de la región)

Day 2,776, 23:03 Published in Argentina Argentina by Saccopharynx

Gentileza de www.irizar.org, sitio no oficial de carácter educativo

2014 - Bicentenario de la Campaña Naval Libertadora Browniana en el Río de la Plata
La Gobernación de Buenos Aires, Las Provincias Unidas de Sudamérica, Las Provincias Unidas del Río de la Plata, La Confederación Argentina y la República Argentina, contra el Imperio Británico

A 300 AÑOS DE SUCESIVAS INVASIONES militares, comerciales y culturales a nuestro territorio y a nuestros ciudadanos, el Reino Unido de la Gran Bretaña, continúa desde 1711 y hasta el presente con su plan sistemático de apoderarse de nuestro país.

Realmente pocos argentinos conocen bien nuestra historia, muchas son las causas de ello; cuestiones políticas, maneras intencionadas de educación a determinados sectores, cipayismo y hasta algún tipo de corrupción, serian solo algunas de ellas.

Lo cierto es que a todos nos enseñaron nuestra historia como una conformación de ideas comunes al modelo necesario de Nación, dejando de lado lo demás, como si no sirviera; en definitiva una historia muy parcial.

La realidad es que, pese a los 300 años de sucesivas;

1-Invasiones territoriales.

2-Bloqueos navales al Río de la Plata.

3-Piratería y depredación en nuestros mares del Atlántico Sur.

4-Ingerencias en políticas internas.

5-Interferencias a nuestro comercio internacional.

6-Alianzas con grandes potencias en nuestra contra.

7-Corrupción de ciudadanos e instituciones nacionales.

8-Sembrado de desconfianza, odio y discordia con nuestros vecinos.

9-Apropiación de nuestros recursos naturales.

10-Compra encubierta de enormes extensiones de tierras argentinas en áreas de frontera y dentro de las “Zonas de Seguridad Nacionales”.

11-Apropiación de nuestra industria básica.

12-Interferencias en nuestros polos científicos y tecnológicos.

13-Espionaje militar, comercial e industrial.

14-Presiones diplomáticas en todas y cada una de las organizaciones y fueros internacionales.

15-Amenazas con el uso de la fuerza militar, incluidas las armas nucleares.

16-No cumplimiento de las resoluciones internacionales en nuestro favor.


A todos nos contaron solamente de las dos invasiones inglesas a la ciudad de Buenos Aires ocurridas en 1806 y 1807 durante el Virreinato del Río de la Plata, sin que se mencione el resto de las invasiones planificadas y/o realizadas a la Nación Argentina ni las que están actualmente perpetrando, últimamente contando como aliado poderoso, a la Comunidad Europea.

Hasta el presente, el Reino Unido de la Gran Bretaña nos ha invadido en más de 50 oportunidades, utilizando fuerzas militares, comerciales y/o diplomáticas, Inglesas o acompañadas con la de sus aliados circunstanciales ,como han sido a lo largo de estos 300 años, Francia, Portugal, Italia, EE.UU, Chile, Brasil, Uruguay, la Organización de los Estados Americanos, las Naciones Unidas y la Comunidad Europea, siendo precisamente los Ingleses los que desde 1711 se han mantenido al frente de todos estos atropellos, siempre con el mismo objetivo, el de someternos colonialmente.

Puede que de este análisis no se haya tenido en cuenta alguna o algún tipo de invasión, pero de todas formas, sirve para refrescar la memoria y como reconocimiento a todos los criollos que dieron su vida, sus familias, sus haciendas y su futuro, en las sucesivas reacciones del pueblo argentino en contra del Imperio Británico y sus aliados.

ANTECEDENTES DE LOS 300 AÑOS DE INVASIONES INGLESAS:

Nos han acostumbrado a considerar las invasiones de 1806 y 1807 como la primera y la segunda; pero las invasiones inglesas son al menos once en la Época Hispánica, cuarenta y nueve en nuestro desarrollo independiente. Antes de referirnos a ellas debemos primero hacer algunas consideraciones.

Argentina y Uruguay son los países americanos que más cantidad de costa han perdido a lo largo de la historia. Se nos dirá que Bolivia perdió toda su costa del Pacífico, es cierto, pero Uruguay y en parte la Argentina perdieron una extensión mucho mayor que la boliviana.

Si partimos de la base de que nuestro territorio original fue inicialmente el Virreinato del Alto Perú y luego de 1776, el del Virreinato del Río de la Plata, hemos perdido la costa marítima que va de la Isla “Santa Catalina” (Brasil) hasta la frontera actual de Brasil con Uruguay, en la localidad del Chuy.

En el sur, desde 1810, Argentina ha perdido por lo menos la mitad del Estrecho de Magallanes y las Islas Lenox, Picton y Nueva, las que están al sur del Canal Beagle y que dan sobre el océano Atlántico.

Hasta 1826, las costas del Alto Perú (hoy Bolivia) sobre el Pacífico, pertenecían primero al Virreinato del Río de la Plata y luego a las Provincias Unidas del Río de la Plata, incluso el Puerto de Cobija rebautizado por el Mariscal Antonio José de Sucre en 1825 como Puerto La Mar, perteneció a la jurisdicción de Salta.

Tampoco somos hoy soberanos, sobre nuestras grandes islas del Atlántico Sur como las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y tampoco sobre el Territorio Antártico Argentino.

En cambio Brasil tiene su isla Trinidad sobre el Atlántico y a 1.200 kms. al Este de Río de Janeiro; Ecuador conserva las islas Galápagos sobre el Pacífico y a 1.050 kms. al Oeste de su costa y Chile tiene las islas Juan Fernández y la de Pascua, esta última también sobre el Pacífico y a más de 3.000 kms. al Oeste de su costa continental.

En general casi todas las naciones americanas han conservado sus islas, aunque Venezuela haya perdido a Trinidad; pero ninguna como la Argentina, ha sufrido y sigue sufriendo una presión tan sostenida y constante del Imperio Británico.

En la época hispánica se podía comprender esa presión y ese ataque a España, en una lucha de predominio España y Francia por un lado, unidas por los lazos familiares Borbónicos y desde 1761 por el "Pacto de Familia", e Inglaterra pujante, formando su imperio en base a su poderío marítimo y su adelanto industrial.

En la época independiente, la agresión es mucho menos justificable. La Argentina obtiene su independencia contando con la ayuda inglesa en armas y pertrechos. Es cierto que paga el duro precio de la dependencia económica, pero ese era el verdadero objetivo de la ayuda del Reino Unido de Gran Bretaña.

Los argentinos fueron muy buenos amigos de Inglaterra, nos convertimos en su proveedor de cueros, grasas y carnes; nos adaptamos a sus necesidades y modalidades; pero fuimos atacados militarmente en el Río Paraná, en Malvinas, en el Atlántico Austral y en la Antártida, siendo aliados y en plena paz.

Los tiempos han cambiado, la Argentina ha alcanzado su independencia económica, pero aún sigue la irritante presencia inglesa en parte de su territorio, aún estando en paz y esperando reivindicaciones que duran demasiado en concretarse.

No todo fue negativo en este dominio inglés de nuestra economía, ni podemos dejar de resaltar el empuje inglés en las empresas humanas y el vigor de sus instituciones; pero la nación de Nelson, Wellington, Locke y Shakespeare deberá reconocer que otra nación que ha tenido a San Martín, Belgrano, Brown, Alberdi, Rivadavia, Mitre, Sarmiento y Roca, no puede seguir teniendo ocupadas las Malvinas, sus islas australes y la antártida, con argumentos basados y sostenidos con la fuerza.

Esa pérdida de costas, islas y territorios soportada por la Argentina, por una presión que es la mayor que ha realizado la "Reina de los Mares" a un país sudamericano, es cierto que tiene otros factores de causa; pero la acción inglesa ha sido decisiva.

Nuestra falta de conciencia marítima, nacida de problemas coloniales y la existencia de una vasta y rica tierra de demografía débil, ha influido para posibilitar ciertas acciones inglesas.

¿Cuáles han sido las causas para que Inglaterra interviniera más en la Argentina que en otras naciones sudamericanas? Seguramente son varias y las expondremos brevemente:

Es indudable que hubo un motivo político básico que fue el de consolidar el poder del imperio inglés, en una zona importante y rica con grandes posibilidades potenciales.

Consideramos muy importantes los motivos geopolíticos y navales, por ser el Atlántico austral un mar de creciente importancia estratégica y a Inglaterra le interesaba dominar la Argentina o alguna de sus partes, como la Banda Oriental, hoy Uruguay, así como dominó en Singapur, la India, Ceylán, Sudáfrica y Gibraltar.

Todas esas posiciones eran o son dominantes del pasaje entre mares, capitales para una potencia marítima. Así como desde el Cabo de Buena Esperanza se domina el pasaje del océano Atlántico al Indico, desde Colonia del Sacramento y Buenos Aires se dominaba la entrada y salida de la hoy llamada Hidrovía Paraguay - Paraná, hasta el corazón ddel Mato Grosso brasileño, la navegación del Río Uruguay, además de todos sus afluentes navegables como el Río Bermejo, el Carcaraña o el Pilcomayo y desde las Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y la península Antártica, se domina el pasaje del océano Atlántico al Pacífico Austral.

Este último dominio comenzó a tener enorme importancia desde fines del siglo XVI hasta 1914, año en que se inauguró el Canal de Panamá. Su importancia potencial siguió subsistiendo y ahora crece con la posibilidad de la anulación del Canal por sabotaje o la presencia en los mares de petroleros, gaseros, graneleros o mineraleros gigantes, cuyas dimensiones no permiten el uso del Canal de Panamá.

Los motivos económicos dieron importancia a la Argentina y sus mares fueron otro de los factores importantes, motivadores de las repetidas agresiones.

Desde que en 1680 Dn. Manuel Lobo fundó la Colonia del Sacramento, base avanzada de la penetración portuguesa en el Río de la Plata, esta población fue el mayor centro del comercio legal y contrabando en el Virreinato del Alto Perú (años después se crearía el Virreinato del Río de la Plata). La Gobernación de Buenos Aires creció con el contrabando realizado por los ingleses, portugueses, holandeses y franceses. Los funcionarios del virrey hacían la 'vista gorda' y los perjudicados fueron los comerciantes monopolistas y el comercio mercantil español.

También, desde 1776 la plata del Cerro Rico de Potosí (hoy Bolivia) debía llegar y salir de Buenos Aires. La riqueza ganadera, cueros en enorme mayoría, astas, cebo, tasajo o carne salada, se obtenían y vendían muy baratos y se adquirían todo tipo de productos manufacturados de los que carecía el virreinato, especialmente los textiles de calidad.

Inglaterra fue la primera nación que tuvo su revolución industrial y desde 1770, aventajó en 30 ó 50 años al resto de Europa. Con excesos de producción debía buscar mercados o si era factible, colonias donde ubicarlos. Si además podía extraer de esos mercados materias primas baratas, mucho mejor. A esto debe sumarse que en esos años también había perdido sus colonias en Norte América, así que el Río de la Plata no sólo reunía todas las condiciones, sino que potencialmente era un negocio extraordinario.

También las ventajas de nuestros puertos y vías navegables eran apreciadas por las autoridades y comerciantes portugueses y anglo holandés. El comercio era incentivado por ellos hacia nuestras costas y de aquí hacia el interior del territorio español. No siendo igual en el pensamiento y acción de las autoridades españolas, quienes imponían un férreo y cerrado monopolio comercial principalmente en el Mar del Sur.

El sistema de comercio español (pocos puertos, sistema de extracción colonial) imponía que desde las colonias del Plata se enviara hacia Europa productos pecuarios primarios (principalmente cueros, cebo), así como de forma directa e indirecta (contrabando) metales preciosos. Se las abastecía con productos españoles que llegaban con poca asiduidad, altos costos y en la mayoría de los casos de muy baja calidad.

En contraposición el sistema de comercio británico, impulsado desde lo material por la revolución industrial y basados en las ideas del escocés Adam Smith y a las del francés Francois Quesnay con su laissez faire, laissez passer, (dejar hacer dejar pasar); se lanza a conquistar el mundo blandiendo en una mano productos industrializados y en la otra su espada.

Estas ideas de “dejar hacer, dejar pasar” fueron aplicadas por la corona británica a su política exterior, en una combinación de intereses privados y públicos (geopolíticos y socio-económicos). Se dejaba a los empresarios la iniciativa sobre las distintas expediciones que además de tener rentabilidad económica deberían servir a los intereses de la corona. Ejemplo de estas empresas es la East India Company que promovió la invasión de la India en 1757.

También, otra circunstancia económica primó en el último siglo para la "invasión marítima inglesa": la riqueza en pinnípedos y ballenas de nuestras costas y mares patagónicos, malvineros y antárticos. A partir de la tercer década del siglo XVIII hasta nuestros días, primero los británicos, luego los norteamericanos, franceses, noruegos, holandeses, sudafricanos, han devastado nuestros mares, cazando cientos de miles de cetáceos y varios millones de pinnípedos, hasta casi la extinción de especies y exterminio masivo de otras. Hoy siguen rusos, japoneses y chinos y esta historia continúa.

Finalmente, otras circunstancias económicas han mantenido el interés del imperio sobre nuestros territorios, la pesca industrial de los recursos vivos de nuestro mar austral, la explotación de recursos petroleros y gasíferos del subsuelo argentino, tanto en las islas como en la Antártica [sic] y sus plataformas submarinas, los minerales estratégicos como el oro, la plata y las tierras raras y el agua dulce de los glaciares cordilleranos y los humedales mesopotámicos.