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GENGIS KAN


En el siglo XIII, una tormenta proveniente de las inmensas llanuras mongolas se abatió sobre el mundo y es que en esas inhóspitas y remotas tierras nació un hombre, que sencillamente, fue el más grande conquistador de todos los tiempos, su nombre es recordado con pavor y admiración… Gengis Kan, sus campañas, estrategias, decisiones y políticas son al día de hoy estudiadas con profundo respeto y admiración en las mejores academias militares del mundo.

Nacido en el seno de una familia noble, cayó en desgracia a los 9 años, edad a la que experimentó la muerte de su padre. Por petición expresa de su madre, consagró su vida a encontrar venganza, fue ese el motor que le impulsó a hacerse del control de su tribu y acto seguido organizó una campaña contra los tártaros, pueblo que asesinó a su padre.

Pero Temuyín (su nombre de pila) sabía que el verdadero enemigo se hallaba en China, pero para vencerlo necesitaría ser más que el jefe de una tribu, por ello se preocupó primero por unificar en torno a sí a todas las tribus mongolas existentes y a acabar con las reacias a hacerlo, ello no tanto por venganza, sino porque a diferencia de otros líderes tribales, Temuyín observó que la estrategia China para mantener a los mongoles a raya había sido dividirlos para que peleasen entre ellos, ese es el motivo por el cual la unidad fue especialmente importante y por el cual castigó brutalmente todo atisbo de resistencia, pues cualquier fisura en su unidad sería aprovechada inmediatamente por los poderosos chinos.

Para unificar a los mongoles utilizó tanto la policía como el terror, prometía por una parte riquezas sin igual producto de las campañas de conquista que emprendería, a los líderes que se resistían en cambio, les asesinaba de las más terribles formas hirviéndolos vivos en muchas ocasiones y si el pueblo se mostraba aun reacio sencillamente lo exterminaba, sentando un espantoso precedente para los demás, de esta manera, Naimanos, Keraítas, Merkitas, Kirguises, Uigures, Kitanos, Tayikistanos y en resumen todas las tribus mongolas estaban a sus órdenes y había sido proclamado Gengis Kahn.

Con Mongolia unificada, Gengis se sintió al fin lo suficientemente fuerte como para iniciar una campaña contra los odiados Chinos, campaña que no solo aplacaría sus deseos de venganza, sino que además cumpliría dos objetivos estratégicos, el primero político, ya que muchos de sus aliados se unieron a él por las promesas de riqueza, que en ese momento, solo tenía a la mano en China. El segundo económico pues China los prósperos reinos Chinos le proporcionarían enormes tributos y recursos económicos, que le permitirían extender aun más sus conquistas.

El primer objetivo fueron los reinos del norte, especialmente los hsia hsia, que se sentían seguros tras sus murallas, y con la protección del, según ellos, infranqueable desierto de Gobi, pero Gengis conocía bien las capacidades de su pueblo y las usó en su provecho. Al depender casi únicamente del caballo para alimentarse y sobrevivir, a sus jinetes solamente les bastó con llevar varias monturas para cruzar el desierto y poder flanquear la muralla China.

Esta maniobra demás le garantizó obtener el factor sorpresa, situación en la que Gengis se volvió experto, pues las fuerzas chinas que le esperaban en torno a la muralla no fueron capaces de defenderse del ataque de flanco de Gengis, al no contar con una defensa lo suficientemente organizada y cayeron en 1209, y dos años después se abatió sobre los chin, y aunque su avance fue arrollador, le fue difícil tomar Pekin.

En ese contexto Gengis mostró una cualidad muy valiosa y rara en el medioevo y esa era su disposición a aprender y a servirse de sus pueblos conquistados pues aprovechó el conocimiento de algunos reinos chinos sometidos y que a la vez eran enemigos de los chin para someter a un asedio efectivo a Pekin, la cual terminó por caer y con ella todo el reino.

En el aspecto estratégico su arma principal fue la velocidad, sus avanzadas de caballería eran lo suficientemente rápidas para llegar a menudo antes de que sus víctimas se enteraran de que iban a ser atacadas y muy a menudo se bastaban a sí mismas para aniquilar a las desprevenidas fuerzas encargadas de la defensa de la plaza a tomar y si no era así, su presencia impedía montar una defensa lo suficientemente poderosa y/o recolectar los suministros necesario como para resistir un asedio, dejando la plaza más vulnerable al ataque del ejército mongol cuando llegara en toda regla.

El terror también era un arma poderosa ya que la fama de la brutalidad de la venganza mongola contra las ciudades que se resistían era suficiente para amedrentar a amuchas y minaba considerablemente al moral de las que pretendían resistirse.

En la táctica su arma favorita era el engaño, fingiendo retiradas, urdiendo trampas, fingiendo ataques o debilidad y haciendo uso extensivo de sus arqueros a caballo, perfectamente organizados gracias al sistema de división decimal que implantó en su ejército y sus disciplinados oficiales y tropas, es necesario mencionar también, que sus tácticas eran propias de los métodos de caería que utilizaba su pueblo desde tiempos inmemoriales y que procuró arraigarlas lo más posible entre sus tropas a través de su práctica ceremonial y tradicional..

En este punto es menester detener esta reseña debido a que la próxima tratara sobre un general a sus órdenes que no solo fue su mano derecha, sino que además redimensionó el modo de hacer la guerra de los mongoles y que es de vital importancia para entender las conquistas de Gengis contra los persas, rusos y húngaros y que merece estar entre los más grandes de la historia al lado de él.

Independientemente de ello y hasta este punto, la grandeza de Gengis es inobjetable y es digna de toda admiración ya que conquistar a China, que aunque dividida, era el imperio más grande y poderoso del mundo en ese momento es una hazaña sin precedentes en la historia, lo que hace que muchos expertos le consideren el estratega más brillante del medioevo y algunos otros el más grande de todos los tiempos.

Referencia: "De la guerra - Vom kriege"

Es algo extensa la reseña, pero no por ello deja de ser muy interesante.

La confianza en la dirigencia de ePeru, al margen de si existe o no la falta de informacion, no debe de mermar ni mucho menos desgastarse esperemos lo mejor de aquellos que llevan las riendas de nuestro querido ePeru.

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