Los juicios de Dios

Day 629, 16:41 Published in Spain USA by mormeg

En la Edad Media, cuando se cometía un delito y era dificil saber si el acusado era culpable o no, se recurría a una serie de pruebas llamados juicios de Dios para determinar la inocencia o culpabilidad del acusado. Entre los más comunes estaba la prueba del hierro, donde el acusado debía coger un hierro candente con sus manos. El veredicto era sencillo: si tras coger el hierro no había quemaduras en sus manos, el hombre era inocente; si, por el contrario presentaba quemaduras era culpable.

Hoy en día nos encontramos en el Nuevo Mundo del Señor, un lugar donde poder llevar a cabo nuestros sueños frustrados de la otra vida. Pero he de decir que aún en el Nuevo Mundo se siguen utilizando procedimientos como el anteriormente expuesto. Cuando alguien es acusado de violar las leyes, los jueces aplican sin restricción ni moderación las leyes vigentes en este nuestro mundo. Y parece que últimamente vuelve a estar de moda la aplicación de la prueba del hierro en España. La razón propuesta por los jueces es simple: como aquí tenemos mucho hierro la prueba nos viene al dedillo. Coincido con ellos.

Así he descubierto que los jueces de hoy en día no son como los de antes. Estos no se quedan en su despacho si no que trabajan mucho y son como Colombo, siempre hayan al culpable que, tras mantener el hierro candente en sus manos, no puede evitar que salga a relucir la culpabilidad. Las penas impuestas son severas: no ir a misa tres domingos o, en ciertos casos, el acusado pierde todo derecho a entrar en misa y poder adoctrinarse en los mandamientos del Señor sobre este Nuevo Mundo.

Pero no todo es felicidad en las praderas del Señor, el viento ulula y a lo lejos se oye, entremezclado con la brisa de los árboles, la incomprensión de aquellos que, juzgados según los criterios de los jueces del Señor se ven forzados a la reencarnación para subsistir en este Nuevo Mundo carente de sentido y ley. Un mundo vuelto al revés donde la paz ya no es paz, si no que es guerra y el pis es algo que produce terror y me quita el sueño cada noche, un sueño que cada día cuenta con menos parcelas dedicadas a la libertad.

A aquellos que lo han leido, muchas gracias.