[Batallas del mundo] Termópilas 490 a.C

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Detener a los persas en el paso de las Termópilas, frenar su avance y rodearlos por mar para que no recibieran refuerzos; éste era el plan de la coalición griega contra sus invasores. La batalla tuvo lugar entre el 17 y el 19 de septiembre y, aunque los persas se llevaron la mejor parte, los griegos obtuvieron la gloria.

Superioridad persa
Griegos - - - - -Persas

Espartanos: 300 - - - - Tropas: 250.000
Tespios: 700 - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Arcadios: 2.120 - - - - - - - - - - - - - - - - -
Locrios opuntios: 1.000 - - - - - - - - - - -
Tebanos: 400 - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Corintios: 400 - - - - - - - - - - - - - - - - - -
de Fliunte: 200 - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Micenos: 80 - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Focenses: 1.000 - - - - - - - - - - - - - - - -

Perdidas
Muertos
300/2.000 - - - - - 20.000

Victoria pírrica de los persas

Encabezados por el rey Jerjes y recorriendo un puente de naves establecido en el Helesponto, un millar de persas invadieron Grecia. y, como respuesta a la inminente invasión, el general ateniense Temístocles propuso que los aliados griegos bloquearan el avance del ejército persa en el paso de las Termópilas, a la vez que bloqueaban el avance de la armada persa en los estrechos de Artemisio.



Los griegos habían formado una coalición de treinta y un estados. A Esparta, que estaba entre los aliados, le tocó asumir el mando.

Para llegar hasta el Ática, los persas debían pasar por el paso de las Termópilas. Los aliados enviaron 7.000 hoplitas al mando de Leónidas, rey de Esparta. Apostados en las inmediaciones del desfiladero, los invasores esperaron durante tres días para iniciar el ataque, pero en el primer dia de ataque ya se dieron cuenta de la imbatible resistencia griega.

La primera oleada que daría comienzo a la Batalla de las Termópilas consistía en un ataque masivo de infantería ligera. Eran muchos pero muy mal equipados en comparación con los griegos. Sus escudos eran más pequeños , sus espadas más cortas que las lanzas griegas, y su armadura era casi inexistente al contrario que las de los griegos.

En una zona estrecha los griegos formaron en falange, falange que en ningún momento se fracturó, la vanguardia iba rotando, cada polis ocupaba la primera línea y enseguida era relevada, la fatiga así no hacía mella, los cadáveres persas se iban amontonando, hasta que la primera oleada se hizo añicos, mientras que los griegos no habían sufrido más de 3 bajas.

Al día siguiente, los Inmortales, como se conocía a la guardia personal de Jerjes, intentaron el asalto, pero sufrieron muchas bajas, pues los griegos fingieron que huían para volver después por la retaguardia, rodearlos y contraatacar. Al tercer día los griegos se alternaron en la defensa distribuidos en grupos de guerreros según la ciudad de procedencia, para que una parte de las tropas descansara. Jerges manda cantidades ingentes de soldados, intentando causar el mayor desgaste a los griegos, y con la esperanza de que estos estén ya exhaustos, pero ocurre lo mismo que al día anterior, una vez tras otra lo griegos rechazan las cargas persas, que ya comienzan a temer al enemigo.


Al día siguiente, los hombres de Jerjes se replegaron para reorganizarse. Pero el griego Efialtes indicó a los persas el camino para atacar por la retaguardia y por sorpresa a los espartanos. Esa misma noche un ejercito compuesto por los inmortales supervivientes y completados con infatería hasta alcanzar los 20.000 hombres son enviados al secreto paso. A pesar de que lo griegos fueron advertidos de la maniobra envolvente del ejercito persa, esa misma noche se cree que sucede un ataque griego al campamento persa que causa innumerables bajas y que de estar en su tienda habría acabado con la vida del mismísimo Jerges.



Por la madrugada, la maniobra envolvente estaba en marcha, los griegos apostados en la retaguardia no pudieron detener el avance persa que simplemente pasaron de largo a estos hombres, una vez los líderes griegos fueron avisados de este suceso, se convoca un consejo de guerra según el cual algunos líderes acordaron retirarse mientras otros mantenían el paso con el fin de caer con honor y retrasar a las hordas persas para evitar un baño de sangre mayor.

Sabiendo que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría del ejército griego, permaneciendo para proteger su retirada junto con 300 espartanos, 700 tespios, 400 tebanos y posiblemente algunos cientos de soldados más, la mayoría de los cuales murieron en la batalla.

Los tebanos fueron los primeros en rendirse, aunque algunos causaron más bajas una vez se les acercó el enemigo, los demás continuaron batallando, en esta lucha murieron Leónidas I y dos hermanos de Jerjes. Finalmente los griegos retrocedieron a una zona más estrecha donde una gran descarga de flechas acabó con ellos. El cadáver de Leónidas fue decapitado y crucificado, pero él ya había pasado a la historia. Las tropas de Jerjes cruzaron el desfiladero y ocuparon Grecia, llegando incluso a ocupar Atenas.

Sin embargo, un año después los griegos, gracias a su victoria en la batalla de Platea y a la destrucción de la flota persa en Micala, alejaron para siempre la amenaza de una invasión persa.

La disciplina espartana

Esparta implantó una estricta eugenesia destinada a lograr ciudadanos sanos y fuertes. El bebé era examinado por una comisión de ancianos en la Lesjé (“Pórtico”, “Soportales”), para determinar si era hermoso y de constitución robusta. En caso contrario se le llevaba al Apóthetas, una zona barrancosa al pie del Taigeto, donde se le arrojaba o abandonaba en una cima. Se buscaba eliminar así toda boca improductiva. Si el niño, o niña, superaba la prueba, era durante la infancia se instruía especialmente a las nodrizas para que lo criaran sin pañales que constriñesen su crecimiento o debilitaran su resistencia al frío y al calor. Al niño se le enseñaba a evitar toda clase de melindres, caprichos o rabietas, y debía acostumbrarse a estar solo y a no temer a la oscuridad. Era también costumbre bañarlos con vino, pues existía la creencia de que provocaba convulsiones, haciendo que las naturalezas enfermizas sucumbieran enseguida y robusteciendo, en cambio, las sanas. Creencia posiblemente debida a que, en aquella época, el vino se enriquecía con drogas alucinógenas capaces de provocar la muerte por sobredosis.



A los siete años, los niños espartanos abandonaban su casa y quedaban bajo la autoridad de un tutor, magistrado especializado que supervisaba la educación. Se integraban en una agelé, especie de unidad militar infantil, bajo el mando de un muchacho mayor, el irén (de diecinueve años cumplidos). Aprendían entonces a leer y a escribir, así como a cantar. Pero lo esencial de su formación consistía en endurecerlos físicamente por medio de la lucha y el atletismo, y en aprender el manejo de las armas, a marchar en formación y, por encima de todo, a obedecer ciegamente a sus superiores y buscar siempre el bien de la ciudad.

Se procura una moral cívica, producto de una consagración a la patria y de obediencia a las leyes, en un clima de austeridad y ascetismo. En el orden interno se procura desarrollar el sentido comunitario y el espíritu de disciplina. Se desarrolla la virilidad y el espíritu combativo del niño endureciéndolo a golpes: tal es la función de las disputas entre bandos de muchachos en las Platinistas o en el santuario de Orthia, un espectáculo sangriento y multitudinario (la dimastígosis), en la que niños, en el santuario de Artemisa Orthia, desnudos y expuestos al sol, eran latigados incluso hasta la muerte. Toda la ciudad velaba por la disciplina de los jóvenes. Cualquier ciudadano o compañero de más edad podía reñir a los niños o sancionarlos con castigos físicos: hacerles pasar hambre, morderles el pulgar, golpearlos, azotarlos, etc. Para entrenar el físico, aparte de los castigos y prácticas comentadas con anterioridad, lo más frecuente era apalearlos. Esta práctica no se realizaba como castigo, sino que se hacía de forma aleatoria entre los componentes del campamento.



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