Crónicas del eMundo (I)

Day 2,342, 13:37 Published in Spain Spain by Kibuza el salvador


Crónicas del eMundo (I)

Me puse la chaqueta y salí casi corriendo a ver como me quedaba en el espejo del vestidor. Me encantaba, esa era la imagen que iba a dar a partir de ahora en el eMundo y por la que sería conocido, y lucía realmente bien.



Fui hasta la cocina y me puse a desayunar. La variedad de comida en el eMundo era muy reducida, eso era algo de lo que más echaría de menos de mi viejo Mundo. Mientras me comía un par de panes pensaba en que podría ponerme en la mochila para mi primer día de entrenamiento. Llegar a una conclusión fue fácil, pues solo tenía un par de pistolas guardadas en un baúl, así que las cogí y... me quedé realmente sorprendido! No pesaban absolutamente nada! Era una sensación muy extraña.

Metí una en la mochila y levante esta a la altura de mis ojos, curiosamente la tela del fondo de la mochila si que parecía notar el peso de la pistola y estaba hundida de manera que se dibujaba claramente la forma del arma.

Empecé a jugar con la otra pistola. La tiraba al aire sin absolutamente ningún esfuerzo y luego esperaba a que cayera a plomo sobre mi mano, en la que no notaba nada al recibirla, pero sin duda debía pesar. Me di cuenta de que estaba perdiendo mucho el tiempo así que acabé de arreglarme la mochila y me la cargué a la espalda. Increíble, notaba el peso de las pistolas. Tras meditarlo unos segundos decidí dejar la mochila con las pistolas en casa, y salí corriendo hacía mi destino.

Por la calle no se veía apenas actividad, pero gritos y murmullos salían de la mayoría de edificios, era como si la gente del eMundo no hiciera vida fuera de sus casas.

Después de recorrerme una cuantas manzanas de la ciudad, empecé a preocuparme, todo me parecía igual, me sentía perdido, todos los edificios eran idénticos en su planta baja, a diferencia del logo que cada uno tenía en sus puertas. Esta ciudad no parecía hecha por humanos. Aún con mi inseguridad seguí caminando recto, pues eso es lo que me habían indicado que hiciera cuando entré a la ciudad.

De repente algo me golpeó y caí de bruces contra la acera, tremendamente limpia. Me revolví en el suelo y me puse de pie rápidamente buscando con la mirada que es lo que me había golpeado. Allí estaba, tirado en el suelo, un joven, tendría más o menos mi edad.



-¿Quién eres tú? Levántate! ¿Por qué me has golpeado? - le pregunté, pero casi al mismo tiempo me dí cuenta por su expresión de que no lo había hecho intencionalmente.
-Lo siento mucho, ha sido sin querer, huía de un tipo raro que quería que trabajara para él en una MU o algo así - dijo mientras se incorporaba.
-Oh vaya, pues ten más cuidado la próxima vez...- y entonces pensé que tal vez él sabría como llegar a los campos de entrenamiento - oye, perdona, ¿tú sabes como llegar a los campos de entrenamiento?.
-¿Tú también vas allí? Genial! Encantado soy Unaix!, yo también tengo que ir allí hoy, lo pone en la portada de este tríptico - me dijo meintras sacaba un pedazo de papel de su bolsillo.

Lo desplegó y se convirtió en un mapa. Lo miramos durante unos minutos y nos dimos cuenta de que la ciudad seguía un patrón en todas sus calles y que encontrar los puntos clave era muy sencillo.

Empezamos a caminar juntos hacia allí y me contó que él también acababa de llegar al eMundo y que estaba un poco perdido. Le conté lo que me había pasado con las pistolas y quedo muy sorprendido. Parecía un buen tipo, seguramente nos haríamos amigos.

El camino se me hizo corto. De pronto nos encontrábamos ante una enorme estatua de una guerrera, en la placa ponía "Chaingun - Capitana general".


Tras la estatua se encontraba una imponente construcción hecha en cemento y cristales tintados de azul. Me giré y vi que Unaix ya me llevaba un buen trecho de ventaja en el camina hasta la puerta. Se giró y gritando me pregunto:

-Oye! No me has dicho como te llamas!.
-Kibu - dije con fuerza.