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Había pasado todo el tiempo en el que mi cerebro debía estar en modo “stand bye” huyendo de mi mismo, sin embargo el viaje realizado se circunscribía los escaso 1,20 metros de ancho de la cama, y aún así el tiempo lineal quebradizo en el ámbito de los sueños me catapultó a días en los que los amaneceres ocurrían una vez cada 23 horas 56 minutos y 11 segundos y nadie deseaba quedarse a verlos. Fue una migración breve, una teletransportación que hizo que el levantar fuera curiosamente optimista.

Horario de Erepublik: 9:00 A M. Día 5844.

Los pilotos azules seguían encendidos, tumbado en la cama sentí sus destellos como los del único sol que hubiera calentado nunca mi despertar, me levanté ya cansado, pero no por ello iba a modificar mi rutina, encendí el monitor y un nuevo mensaje apareció ante mi:

“ e-Republik lamenta informarles que la mayoría de los centros de producción que requieren trabajo manual han sido destruidos, sigan los siguientes pasos para comprobar su nueva función en la sociedad mientras se restablecen los sistemas productivos”

1. Comprueben si sus unidades de trabajo siguen activas
2. Contacten con sus jefes de zona e informen de su situación.
3. Mantengan la calma todas las contingencias han sido previstas.


De inmediato me puse a cumplir las directrices, que para mi se reducían a la segunda ya que la tercera para cualquier periodista de e-Republik que llevara el tiempo que yo en este mundo, era imposible al saber que nunca se podían prever todas las contingencias en un mundo en constante cambio. Por otra parte yo nunca había tenido unidad de trabajo manual, que era una especie de réplica robótica del e-ciudadano que manejaba desde su casa vía conexión remota. Ésta medida en un principio no obligatoria eliminó los grandes costes de las bajas por enfermedad y la productividad subió un 1000% al evitar los altos gastos en materia de seguridad del trabajador que muchas empresas tenían que afrontar, si un accidente laboral era lo suficientemente grave para acabar con el módulo operador, así llamado el aparato se sustituía por otro al día siguiente, si el accidente solo afectaba a uno o varios componentes se sustituían en el momento. La macro-crisis económica que aquejó al mundo en la segunda década del 2000 se solucionó así gracias al desarrollo de la nueva y floreciente industria cibernética de la que por supuesto tenía todas las patentes la compañía.



La comunicación con mi jefe de zona fue rápida, aunque por primera vez después de 1260 días de e-Republic que llevaba en tratos con él, al recibir instrucciones creí estar hablando con una máquina; terminada la comunicación valoré reflexivamente las instrucciones que luego descubrí que habían sido mandadas en los mismos términos a todos los diarios de e-España y me puse a escribir un artículo sobre lo sucedido siguiendo estrictamente la directriz del control de daños que se me había dado..