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El objetivo está cumplido.

Aquellos que entramos a este juego en el babyboom de Junio-Julio del año 2012, lo hicimos con el claro objetivo de defender a nuestra patria y soberanía, del yugo imperialista argentino, que durante largo tiempo, mantuvo nuestros territorios ocupados. Ninguno de nosotros descansaría tranquilo hasta ver nuestra patria liberada de las cadenas de aquella tiránica opresión foránea.



No conformes con la recuperación total de nuestro territorio, el amor a nuestro terruño y la sangre derramada de los mártires, clamaba a gritos desgarradores la palabra "VENGANZA", que golpeaba y exigía a nuestra conciencia colectiva, pagarles con la misma moneda. Se demoró en el proceso, pero finalmente se consiguió, y no sólo una vez. Sangre por sangre.



Ahora bien, por más satisfecho que pueda verme cada vez que podamos repetir una y otra vez borrarlos, no he podido dejar de pensar que ha llegado el momento para reflexionar a fondo un cese al fuego.

Parecerá una contradicción, incluso me siento culpable escribiendo esto, pero la lógica suele razonar mejor que los sentimientos, y esa lógica indica que un cese al fuego es un MAL NECESARIO que tarde o temprano deberemos asimilar "o por la razón o por la fuerza".



Lo anterior, en virtud de un potencial estallido que se avecina, y cuyos tambores de guerra suenan como tímidos susurros en Europa y Norteamérica. Ya no se trata de una guerra con el vecino de al lado, sino guerra a escala mundial, donde primará el valor estratégico de la alianza por sobre el interés y sentimientos específicos de una nación.



Un cese al fuego, aunque sea momentáneo, sería un experimento beneficioso no sólo para nuestro país, sino para nuestra alianza en su totalidad, y debemos hacer lo posible para que aquella guerra que se avecina y que se comenta en los pasillos, nos encuentre en una mejor posición, sino, estaremos condenados a la desorganización absoluta que ya hizo desaparecer a una antigua alianza. Debemos anticiparnos a los cambios y a los movimientos que se vienen, y con esta guerra a cuestas difícilmente logremos hacerlo, y considero que la mejor vía para lograr el acuerdo es la vía del plebiscito.

No seremos menos chilenos por propender a detener momentáneamente una guerra que ya perdió su razón de ser.

Compatriotas, el objetivo está cumplido, es momento de plantearse nuevas metas en beneficio de nuestros aliados. Somos el "Círculo de la Confianza", somos uno de sus países fundadores, entonces demostremos y demos el ejemplo con esta paz momentánea, que nuestros aliados, a quienes tanto les debemos, podrán contar con la confianza absoluta e irrestricta de saber que estaremos con nuestra capacidad bélica al 100% para la alianza.