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Este es un relato por motivo del concurso del Sexy Party, espero que lo disfruten.

Aviso importante: El siguiente artículo contiene elementos caprofilos, pedofilos, gerontofilos, sodomía, homoeróticos etc....

Me llamo Carmen, tengo 81 años, y desde siempre me ha gustado el buen sexo. Perdí la cuenta de cuantos varones pasaron por mi lecho cuando el número sobrepasó las 4 cifras, hace 50 años que mi viejo contador dejo de serme de ayuda.



A algunos les gusta el jamón, a otros las lentejas con mortadela, sin embargo, a mi lo que me gusta es un buen puro con venas, un chupa chups de carne, vamos, lo que vulgarmente se le llama un buen pollón.

Es algo que desde bien pequeña me priva, no lo puedo evitar. Mi primera vez fue con 9 años, iba a hacer la comunión y el cura me paso a confesar. Era un hombre apuesto, aunque mayor, 75 años, calvo, sobrado de kilos, y un cura de los de antes, de los que manejaba el pueblo a su antojo bajo la voz de Dios.

Una vez entre en el confesionario, el cura me dijo:
-Miguel, cuéntame todos tus pecados
A lo que yo le conteste:
- Tengo pensamientos impuros con otros hombres padre.

- ¿ Con que hombres querido Miguel?

- Con el frutero, el panadero, el maestro, el carnicero.... con usted...

-¡CONMIGO!

-Si padre, siempre imagino que hay debajo de esa sotana, le imagino una gran verga, grande y dura, siempre dispuesta, y me imagino chupándosela, lamiendo ese gran capullo, pasándolo por mis carnosos labios mientras miro su cara de placer cogiéndome la cabeza para marcar el rit....

- !Silencio¡ Todo lo que me estas contando es un enorme pecado, márchate y reza 288 padres nuestros y 3 avemarías, y arrepiéntete.

Sin embargo, mientras me iba, se oían ruidos dentro del confesionario:

Fap, fap fap fap.....

Le había excitado, yo lo sabia, y es cuando empece a darme cuenta de que yo soy esa, la que pone la cosa tiesa.
Sin embargo, asustada de la gravedad de mis pecados, y nerviosa por la cercanía de mi 1º comunión , la que al fin le comería el cuerpo a Cristo, fui a unos bancos retirados, y comencé a rezar todo aquello que me había impuesto el padre.

Cuando llegué al padre nuestro 69, entro en la Iglesia, Javier, el fontanero.
Javier era un hombre joven 25 años, musculado al menos 1.85 de altura, y en general un cuerpo moldeado por los dioses.... y que paquetón, sin duda alguna, el era el sueño húmedo de cualquier mujer de la comarca y alrededores.

Al entrar, se refirió a mi para preguntarme por el cura, a lo que le contesté que estaría ocupado por un tiempo, tras lo cual sucedió todo como si fuera un sueño:

-Vaya Miguel, cuanto has crecido, te has desarrollado de una manera excepcional ¿ ¿Que haces por aquí tan solo?
- Acabo de confesarme ante el padre, para tomar mañana mi 1º comunión.
- Eso es bueno, habías pecado mucho?
- Tengo pensamientos impuros con otros hombres
En ese momento, la expresión de su cara cambio notablemente, en sus ojos se podía palpar el deseo, y su entrepierna comenzó a abultarse aún más si cabe, parecía que su pantalón iba a reventar.
-Miguel, eso es un pecado muy serio, no será suficiente con rezar lo que te ha mandado, has de hacer una penitencia especial.
-¿Especial?
-Si, además seguro que disfrutaras de esta dura y gran penitencia.

Javier se sentó junto a mi, tomo mi mano derecha y la acercó a su entrepierna. Note como su pene, ya grande de por si, crecía cuando le toqué con mi mano. Me miro a los ojos y me dijo:

-¿Ves lo que has provocado? Ahora tienes que arreglarlo, y yo te voy a enseñar. Frotala

Yo comencé a sobar su verga, pude notar como crecía y se ponía aun mas dura, cuando llego a su limite...

-Venga, mete la mano en mis pantalones y siéntela, lo estas deseando

Yo no podía estar mas excitada, mi coño daba palmas como si fueran las fans de un concierto de ramoncin, palmeando todas a la vez en coro. Mi pequeño quiste también se puso duro.

Mientras yo le movia la verga, el aprovecho y introdujo su mano en mis calzoncillos, eran de lunares y con volantes, me toco primero las nalgas y después comenzó con uno de sus dedos a jugar con ano.

-Madre mía Miguel, menuda penitencia te voy a meter

En ese momento se levanto, me cogió y me empotró contra la pila bautismal. Me bajo los pantalones y se bajo los suyos, lo justo para liberar esa enorme verga.

Su verga era grande, como ninguna que haya podido ver, al menos 25 centímetros de placer puro y muuy gorda.
Chupo su dedo corazón, y poco a poco me lo introdujo por mi ano, entonces me abrazo fuerte y me susurro al oido:

- Voy a follarte como a una putita, que eso es lo que eres, te voy a meter mi rabo hasta el fondo y voy a bombearte como un hijo de puta, ¿Y sabes que es lo mejor? Que lo vas a disfrutar como una perra, una perra que busca un buen macho que la folle y la haga gemir de placer.

Tras esto, el saco su dedo de mi culo, me escupió en el culo y lo extendió mientras pajeaba esa gran verga.

- Ya llega tu penitencia

Entonces,, mientras con una mano me empujaba fuertemente hacia abajo, al punto de hacerme ceder y empaparme la cara con agua bendita, justo en ese momento, comenzó a meterme la polla.
Primero el capullo, con suavidad, sin embargo, una vez colocada, me embistió fuertemente, haciendo entrar toda su verga de golpe.
Realmente vi las estrella de dolor, sin embargo, solo pude soltar un gemido de placer antes de que volviera a meter mi cabeza en el agua bendita. Comenzó entonces a embestir con una cadencia que aumentaba su velocidad de manera progresiva, eso si, siempre en cada embestida, sacaba toda su verga hasta el capullo, entera y la volvía a sacar.

Aun luchando por respirar, estaba disfrutando ampliamente de ese momento. Me estaban follando como a una puta, y me estaba encantando. Y así estuvo durante 5 minutos, dándome tanta caña como podía y follándome de tal manera que un hilillo de sangre recorría mi pierna izquierda, cuya fuente era mi ano.

Sin embargo, el placer enmascaro todo el dolor que podria causarme tener una polla de semejante tamaño dentro de mi anteriormente virgen y prieto culo. Fueron momentos de éxtasis, sin duda alguna, el estaba disfrutando mientras me reventaba el culo, y yo estaba disfrutando de que semejante macho estuviera haciéndolo.

-¡Carmen, me corro!

Esas fueron sus palabras antes de que sacara su verga rápidamente de mi culo, me agarrara del pelo, me tirara al suelo, y me pusiera su polla, sucia de sangre y heces de mi propio culo, en la boca.

- Tragatelo todo

Entonces exploto, un festival de semen, sangre y heces se empezó a celebrar en mi boca

-Quiero que la saques bien limpia, puta.

Yo fui obediente, y se la limpie bien con la lengua, me trague todo y le deje la polla mas limpia que como estaba antes de sacársela del pantalón.

-Miguel, esta claro que eres la mejor puta, has nacido para esto, a partir de ahora te llamarás Carmen, como te lo he llamado, y a partir de ahora, te follare cuando quiera, pasare por tu casa a buscarte y tu saldrás como una perra obediente a por tu salchicha.

Y a partir de ese día, me convertí en la putita del tío más cañón de la comarca, al día siguiente hice la primera comunión, y me lleve una decepción al ver que el cuerpo de cristo era una simple oblea de pan de angel. Asi que al terminar, me metí en el despacho del cura y se la comí hasta el final.


Fin.