La intriga del poder (I)

Day 2,436, 15:33 Published in Spain Spain by deleted876776
Un ritmo frenético, vertiginoso. Percepciones inabarcables, sensaciones irrepetibles. Recorriendo una vieja calle de un suburbio de la ciudad. Te encuentras con todo un caudal de información, más sensorial que intelectual, y que predispone de una manera magnífica a estar atento a las sombras y los reflejos como partes donde se oculta la realidad.

Pero hay algo perturbador revoloteando permanentemente sobre cada frase, sobre cada gesto y sobre cada mirada que vemos. Son los intereses ocultos los que dominan en el reverso tenebroso, y las imágenes públicas no se corresponden con los espacios privados. Hablamos con quién haga falta.



Es algo que define tan bien quiénes somos y lo expeditivo de nuestros métodos. Los momentos así requieren a alguien que actúe que haga lo desagradable, lo necesario en este tipo de situaciones.

Y procedemos. Lo hacemos. Nos conjuramos junto a nuestro compañero de fatigas para dar un golpe encima de la mesa. Nos vestimos de oro y lino fino para cubrir nuestra desvergüenza como humanos, el poder como fin. En el fondo sabemos que la ambición es una virtud y que solo nuestra inteligencia y saber hacer nos abrirán las puertas.



Accedemos al primer nivel. Alcanzada la cima en nuestro pequeño o gran lugar, hay que empezar a tratar con ambiciones de otros, y con estos otros. Llegados hasta aquí, esto no parece difícil. Entramos en el Gobierno.

Nos codeamos con la creme de la creme. Nuestra cartera es importante, nos hemos movido bien, pero todavía es el principio. Cumplimos bien con nuestro papel y nos vestimos de nuevo de colores vivos y amables, junto a una serie de medidas de amplio calado social que nos hagan un personaje verdaderamente de multitudes y reconocido en la materia.



Sine Die. Y aquí llega La decisión. Debemos movernos en el momento adecuado y con los tiempos adecuados. A los débiles hacerles ver que ganarán mucho con nuestro apoyo y que serán destruidos de lo contrario, u ofrecerles carne de tercera para que se lleven algo a la boca.

A los fuertes, darles un par de huesos con restos de carne de primera, huelen bien pero poco hay que saborear. Hacemos consignas de triunfo social y cohesión de la sociedad, a través de propuestas reales y tangibles a la par que populares. Está en nuestra mano. Prometemos reformas. Pero lo más importante, buscamos lo que podamos sobre el enemigo. Buscamos hundirlo antes siquiera de presentar batalla. Tranquilamente sin prisas pero garantizando eficiencia.



Destruimos a nuestro oponente. Ganamos el poder. Pero esto no acaba aquí, lo importante no es el poder, sino perpetuarse en el poder. Y es que a estas alturas ya estás rodeado de una cuadrilla de hooligans de tu persona que te garantizarán un futuro que está presente: darles consejo. Siempre estarás ahí para dar consejo y con ello, dentro o fuera del Gobierno podrás controlar lo que se cuece. Sin crearse enemigos, sin hacer sonar las alarmas, pero cumpliendo un fin.