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CICLO DE RETORNO

Día 1420 del nuevo mundo. Despertaba en mi viejo apartamento, aquel apartamento poco luminoso pero sin embargo acogedor, quizás no fuera un palacio pero para mí era un lugar que rebosaba de paz. La mayoría de personas que frecuentaba mi barrio eran personas mayores, quizás todo ello se debiera a donde me encontraba alejado. El edificio en el que me encontraba era un edificio anexo al Centro de Día de eValencia.


Como cualquier otro día me dirigía a mi trabajo como Auxiliar de Enfermería de dicho Centro, como era de costumbre antes de iniciar mi jornada me aproximé a la máquina de café para despejarme un poco, a medida que avanzaba pensando en mis cosas choqué con un hombre con gafas un tanto desaliñado.

-¡Perdón!- dije apresurándome.

Nada… ni perdón ni nada, ni siquiera se ha girado, que falta de respeto. Bueno es igual, no le di mucha importancia a ese acontecimiento y me dirigí a mi zona de trabajo. A lo largo de mis años he atendido a muchas personas, pero quizás esta persona sea digna de mención. Se trata de un antiguo héroe de guerra que combatió contra los Portugueses años atrás su nombre era Manuel Dinesca, General condecorado.



A pesar del título que le acompañaba Manuel era de carácter amable y bondadoso, eso si cada vez que le intentaba hablar lo que en el pasado había sucedido, cambiaba de tema de forma radical. Nada más entrar Manuel me saludó como siempre lo hacía.

-Vista al frente soldado- dijo sonriendo mientras se incorporaba.

-Buenos días Manuel, ¿Qué tal se encuentra hoy? Le traigo sus medicinas- dije mientras me aproximaba a su cama.

- Ay Antonio, usted no valdría como soldado, es demasiado bondadoso con las personas, tiene que evitar implicarse tanto con los pacientes como lo hace- me dijo mientras recogía las medicinas.

-¿A qué viene eso? Solo le he dicho….

-Me comentaron lo de la Señora García… cuando vi que faltaba durante una semana me informé al respecto… esto es un Centro a donde aquellos que ya no servimos venimos a morir, como si de un cementerio de elefantes se tratara. Tiene que ser fuerte sobre todo… ahora…

Sin decirme nada más me dio el medallón que llevaba colgado al cuello, mientras de su boca salía un nombre el cual me acompañaría de ahí en adelante Esquiu de Floyran. En aquel momento no sabía a qué se refería, pensé que debido a la edad que presenta Manuel, su mente estaba rememorando algún momento de su vida pasada. Llamé a una enfermera y me dirigí a la siguiente habitación mientras me despedía de él.

Una vez termine mi jornada, salí del edificio en dirección a mi apartamento. A medida que me alejaba, miré hacia la habitación de el señor Manuel y me di cuenta que estaba acompañado, que alegría pocas veces recibe visitas, me alegra de que por fin alguien se preocupe por él.

Al día siguiente llamaron al teléfono, Manuel había muerto. No podía creérmelo el día antes había estado hablando con él y le veía como siempre, sí que es verdad que cuando le dio el medallón actuó de forma rara pero… es una persona mayor, era normal ese comportamiento. En dicha llamada telefónica me comunicaron que el entierro se celebraría el miércoles de esa semana. Quizás fuera un paciente mas… quizás fuera verdad lo que Manuel dijo de mí, pero no podía evitarlo, soy así.



Buenas a todos, ante todo pedir disculpas por no subir ningún artículo en estos días. Por motivos personales no pude hacerlo, pero… estoy de vuelta y con mas fuerza que antes, espero que os guste este capítulo y espero con ansias las criticas constructivas.

Un Saludo Cordial