España en el Eje, La 250º Division de Infanteria de las Wehrmacht. La Temible Division Azul. Parte 1

Day 2,640, 05:23 Published in Argentina Argentina by Nahuel Leandro Druet Cfk

La 250.ª División de Infantería de la Wehrmacht (oficialmente en España: División Española de Voluntarios, y en Alemania 250 Infanterie-Division), más conocida como División Azul (Blaue Division), fue una unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería dentro del Heer, el ejército del Tercer Reich. Fue constituida con el objetivo de luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y 1943, cerca de 50 000 soldados españoles participaron en diversas batallas, relacionadas fundamentalmente con el sitio de Leningrado.

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Origen de la División

La Guerra Civil termina el 1 de abril de 1939 con la victoria del bando sublevado, pero pocos meses después, el 1 de septiembre, estalló la Segunda Guerra Mundial. España y Alemania comenzaron a tener conversaciones diplomáticas, en las que Berlín pide una mayor implicación en la guerra a Madrid, (que hasta entonces se declara neutral), como compensación a la ayuda prestada por el Tercer Reich a los nacionales, con la participación en España de la Legión Condor. El 10 de junio de 1940, Italia entra en la guerra, y 2 días después, el 12 de junio, Franco cambia la postura oficial española de neutral, a no beligerante. Esto implica que España se convierte en un aliado no beligerante de las potencias del eje, es decir, que toma partida por un bando, pero sin entrar físicamente en la guerra.

Aun así, el 23 de octubre de 1940 tiene lugar la Reunión de Hendaya. En la estación de la ciudad fronteriza tiene lugar el primer y único encuentro entre Franco y Hitler. La entrevista, llevada a cabo en un vagón-salón del convoy, tuvo lugar entre los 2 líderes, acompañados de sus respectivos ministros de exteriores, el español Serrano Súñer, y el alemán von Ribbentrop, así como 2 intérpretes traductores. En la conversación se trataron temas como las condiciones sobre una hipotética entrada de España en la guerra en favor de Alemania, pero en las exigencias de ambas partes existían puntos inaceptables que llevaron a no alcanzar ningún acuerdo concreto. No obstante, España seguía dejando las puertas abiertas a una posible intervención futura, y declaraba su firme apoyo al Reich.

El 22 de junio de 1941, Hitler lanzó por sorpresa la Operación Barbarroja, invadiendo la Unión Soviética de Stalin. Para el régimen, supone la ocasión ideal para entrar en escena. Propondrían el envío de un contingente de voluntarios, lo cual permitiría a España saldar su deuda con Hitler, pero al mismo tiempo, poder seguir manteniendo su estatus de no beligerante, al no existir declaración oficial de guerra hacia la URSS. El día 23, a proposición del ministro Ramón Serrano Súñer, se aprueba en Consejo de Ministros en El Pardo el envío de una división,1 y se informa de ello al embajador alemán, Eberhard von Stohrer.
Aunque la denominación oficial se correspondía con «División Española de Voluntarios», José Luis Arrese le pondría el nombre de «División Azul».

La iniciativa tuvo una gran acogida entre los partidarios del Bando Nacional y de los miembros de La Falange. Culpaban a la URSS de ser la instigadora y responsable de todos los sucesos de los años 30 que llevaron a la Guerra Civil, dadas las implicación de Moscú y el Komintern en propagar las revoluciones bolcheviques y el comunismo por Europa. La implicación soviética en la guerra española, suponía para el régimen, en palabras suyas, devolver la visita. El 24 de junio4 se organizaron movilizaciones de adhesión y se proclamó la formación de la división. En Madrid,a estudiantes del SEU convocaron una manifestación en la plaza de Callao. Allí se reunieron miembros de FET de las JONS4 estudiantes, falangistas, miembros del Frente de Juventudes y de la Sección Femenina.1 La marcha ascendió por la Gran Vía hasta llegar a la sede del partido en la calle Alcalá, donde el ministro Serrano Súñer les arengaría desde un balcón con las siguientes palabras:

Camaradas: no es hora de discursos. Pero sí de que la Falange dicte en estos momentos su sentencia condenatoria: ¡Rusia es culpable! Culpable de la muerte de José Antonio, nuestro fundador. Y de la muerte de tantos camaradas y tantos soldados caídos en aquella guerra por la agresión del comunismo ruso. El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa.
Ramón Serrano Súñer, 24 de junio de 1941.
Aunque inicialmente se barajaron para dirigir la División los nombres de José Antonio Girón y Juan Yagüe, ambos falangistas, al final se terminó acordando que el liderazgo de esta recaería sobre Agustín Muñoz Grandes, propuesto por Ramón Serrano Súñer.

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La Campaña

Viaje a Alemania

El 3 de julio de 1941 los voluntarios comienzan a ser llamados y concentrados en diferentes acuartelamientos militares por toda España. Da comienzo así una breve instrucción de diez días en el que las distintas unidades comienzan a ser configuradas y organizadas, y se instruye a la tropa en cuales serán sus normas y obligaciones. El día 12 se da por finalizada la instrucción en Madrid, con una marcha hasta El Pardo en la que el general Muñoz Grandes, jefe de la División, les pasó revista y dedicó unas palabras.
A las 15:45 horas del domingo día 13, una multitud despedía al primer grupo de divisionarios, que partía en tren desde la estación del Norte de Madrid. En total, fueron diecinueve grupos de 1000 soldados de media, los que a lo largo de diez días, partieron escalonadamente hacia Alemania desde diferentes ciudades españolas. Cuatro grupos partieron desde Madrid, cuatro más lo hicieron desde Sevilla, dos desde Valencia, dos desde Burgos y dos más desde Vitoria (Álava). Las ciudades desde las que partió un solo grupo fueron así mismo Zaragoza, Barcelona, Lérida, La Coruña y Valladolid. La cifra total de las tropas ascendía a 18 104 hombres, de los cuales 2612 eran oficiales y 15 492 soldados.
Todos los trenes, independientemente de donde partiesen, tenían que cruzar la frontera francesa en Hendaya (Pirineos Atlánticos), donde se realizaría el transbordo. Así pues, un tren que salía de Madrid, subía por la vía ferroviaria que se encontraba en mejor estado tras la guerra, la del noroeste, atravesando Ávila y Medina del Campo (Valladolid) hasta llegar a Valladolid. Desde allí se continuaba hacia el noreste pasando por Burgos, Miranda de Ebro (Burgos) y Vitoria (Álava), tras la cual venía el último y sinuoso tramo a través del montañoso interior guipuzcoano, y después, Tolosa (Guipúzcoa), San Sebastián (Guipúzcoa) y la frontera.
En Hendaya (Pirineos Atlánticos), antes de realizar el transbordo, la normativa alemana exigía un control sanitario. La tropa pasó por una ducha de agua caliente, al tiempo que sus equipos eran desinfectados, y se llevaron a cabo algunos controles médicos. En la estación, que estaba engalanada con estandartes y banderas del Tercer Reich, el trato alemán fue cortés y servicial. Sin embargo, el tránsito a través de la Francia ocupada fue más complejo, debido a las antipatías e increpaciones que a veces recibía la tropa en su paso por las ciudades, viviéndose incidentes en las estaciones, donde a veces los vagones eran apedreados. El convoy ascendía por la costa atlántica atravesando Burdeos y Poitiers hasta llegar a Tours. Desde allí se tomaba la dirección este a través del valle del Loira, cruzando Blois, Orleans, hasta llegar a Troyes. Desde allí, el tren se adentraba en Lorena y Alsacia, anexionadas al Reich, y tras pasar por Nancy y Luneville (donde les recibieron tocando el himno español), cruzaron el Rhin a través de la entonces ciudad alemana de Estrasburgo.
Dentro de territorio alemán el convoy ferroviario era aclamado por donde pasaba. A su llegada a Karlsruhe, la división recibió la mejor acogida de todo su trayectoria. Una muchedumbre de 10 000 personas, entre civiles y militares se agolparon en los andenes para saludar a los españoles, y dispusieron mesas con un típico almuerzo alemán. Tras aquella muestra de adhesión germana, el convoy siguió hacia las ciudades de Heilbronn y Núremberg, y finalmente Weiden, desde donde accedieron a la localidad contigua a su destino final, la base militar de Grafenwöhr, a la que la primera expedición arriba el 17 de julio.

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Alemania

El 5 de julio partió hacia Berlín un avión con una Comisión Aposentadora, un grupo de 7 hombres liderados por el teniente-coronel Joaquín Romero Mazariegos, encargados de llevar a cabo reuniones con uno de los jefes del Estado Mayor del Reich, el capitán general Friedrich Fromm, sobre las pautas y directrices a seguir para encajar correctamente a la división española dentro del ejército alemán. Allí permanecieron hasta el día 11, cuando la comisión se trasladó hasta el campamento de Grafenwöhr, para tratar con el teniente coronel Distler los preparativos ante la inminente llegada de los soldados españoles a la base.
Las diferentes expediciones españolas fueron llegando de forma escalonada, 3 por día, llegando los primeros en la mañana del 17 de julio, y los últimos la tarde del día 23. La base de Grafenwöhr, próxima a su población homónima, era una ciudad-campamento de gran tamaño, de casi 80 km de perímetro. El recinto, rodeado en su totalidad por bosques, tenía en su interior amplios campos de tiro, campos de deportes, lago, cine, cantinas y varias comodidades. Había construcciones de típica arquitectura bávara, las calles interiores estaban asfaltadas, y los barracones eran amplios y confortables. No obstante se acabaron produciendo conflictos, casi siempre relacionados con el alcohol, producidos durante las horas libres y en bares del pueblo, en los que se produjeron algunas peleas entre militares de ambos países, o de soldados que trataban de ligar con lugareñas.
El mismo día 23 se presentaron los horarios de instrucción en el campamento, se proporcionaron los uniformes oficiales alemanes, y quedó formada la estructura definitiva de unidades de la división. Dio así comienzo la preparación, con jornadas de adaptación a la formación, marchas y disciplina alemana.

El 31 de julio, ocho días después de comenzar la instrucción, tiene lugar el Juramento al Führer. Para ello se dispuso el campo de instrucción de Kramemberg, donde formó toda la división, acompañada de una compañía de honor alemana. Presidían el acto las banderas del Reich alemán y de España, y junto a ellas el general Muñoz Grandes y su Estado Mayor, el capitán general Fromm como representante del gobierno, y el general von Cochenhausen como jefe de la ceremonia. Tras una misa de campaña, vino el acto del juramento de fidelidad a Hitler, cuyo texto tuvo que ser modificado a instancias de las autoridades españolas para que hiciera constar que dicha obediencia se debía en la lucha contra el bolchevismo. El texto fue leído en alemán por von Cochenhausen y después en español por el coronel Troncoso:
"¿Juráis ante Dios y por vuestro honor de españoles, absoluta obediencia al jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Adolf Hitler, en la lucha contra el comunismo, y juráis combatir como valientes soldados, dispuestos a dar vuestra vida en cada instante por cumplir este juramento?"

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Traslado al Frente
El 19 de agosto comienzan los preparativos para la partida, empezando a cargar víveres y maquinarias en los trenes. La división había sido destinada al Frente Oriental, e incluida en el Grupo de Ejércitos del Centro, teniendo como destino del viaje la ciudad de Smolensk, para una vez allí, unirse al resto de los ejércitos hacia el asalto de Moscú.
El día 20 comienzan a salir los trenes, 66 grupos en total, a razón de 12 grupos diarios. Desde el campamento bávaro se dirigían hacia el norte, siguiendo dos rutas alternativas en función del tráfico ferroviario, una que pasaba por Leipzig y Berlín, y otra a través de Chemnitz y Cottbus, para confluir ambas más adelante en la ciudad de Küstrin. Desde allí el convoy tomaba dirección este, atravesando el Corredor del Danzig y el río Vístula. Tras un largo viaje de 1600 km y varios días de duración, fueron llegando a las cuatro ciudades que habían sido designadas para aguardar hasta que toda la tropa finalizase el desplazamiento: Treuburg, en Prusia Oriental, y las polacas Suwalki, Grodno y Reuss. Una vez llegado el último tren a Suwalki el 28 de agosto, se da por finalizada la primera fase.
Tras unos días de pausa, comienza la segunda fase. Desde la región, es imposible alcanzar el destino, debido al mal estado de las vías, por lo que el trayecto de 900 km hasta Smolensk, hay que realizarlo andando. Tras dejar atrás Grodno y Lida, se llegó el día 8 de septiembre a Vilna, capital lituana, donde se hizo una parada de un par de días. Desde allí se continuó hacia el este, ya en tierras soviéticas, llegando a Molodezno y Minsk. El recorrido fue muy complicado, las frecuentes lluvias o el atravesar espesos bosques por caminos, dificultaban la travesía para el contingente. Las largas jornadas de trayecto, la dureza del calzado y el excesivo peso, provocaban a los soldados continuas heridas en pies y hombros. Así mismo, la poca o nula experiencia de la tropa con el manejo y cuidado de animales, provocó que los caballos que les acompañaban sufrieran una alta mortalidad, que fue motivo de queja oficial por el mando alemán.
La travesía continuó, dejando atrás las ciudades de Borisov y Orsha. Faltando poco para llegar a Smolensk, el día 24 tiene lugar una contraofensiva soviética en Leningrado, pidiendo refuerzos el general von Leeb. Hitler alteró los planes de la Operación Tifón, con la que tenía que lanzar el asalto definitivo a Moscú y decidió trasladar tres divisiones, entre ellas la División azul a socorrer el frente norte. De este modo la división era apartada del 9º y fue incluida en el 16º Ejército, dentro del Grupo del Norte. Todo el convoy tuvo que dar media vuelta en dirección contraria, hasta el cruce entre Orsha y Vitebsk, para girar hacia el norte y dirigirse hasta esta última, suponiendo un varapalo anímico para la tropa, que perdía la oportunidad que les prometieron, de participar en la toma de Moscú.
El día 28 comienzan a llegar las tropas a Vitebsk, finalizando así la etapa de camino. Desde allí podrán tomar de nuevo un ferrocarril, que tras pasar por la ciudad de Dno, les llevará definitivamente al frente de guerra, en la histórica ciudad de Novgorod. En torno al 10 de octubre el grueso de las tropas estaba en el frente. La división se desplegó alrededor de los suburbios de Novgorod, siempre al oeste del río Voljov. El regimiento 262.º en el subsector de la propida ciudad, el 269.º cubría el subsector Norte con retaguardia en Podvereje, el 263º en el subsector Centro y en el subsector del Ilmen, los Grupos Antitanque y de Exploración. El Regimiento de Artillería se posicionó al oeste de Novgorod, en la barriada de Grigorovo, donde también quedó establecido el Cuartel General de la división. Casualmente, el 12 de octubre, Fiesta Nacional de España, tras más de cincuenta días de viaje desde el campamento de Grafenwöhr, las tropas sufren un ataque, produciéndose así la entrada en combate de los españoles.

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Continua mañana...