Demasiadas sombras del hielo - En la calle Q7

Day 2,664, 11:31 Published in Spain Spain by Frozen Stauros
Aviso: Las referencias a jugadores, UM o partidos eReales son en clave de humor y no pretenden ofender a nadie. En caso de que alguien se sienta ofendido, con un MP se cambia enseguida.



El hielo puede destrozarse, pero nunca desaparecer.
Porque de hielo pasa a agua, y de agua, a vapor.
Y en el fondo, sigue siendo hielo.




La calle Q7 bulle de actividad. Ahí vive el misterioso aventurero. Una granada explota veinte metro más adelante del hombre de hielo, después alguien grita que debía haber apuntado mejor que así solo le hace rasguños.

Se aportan un tanque que va arrasando con todo frente a ellos, y entran en un portal. Se trata de un búnker antiguo, con una puerta de metal.

Victoria llama al timbre, y contesta una voz grave, diciendo que no quiere verles.

— Estoy borracho. Fuera.

Victoria no para y sigue apretando el timbre.

— Yus, abre ya o tiro la puerta abajo con un bazoka. — Dice con voz pausada Victoria.

La puerta se abre y saluda un fusil de asalto en las manos del prototipo de explorador. Chaleco marrón, una navaja en la pierna y una mirada de perturbado.

— ¿Que quereis? — Sigue apuntando con el fusil, un arma de calibre Q7, pero el hombre de hielo se arma de valor y le responde.
— ¿Qué sabes de la Sombra del Hielo?
— Que tu tienes a su hermana gemela. Stauros. Arma codiciada por muchos, pero con un único dueño.
Baja el arma.
— Entrad, os contaré el resto de lo que sé.
El interior del búnker tiene aspecto abandonado y desordenado. Cajas de balas, cascos de combate.Y cervezas, muchas cervezas, demasiadas, a gusto del hombre de hielo

— Soy del Botellón de Combate. Por eso esta casa huele a alcohol. Es nuestra gasolina, igual que los rositas se nutren de la sangre de los hijos de Xiosif, o las FFAA de una bandera. — Dice Yus al ver la cara de los dos visitantes.
Se sienta en una silla destrozada y comienza su relato.

Entré en la cueva. Y allí estaba. La espada más bonita que haya visto nunca. Con un halo frío a su alrededor, protegiendo el doble filo de ¿hielo? puro. Andé lo más lento posible hacia ella, temiendo trampas. Y vaya que si las tenía, de repente, a poco metros, una onda expansiva me empujó hacia atrás. Salí por patas, dejando la espada a mi espalda, en el mismo sitio, clavada en el hielo…

— ¿Nada más? — Ladea el cuello el hombre de hielo

— Está en Cantabria. Corre a por ella.

El hombre de hielo y Victoria salen del búnker y se dirigen al coche, mientras Yus sale amenazando a unos balcánicos que portan fusiles de asalto Q7 también, pero aparte unas barrita de chocolate que les hace tener más aguante.

El Hombre de Hielo, poseedor de Stauros, lo último que tus ojos ven.

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