Ca Ing Mec X. EN EL CONFLICTO DEL ATLANTICO SUR.

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LA CA ING MEC 10 EN EL CONFLICTO DEL ATLANTICO SUR
* Por el General de Brigada (R) Carlos Roberto Matalón



En 1982, cuando se incorporó la mueva clase, tal como lo habíamos hecho el año anterior, luego de estar tres o cuatro días en las instalaciones de la Ca Ing Mec 10 en Pablo Podestá, marchamos a vivaquear a la zona de Ezeiza junto con otras Unidades de la Br I Mec X “Tte. Grl Nicolás Levalle”.
Por orden del Sr. Comandante de la Brigada, General de Brigada Oscar Jofre, permanecimos en el terreno durante todo el subperíodo básico instruyendo a la nueva clase.
Los beneficios del desarrollo de la instrucción realizada de esta manera, los pudimos apreciar fundamentalmente durante el desarrollo del conflicto del Atlántico Sur.
Durante la noche del 1° de abril nos encontrábamos durmiendo en la carpa que compartíamos con el Cap José Luis Pagnini, cuando me informaron que tenía una comunicación radial con el General Jofre; fui de inmediato a atenderlo y me ordenó que me trasladara en forma personal al cuartel de la Ca Ing 10 donde me iba a impartir una orden vía telefónica.
En esos momentos nos enterábamos por las radios que tropas argentinas habían desembarcado en las islas Malvinas.



Con las primeras horas de luz, recibí el esperado llamado del Sr. Comandante, por el que me ordenó tomara todas las medidas que considerara pertinentes a fin de estar en cuarenta y ocho horas en condiciones de concurrir a las Islas Malvinas con los soldados de la clase anterior, de la cual un 50% ya había sido dado de baja. Además debía llevar todo el material explosivo, de campos minados y de obstáculos que tenía provista la Compañía a mi mando.
Todo esto se desarrolló en tiempo y forma, sin haber tenido inconvenientes de ninguna naturaleza y habiéndose presentado el 100% de los soldados movilizados. A pesar de lo dicho por algunos medios, quiero recalcar que no se llevó ni un solo soldado clase recientemente incorporada, es decir la clase 1963.
La partida hacia las islas se fue demorando por orden de la superioridad hasta el día 13 de abril. Durante lapso recibimos el refuerzo de cuatro oficiales de ingenieros y equipo individual para utilizar en zonas frías, el que fue provisto a todo el personal.
Con las últimas luces del día 13 embarcamos en la Base Aérea El Palomar en un avión de Aerolíneas Argentinas que nos llevó hasta Río Gallegos, donde reembarcamos en un avión de menor porte de la misma empresa que nos condujo hasta las islas.
Llegamos aproximadamente a las 2 de la mañana del 14 de abril en medio de una fuerte tormenta, pero con una emoción y un sentimiento de amor a la Patria que francamente es muy difícil explicar. Pisar ese suelo argentino del cual tanto habíamos escuchado durante todas nuestras vidas de escolares fue algo realmente único.



A partir del día siguiente comenzamos con el reconocimiento del terreno y de los talleres de la Falkland Island Company (FAC) para ver si encontrábamos algún tipo de material que nos pudiera ser de utilidad.
Se formó una agrupación integrada por la Compañía de Ingenieros Anfibios de Infantería de Marina, la Compañía de Ingenieros 601, creada con elementos de la Escuela de Ingenieros y la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10. En la otra isla, la Gran Malvina, se encontraba la Compañía de Ingenieros 9 y posteriormente llegaron a las islas algunos elementos de la Compañía de Ingenieros 3.
Dos secciones de la Ca Ing 10 fueron destinadas como apoyo al Regimiento de Infantería Mecanizado 7 “Cnl Conde”, que se encontraba en los montes Longdon y Wireless Ridge. De inmediato se ocuparon de instalar campos minados defensivos en toda la zona que ocupaba el Regimiento (aproximadamente 12.000 minas), una vez finalizadas las tareas propias del arma de ingenieros las dos secciones quedaron como reserva de esta unidad.



Cuando llegó el momento del enfrentamiento con el enemigo, en esos montes se desarrollaron combates importantes ya que el ataque principal fue por monte Longdon, y la sección a cargo del Teniente Quiroga procedió a colaborar en el contraataque, lo cual permitió que los elementos de infantería pudieran desaferrarse; o sea que cumplieron con una de sus misiones que es la de, si es necesario, combatir como infantería. "y vaya si lo supieron hacer."
Otras dos secciones quedaron en Puerto Argentino brindando seguridad a la ciudad y parte de estas colaboraban con el Departamento de Obras Públicas en distintas tareas que hacían al mantenimiento del bienestar de las tropas, como ser duchas con agua caliente, lugar para secado de ropa, recolección de basura, mantenimiento del servicio eléctrico, etc. Se colocaron obstáculos en la ciudad y campos minados a su alrededor, trabajo que se dificultaba mucho por la turba del suelo que no nos permitía llegar con vehículos y nos corría las minas de lugar, este último aspecto les debe haber dificultado mucho a los ingleses realizar la remoción de los campos minados.
La sección comando y servicios se encontraba a mitad de camino entre la ciudad y Moody Brooks cumpliendo con sus funciones específicas.
La Agrupación de Ingenieros construyó desde polvorines y abrigos para las posiciones de artillería, hasta un helipuerto. Con caños y material de circunstancia se hicieron cañones figurados para atraer el fuego enemigo, se trabajaba para conservar la red vial que unía los puestos de comando. Se realizaba el traslado de los heridos al hospital, se auxiliaba a los vehículos empantanados, y se reparaban los pocos que se tenían, en un taller que se había improvisado en la ciudad, porque el bloqueo inglés no había permitido la llegada de los buques que transportaban el material pesado.
Un aspecto a destacar es el ingenio puesto de manifiesto por todo el personal para la realización de obstáculos, abrigos y minas trampas.



Los distintos elementos de la Brigada habían instruido personal con capacidad tipo Comandos, el grupo que tenía la Subunidad, cuyo jefe era el Cabo Sánchez y 10 hombres, se encontraban en la isla Borbón con la misión de que en caso de ser ocupada por el enemigo la base aérea y el muelle de embarque que se encontraban en el lugar, debían proceder a hacer detonar las cargas que habían instalado en las mismas; acción ésta que fue realizada durante la incursión que realizaron los ingleses, hiriendo a dos de ellos.



Es digno mencionar que este personal había sido instruido por el Teniente Primero Márquez, quien el año anterior era Oficial de la Compañía, y concurrió a las islas con la Compañía de Comandos 602, falleciendo en el cerro Bluff Cove en un enfrentamiento con el enemigo.
Este método había sido utilizado en Vietnam y la Subunidad lo había puesto en práctica durante su programa de instrucción del año anterior. También se habían instalado campos minados y cargas explosivas. En esta operación los ingleses destruyeron varios aviones Pucará, y el Grupo de nuestra Compañía a partir de ese momento perdió contacto con el resto.
Posteriormente, cuando fui tomado prisionero y llevado al frigorífico en bahía San Carlos, me encontré con todo el personal de ese grupo comando que no había sufrido ninguna baja. Estos fueron los únicos soldados de nuestra compañía que estuvieron prisioneros.
Una vez producida la rendición, entregamos en el puesto de comando inglés, que se había instalado en la Gobernación de las islas, los registros de todos los campos minados que se habían instalado y posteriormente, personal de cuadros de las distintas compañías procedieron a delimitar las zonas minadas. En esta actividad perdió una pierna por la explosión de una mina un suboficial de la Ca Ing 601.
Luego este personal fue trasladado junto a los demás prisioneros.
Todos los prisioneros fuimos desembarcados en Puerto Madryn el 14 de julio de 1982, habiéndose cumplido exactamente tres meses desde el día que la Ca Ing Mec 10 había llegado a Malvinas, lamentando profundamente la pérdida en combate de dos de nuestros soldados. Sergio Sinchicay y José Domingo Curima.
Sinchicay perdió la vida en una explosión producida durante un ataque aéreo cerca de Puerto Argentino y Curima durante un ataque aéreo dirigido a las posiciones de la Compañía, en el que recibió un impacto de ametralladora de un avión.
Gracias a Dios no tuvimos que lamentar más pérdidas.
Si hay algo que quiero resaltar es el comportamiento de todos los integrantes de la Compañía, que en ningún momento flaquearon ni dejaron de comportarse como verdaderos soldados.



Hail Curima y Sinchicay!!

* El autor se desempeñó durante el conflicto como Jefe de la Ca Ing Mec 10.