Batalla de Francia (1940)

Day 2,675, 06:59 Published in Argentina Argentina by Nahuel Leandro Druet Cfk

La batalla de Francia en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se inició tras el ataque de la Wehrmacht (fuerzas armadas alemanas) sobre el territorio de Francia y los Países Bajos el 10 de mayo de 1940, y acabó con la capitulación del gobierno francés el 25 de junio del mismo año.



Antecedentes

Después de la invasión alemana de Polonia en septiembre de 1939, Francia y Reino Unido declararon la guerra al país invasor. Sin embargo, el Frente Occidental se mantuvo inactivo por más de siete meses, un período que se bautizó como la «guerra en broma», Drôle de guerre o «guerra ficticia». Durante ese tiempo y en previsión de que los británicos tratasen de bloquear su suministro de hierro sueco —como ya había hecho la Royal Navy en la guerra de 1914-1918— Hitler invadió las neutrales Noruega y Dinamarca, preparando a la vez el camino para su ofensiva en el oeste. Inglaterra respondió lanzando la Campaña de Noruega, que fracasó.

Durante este tiempo de relativa paz, los franceses se replegaron detrás de la Línea Maginot y prepararon junto con los ingleses una línea defensiva a lo largo de la frontera entre Francia y Bélgica, que se había declarado neutral, comprometiendo así la efectividad de la defensa aliada. La situación en Londres y París era de confianza en la derrota alemana, si bien las rápidas victorias del Eje en Polonia y Noruega empezaron a poner nerviosos a los Aliados.



Estrategia aliada

El anciano comandante supremo del Ejército francés, Maurice Gamelin, estaba preparado para luchar de nuevo según las tácticas de la Primera Guerra Mundial. Seguro de que la Línea Maginot podría contener a los alemanes en el este, supuso que la ofensiva alemana se llevaría a cabo por los Países Bajos. La declaración de neutralidad de Bélgica fue un revés a los planes aliados, que incluían la utilización de ese país como campo de batalla. Sin dejarse desanimar, los mandos aliados organizaron la nueva línea defensiva siguiendo la frontera franco-belga, esperando el ataque alemán sobre Bélgica para lanzarse a continuación al encuentro de los invasores. Los Aliados pensaban que tendrían tiempo para actuar, ya que Bélgica poseía grandes fortalezas defensivas, entre las que destacaba la de Eben Emael, que debían entorpecer el avance alemán. Contaban con detener indefinidamente al ejército alemán en el río Dyle, al este de Bruselas.

Su plan llamado Maniobra Dyle se iniciaría cuando los belgas pidieran ayuda ante la invasión alemana. Entonces el I Grupo de Ejércitos entraría en Bélgica y se situaría en el sector del frente entre el río Mosa y Amberes, en el llamado canal Alberto. A esta operación se le agregaría otra más arriesgada, la llamada Variante Breda, en la que el 7.º Ejército francés avanzaría hasta el centro de Holanda para apoyar al Ejército neerlandés. De este modo se amenazaría el Ruhr, importante área industrial alemana.

Gamelin consideraba que más tarde, en 1941, Francia estaría en condiciones de lanzar una importante ofensiva sobre Alemania y la derrotaría. Este plan fue bautizado Plan D, y se caracterizaba por permitir que el enemigo siempre tomara la iniciativa y por ofrecer siempre una respuesta defensiva a cualquier maniobra alemana. Por su parte, en la región de las Ardenas, considerada en todo momento como infranqueable, se colocaron únicamente dos divisiones francesas de reserva para defenderla.

Los franceses distribuyen sus tropas de la siguiente manera:

Frontera franco-alemana: 1.300.000 soldados.
Frontera franco-Belga: 500.000 soldados.
Frontera franco-italiana: 1.200.000 soldados.
Frontera franco-suiza: 300.000 soldados.
Frontera franco-luxemburguesa: 25.000 soldados.
Frontera franco-andorrana: 40.000 soldados.
Frontera franco-española: 120.000 soldados.
Reserva: 532.000 soldados.



Estrategia alemana

Después de todo Gamelin no estaba muy equivocado, ya que los alemanes pensaban hacer exactamente lo que los franceses esperaban. Sin embargo, el destino obligó al alto mando alemán a cambiar el plan, ya que un avión con planos detallados de la invasión se estrelló en Bélgica (Incidente Mechelen). Inmediatamente, los alemanes se prepararon para modificar su plan de ataque, el llamado Fall Gelb (Plan Amarillo).

El general Erich von Manstein sugirió que se lanzara el Grupo de Ejércitos B al mando del general Fedor von Bock sobre el norte de Bélgica como movimiento de distracción, que desencadenaría el avance aliado. Mientras tanto, el Grupo de Ejército A —al mando del general Gerd von Rundstedt—, con casi todos los tanques, avanzaría a través de las Ardenas, supuestamente impenetrables.

Cuando las fuerzas aliadas se detuvieran en el río Dyle, el Grupo A saldría de las Ardenas y les cortaría la retirada, mientras que el Grupo B las atacaría frontalmente. La velocidad era clave en este plan, ya que los Aliados no debían darse cuenta de que estaban siendo rodeados.

A diferencia del Plan D aliado, donde la velocidad no era importante, el Plan Amarillo alemán dependía completamente de este factor, además de la iniciativa de los generales.

El general francés Gamelin supuso que los alemanes modificarían su plan inicial, pero pensó que concentrarían su fuerza acorazada en la ciudad belga de Namur, al sureste de Bruselas, ya que era el único sitio por donde creía que los tanques alemanes podrían cruzar el Mosa.

Finalmente, se decidió que el ejército alemán se dividiría en tres grupos:

-Grupo de Ejército A: al mando de Von Rundstedt, con cuarenta y cinco divisiones, incluyendo siete divisiones blindadas, llevaría a cabo la ofensiva más importante al cruzar las Ardenas con tres cuerpos Panzer en cabeza, abriendo camino al resto de unidades.
-Grupo de Ejército B: al mando de Von Bock, con veintinueve divisiones, incluyendo tres divisiones blindadas, llevaría a cabo la invasión de Holanda y un ataque de distracción sobre Bélgica.
-Grupo de Ejército C: al mando de Wilhelm Ritter von Leeb, con diecinueve divisiones, evitaría una poco probable ofensiva desde la Línea Maginot y, a su vez, lanzaría ataques de distracción contra ésta.



Invasión de Holanda y Bélgica

En la madrugada del 10 de mayo de 1940 los alemanes lanzaron su ofensiva.

Al amanecer, Luxemburgo ya había sido invadida y el sorpresivo lanzamiento de paracaidistas al mando de Kurt Student en La Haya hizo creer a los aliados que los alemanes estaban haciendo lo que ellos esperaban. Los aliados no se preocuparon mucho ante el rápido avance alemán ya que suponían que los belgas, con sus numerosos ríos, canales fácilmente inundables y fuertes, retrasarían el avance alemán. Sin embargo, una excelente labor de espionaje y la habilidad de los paracaidistas alemanes permitieron conservar muchos puentes intactos. La mayor humillación la recibió Bélgica, cuando la supuestamente impenetrable fortaleza de Eben Emael fue capturada por 85 paracaidistas en menos de 24 horas.

A pesar de estar pobremente equipados, los holandeses lucharon tenazmente. No obstante, el terrible bombardeo de Rotterdam ejecutado el 14 de mayo obligó al gobierno holandés a dimitir inmediatamente.

Estas rápidas victorias alemanas motivaron a los aliados a acelerar su llegada al río Dyle, sin sospechar que en ese momento el Grupo de Ejército A enemigo estaba cruzando las Ardenas y, cuando las hubiera atravesado por completo, quedarían completamente rodeados. En este momento los tanques alemanes estaban atascados en las angostas carreteras de las Ardenas a 160 kilómetros de la salida, si los aliados hubieran conocido la existencia de este avance hubieran podido detenerlo en seco.

El 12 de mayo el XIX Cuerpo Panzer al mando del comandante Heinz Guderian salió de las Ardenas, y el gobierno francés entró en pánico al conocer la existencia del Grupo de Ejército A. Sin embargo, aún en ese momento tenían oportunidad de detener el audaz ataque, ya que el cruce del río Mosa era considerado imposible para los tanques.

En la noche del 12 y del 13 de mayo Guderian lanzó un ataque para cruzar el río Mosa cerca de Sedán. La artillería francesa que se suponía detendría a los tanques fue bombardeada por los Stukas alemanes, se lanzaron unos 1.215 bombardeos, hasta aquel momento el mayor bombardeo de la historia. Los cuerpos Panzer alemanes eran muy distintos a los de los aliados, ya que contenían efectivos militares de casi todos los cuerpos del ejército, por ende, soldados de infantería se encontraban disponibles y cruzaron el río en balsas de goma, para destruir la resistencia que había quedado en el otro lado. Mientras tanto, zapadores construyeron un puente de pontones en menos de 10 horas. La Real Fuerza Aérea lanzó un ataque con 70 aviones para destruir el puente alemán, pero los cazas y las baterías anti-aéreas alemanas causaron a los ingleses su peor derrota aérea hasta entonces: sólo 31 aviones regresaron. Hoy en día es considerado que el cruce del río Mosa se logró gracias a la excelente coordinación de las fuerzas aéreas, la infantería y los blindados alemanes.

El 14 y el 15 de mayo los franceses lanzaron un ataque acorazado al flanco vulnerable de Guderian pero fue rechazado por la artillería anti-aérea. Al finalizar el combate, los alemanes habían abierto una brecha de 80 km en el frente de las Ardenas y se preparaban para cortar la retirada de las fuerzas aliadas en Bélgica.



La bolsa de Bélgica

Para aquel momento la situación francesa era desesperada. El 15 de mayo de 1940, el recién nombrado primer ministro francés Paul Reynaud telefoneó al primer ministro británico sir Winston Churchill para declararle que la guerra se había perdido. Mientras tanto, Gamelin, alejado del campo de batalla, se encontraba incomunicado, ya que se había valido de las líneas telefónicas para conocer la situación del frente, pero estas hacia mucho que habían sido cortadas. Por otra parte, los intentos franceses de establecer el frente de las Ardenas fracasaban debido al rápido avance alemán, que se acercaba cada vez más y más al Canal de la Mancha.

Cuando Churchill viajó el 16 de mayo de emergencia a París a observar personalmente la situación se encontró con que el gobierno ya estaba evacuando París, y al entrevistarse con el general Maurice Gamelin, éste le dijo que no tenían ninguna reserva táctica con la que hacer frente al avance alemán. De todas maneras, se lanzó la única división acorazada disponible, sin lograr ningún resultado.

El 17 de mayo, el entonces coronel Charles de Gaulle organizó rápidamente la Cuarta División Acorazada y la lanzó contra los flancos alemanes cerca de Laon, pero igualmente fue rechazado. Sin embargo esta acción le atrajo popularidad que eventualmente le sería útil.

Entre el 17 y el 18 de mayo la vanguardia alemana se detuvo, pausa que fue aprovechada por los soldados para comer y dormir, además de permitir que otros tanques que habían quedado rezagados se les unieran.

El 18 de mayo, un cuerpo panzer al mando del legendario Erwin Rommel llegó el primero al Canal de la Mancha y el cerco, aunque débil todavía, quedó completo. Casi un millón de soldados aliados quedaban cercados.

El 20 de mayo de 1940 el nuevo Comandante en Jefe aliado, ya que Gamelin había sido obligado a renunciar, el mariscal Maxime Weygand anunció el Plan Weygand. Dicho plan requería que las tropas anglo-francesas atrapadas en el norte y los tanques del Coronel De Gaulle en el sur, atacaran simultáneamente al cerco alemán, intentando romperlo.

El 21 de mayo, un destacamento del ejército británico atacó por iniciativa propia a la vanguardia alemana comandada por Rommel. La invulnerabilidad del modelo de tanque Matilda inglés frente a las armas anti-tanques que llevaban los alemanes fue esencial para demorar la ofensiva alemana. La llamada batalla de Arras terminó cuando los refuerzos alemanes llegaron y empujaron a los ingleses de vuelta a su posición inicial.

El 22 de mayo los franceses intentaron romper el cerco cerca del este de Arrás, pero para aquel momento la infantería alemana ya había llegado al lugar, y estos, aunque sufriendo muchas pérdidas, lograron repeler a los franceses. Mientras tanto el jefe de la Fuerza Expedicionaria Británica Lord Gort, que no tenía fe alguna en el Plan Weygand, ordenó la retirada de Arras sin informar nada al mando francés, al cual estaba subordinado. Ese mismo día la Segunda División Panzer asaltó la guarnición aliada en Boulogne-sur-Mer que se rindió el 25. Al mismo tiempo la Décima División Panzer asaltaba la población de Calais, que se rindió el 27.

La Primera División Panzer se dirigía a Dunkerque cuando recibió la orden de parte de Hitler de detener el avance. Hitler había sido convencido por el jefe de la Fuerza Aérea Alemana Hermann Göring de que podía evitar la evacuación a Inglaterra de las tropas atrapadas en Bélgica. Por otro lado, el general Von Rundstedt había declarado que el asedio de las ciudades no era la tarea normal de los tanques y que podrían generarse grandes bajas.

Cuando el comandante de la Fuerza Expedicionaria Británica John Gort se percató de la pausa alemana propuso lanzar la Operación Dinamo.



Evacuación de Dunkerque

El 26 de mayo inició la Dynamo y eventualmente la Cycle cuyos objetivos fueron evacuar a las tropas británicas y francesas atrapadas en Dunkerque y El Havre respectivamente. Dinamo, fue la más importante y se estima que casi 340.000 soldados aliados lograron escapar, si bien la mayoría eran ingleses. Para asegurar el transporte marítimo se recurrió a la población que voluntariamente o no entregaron sus barcos para ayudar en la evacuación de los soldados.

Por su parte, los alemanes hostigaron continuamente a los soldados que intentaban escapar del cerco mediante ataques aéreos de la Luftwaffe; sin embargo, las bajas aéreas alemanas fueron mayores que las de las aliadas. Para detener el avance de los Panzer y dar tiempo a las tropas para escapar, varios cuerpos aliados fueron enviados a mantener el perímetro del cerco. En lo que se conoce como la batalla de Dunkerque, los alemanes tuvieron que detenerse momentáneamente debido a las líneas defensivas que se habían improvisado. A pesar de que la operación fue considerada un éxito, no modificó el irremediable hecho de que la batalla de Francia se había perdido. Durante la evacuación, los alemanes lograron hundir 9 destructores aliados, así como capturar todo el armamento pesado, que se abandonó en las playas.



Conquista de Francia

Si bien la suerte de la batalla estaba echada, todavía le quedaba a Alemania ocupar Francia. Francia había perdido para aquel entonces todo su mejor armamento así como sus mejores divisiones, además sus fuerzas acorazadas eran nulas. El Plan Weygand en el norte se había convertido en una masacre y el pueblo francés no veía la evacuación de Dunkerque desde el mismo punto de vista que los ingleses. Aprovechándose del sentimiento de abandono que sentían los franceses respecto a sus aliados, los ingleses, los alemanes empezaron una campaña de desmoralización cuyo eslogan era: "Los británicos lucharán hasta el último francés". En este punto, aunque ya no parecía posible, la situación de Francia empeoró cuando el 10 de junio, Italia le declaró la guerra. Sin embargo, el ataque italiano no pudo avanzar más de unos kilómetros en un país ya derrotado, esta debilidad caracterizó a Italia durante toda la guerra.

El 5 de junio se reinició el ataque sobre el río Somme, para el 10 de junio el gobierno francés, por obvias razones, decidió abandonar París a la que declaró ciudad abierta e instalarse en Burdeos. El 11 de junio Churchill viajó a Briare donde se reunió con el Consejo de Guerra de Francia, que le pidieron desesperados que enviara a todos los aviones que tuviera al cielo francés. Debido al bajo número de escuadrones ingleses que quedaban, Churchill se negó. La verdadera razón de su visita era asegurarse que la flota francesa no cayera en manos alemanas. Una vez que obtuvo la garantía de que esto no sucedería de parte del Almirante François Darlan, Inglaterra dejó a los franceses todo el peso de la guerra en Europa.

Sin reservas para repeler el avance alemán por Francia, los alemanes corrieron libres por todo el norte y centro del país. En la última semana de pelea, un gran contingente de soldados escapó a Inglaterra en la llamada Operación Ariel, esta vez desde la provincia de Bretaña. El Segundo Grupo de Ejércitos Francés, que representaba la única fuerza combatiente aliada en Europa, se rindió el 22 de junio cuando Guderian se lanzó contra la Línea Maginot desde el lado oeste, acorralando a los franceses.

[img]https://guerrayhistoria.files.wordpress.com/2014/05/batalla-de-francia.jpg?w=614[/img]

Acontecimientos posteriores

El 25 de junio Hitler se reunió con varios altos oficiales franceses, quienes solicitaron un armisticio. Hitler seleccionó el lugar de reunión cerca de Compiègne, ya que allí se había firmado el armisticio con Alemania en la Primera Guerra Mundial. Además se trajo el mismo vagón de ferrocarril donde se había firmado el primer armisticio y se colocó en el mismo lugar donde había estado en 1918. Hitler se sentó en el mismo lugar donde se habían sentado los representantes aliados de la primera guerra y ordenó que los franceses se sentaran en donde se habían sentado los representantes alemanes. Después de leer el preludio del armisticio, Hitler se retiró de la sala, dejando al mariscal de campo Wilhelm Keitel a cargo de las «negociaciones». El acuerdo estipulaba que Alemania ocuparía dos terceras partes de Francia y establecía dimensiones minúsculas para el Ejército francés; cuando los franceses se quejaron ante la dureza de las condiciones, los alemanes dejaron claro que no cederían en ningún punto.

Finalmente se firmó el armisticio y acabó la guerra en Francia. La porción no ocupada quedó controlada por un Gobierno colaboracionista con sede en Vichy y cuyo primer ministro fue el mariscal Philippe Pétain; se la conoció como la «Francia de Vichy».

Charles de Gaulle inmediatamente se declaró en contra del Gobierno de Vichy y proclamó la Francia Libre. Llamó asimismo a formar la Resistencia francesa; varias colonias francesas se unieron a la Francia Libre, si bien la mayoría se quedaron sometidas a la administración de Vichy.

Los británicos no confiaban en el almirante Darlan, que se había vuelto una figura importante en el Gobierno de Vichy, por lo que atacaron a la flota francesa estacionada en Mers el-Kebir, actual Argelia, lo que generó roces entre los aliados ingleses y franceses.