¿Bajar impuestos o diseñar mejores políticas distributivas y redistributivas?

Day 2,468, 15:19 Published in Spain Spain by Mr.Caine


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Para que no queden dudas, este artículo está argumentado desde la perspectiva Keynesiana (sobre el consumo) y Marxista (en cuanto a los problemas de la concentración de capital).

No hay que centrarse en el aspecto empresarial economicista e individual olvidando la sociedad. La base del enriquecimiento son las rentas, de las cuales ya otros habrán obtenido plusvalía claro... El ahorro depende de la renta, el equilibrio sólo es posible cuando el ahorro se iguale a la inversión, sin embargo si las demandas bajan y disminuyen las inversiones lo hace también la renta, hasta que llega el momento que o afecta al empresario de lleno o al trabajador; finalmente repercute a ambos. De aquí el toque teórico keynesiano, sí. Además, pequeñas fluctuaciones en las inversiones causarán grandes fluctuaciones sobre la renta, por lo que el papel intervencionista del Estado es necesario para garantizar la equidad a través de tipos impositivos.

Pero analizando también la concentración del capital, ya que se entiende de manera implícita cualquier riqueza, a partir del ahorro para la posterior inversión, se plantea el problema de la Ley del Beneficio Decreciente a largo plazo (esto para la VR), y en los problemas de la, concentración del capital (esto para eR). Quiero decir, que siguiendo las reflexiones de Karl Marx (El Capital; 1867, Capítulo XXV “Ley general de la acumulación de Capital”) [llamadme marxista ahora], se concluye que dentro del sistema capitalista, las empresas que trabajan con mayor volumen de capital constante en relación al capital total, acaban absorbiendo a las pequeñas y medianas empresas pues éstas no tendrán capacidad para competir a medio largo plazo. A lo que añadir que en eR no todos han tenido igualdad en el acceso a las empresas, pero no es admisible que los viejos del juego formen élites económicas a partir de la producción como resultado de esa concentración de capital, y los nuevos o quienes posean escasos recursos y capital no puedan competir, por lo que de nuevo resurge la necesidad de intervención del Estado y los impuestos posibles.


¿Quién es ahora el conservador? El liberalismo económico es tendente al conservadurismo, el capital es un ejemplo clave, las crisis capitalistas son un estallido más de la esclavitud que ocasiona el propio egoísmo e individualismo.


Los defensores del neoliberalismo son partidarios a ultranza de rebajar los impuestos y desregular el mercado laboral comenzando por la disminución del salario mínimo. Evidentemente son defensores de lo privado, la obtención del mayor beneficio posible reduciendo cualquier coste tanto productivo como normativo. A la par, evidentemente, abogan por la reducción del Gasto Público para poder lucrarse más.

La pretensión final es favorecer a las empresas ante la competitividad actual del mercado de bienes, competitividad en aumento por el exceso de oferta que no es capaz de absorber la demanda por lo que los precios caen y los beneficios se reducen, y aquí surgen los gritos.

Mi perspectiva es clara, y quede constancia desde un principio, soy partidario del intervencionismo del Estado en la economía, aunque de forma moderada (más cercano a la propia socialdemocracia que al liberalismo social) sin planificaciones económicas típicas de países totalitarios y dictaduras.

La intervención pública resulta primordial pues quienes defienden el funcionamiento libre de los mercados –sin intervenciones estatales- olvidan la necesaria regulación y reglamentación que garantice un marco adecuado para el desarrollo y progreso compatible con un Estado Social.

Todo Estado Democrático y Social debe asegurar la equidad y la igualdad en oportunidades, a través de la elaboración de políticas no fiscales cuya financiación inevitablemente proviene de la recaudación fiscal, pues no todos tienen las mismas oportunidades tanto de recursos como de capacidades de gestión.

Puesto que este juego no permite tipos impositivos directos progresivos que graven la obtención de renta y la tenencia de riqueza, y sí tipos impositivos indirectos (en relación al consumo), resulta necesario mantener los tipos impositivos regresivos trazándose una política fiscal expansiva a medio plazo con gasto público e intervención en el mercado que permita regulaciones periódicas de los tipos impositivos.

Erepublik se basa en una economía de consumo pero en el marco de una economía militarista, las guerras favorecerán una buena economía. Si no hay guerras o se pretende seguir una política aislacionista antimilitarista deben diseñarse planes alternativos necesariamente con intervencionismo estatal.

El artículo de LittleRedRooster defiende una bajada del Work Tax argumentándose que afectará a todos y es justa para todos los colectivos aunque el sistema de impuestos regresivo seguirá pero en menor medida y se conseguirá que “el novato pagaría mucho menos. Y el rico mucho menos”.

Discrepo de la “justicia” de dicha propuesta de rebajar el impuesto pues para empezar no se trata de mejorar la justicia social. De hecho, beneficia más a los ricos puesto que, como también expone, la productividad de las empresas es determinante provocando a largo plazo la posibilidad de fomentar una competencia desleal entre los que tienen mucho (favorecidos por el sistema y el Estado) y los que tienen poco (incapaces de competir para obtener beneficios). A lo que sumar el recorte en los ingresos por impuestos, que se traduce en menos políticas sociales y ayudas (no me vengan a hablar de chupópteros, los free-readers siempre existen pero que algunos se beneficien no implica que todos lo sean; generalizar y sus problemas).

El problema no radica de los tipos impositivos realmente, sino de problemas legislativos a la hora de elaborar políticas redistributivas junto con la ineficacia institucional para implementar dichas políticas por diversos motivos.

Considero, pues, necesario corregir los problemas que se presentan en la implementación de las políticas redistributivas directas a los ciudadanos en materia social innovando y mejorando o suprimiendo instituciones obsoletas, además de fomentar políticas distributivas de fomento empresarial facilitando la creación de empresas con ayudas económicas estatales (aunque se corran algunos riesgos, pero son necesarios desde el punto de vista social y no desde el punto de vista economicista neoliberal).

Concluyendo, la propuesta incurre en visiones ideológicas economicistas (más propias de la derecha liberal en cuestiones económicas) que bajo mi punto de vista a largo plazo pretenden desmontar el Estado fomentando lo privado, limitando la acción pública y lo público. Fomentar lo privado conlleva muchos riesgos como la pérdida de derechos y protección ante un estado del “sálvese quien pueda” y, por ejemplo, las Obras Sociales serán la herramienta perfecta de captación y gestación de redes clientelares ideológicas en partidos políticos utilizadas estratégicamente para que ciertas élites políticas conserven el poder o unas nuevas élites económicas adquieran poder.

Saludos.
Mr.Caine