En Contacto con la Historia - 3ª Parte.

Day 2,496, 22:39 Published in Venezuela Norway by Alix Romanov


Amigas y amigos, tengan todos muy buenos dias/tardes/noches...

En la siguiente edición de En Contacto, daremos continuidad a los artículos de índole histórico que siempre nos ha caracterizado. En esta publicación hablaremos principalmente de un hecho acaecido tal día como hoy, que marco un antes y un después en la historia y que selló de forma decisiva el rumbo de la humanida😛 La Batalla de los Campos Cataláunicos.



BATALLA DE LOS CAMPOS CATALAUNICOS (20 de Septiembre de 451 d.C)



La batalla de los Campos Cataláunicos (también llamada batalla de Châlons o batalla de Locus Mauriacus) enfrentó en el año 451 a una coalición romana liderada por el general Flavio Aecio y el rey visigodo Teodorico I contra la alianza de los hunos comandada por su rey Atila. Es considerada una de las batallas más importantes y decisivas de la Historia Universal.

El lugar donde se piensa que tuvo lugar la batalla fue en algún descampado en la margen izquierda del río Marne, cerca de la ciudad de Châlons-en-Champagne, actualmente en el norte francés, aunque se desconoce la ubicación exacta.

Atila, rey de los Hunos tiene atemorizada a toda Europa y sueña con acabar con el ya decadente Imperio Romano de occidente, que se desmorona a marchas forzadas. Hasta la Europa Occidental, llegaban noticias del este en las que se hablaba de lo despiadadas que eran las hordas hunas, que lideradas por Atila el Huno no tenían ningún tipo de clemencia con sus enemigos. Los pueblos europeos tenían dos opciones, o bien buscaban la protección de Roma o bien se unían a la sanguinaria expansión de Atila enviando hombres y tributos.

Atila el Huno, decidió con la excusa de expulsar a los visigodos de la Galia, ocuparla. Roma, que no era ni la sombra del gran imperio que había sido siglos atrás, se tiene que encomendar a Flavio Aecio, un gran general que era capaz de mantener el orden y la disciplina en aquella Roma ingobernable. Aecio recibió el apodo de "el último romano", y traería a Roma sus últimos momentos de gloria. La batalla por la Galia se desarrollaría cerca de Châlons entre los hunos, Roma y los respectivos aliados de cada uno.

El ejército romano comandado por Flavio Aecio estaba compuesto por una masa de entre 40.000 y 50.000 hombres. A pesar de la fama del ejército romano, este ya no era tan efectivo como antaño, las pagas llegaban tarde mal y nunca, la gloria del Imperio por la que tantos hombres daban su vida ya ni existía, y además las pulidas técnicas y la superioridad tecnológica que ostentaba el Imperio Romano siglos atrás comenzaba a quedarse desfasada fruto de una nula preocupación por la innovación. Por su parte, el ejército de Atila contaba con una fuerza de cerca de 60.000 hombres de los que 40.000 eran hunos que aún no conocían la derrota en una gran batalla.



El 20 de Junio del año 451, Atila " el Azote de Dios" y Aecio "El último romano" desplegaron sus ejércitos sabedores de la importancia histórica de aquella cita. Atila como era costumbre acudió a sus chamanes para conocer el pronóstico de la batalla, pero aunque los chamanes le dijeron que aquella iba a ser la única derrota de su vida, Atila deseoso de luchar desoyó los consejos de estos.

Por otra parte Aecio no confiaba mucho en las tropas alanas "aliadas de Roma", por lo que dispuso a los alanos entre las tropas romanas, y los visigodos con el rey Teodorico al frente, en el que sí confiaba ciegamente. De esta forma los alanos deberían combatir aunque solo fuese por la presión de sus aliados. Además los romanos ocuparon una pequeña colina desde la que se dominaba el campo de batalla.

Para minimizar el impacto de las cargas de caballería de los hunos, Aecio se preocupó mucho por preparar el terreno de la forma más irregular posible. Atila, buen estratega militar dispuso a la élite de los hunos (sus mejores tropas) en el centro de la formación, y atacó a los alanos para intentar hacerles huír y romper la formación romana en dos. Para evitar los auxilios entre las distintas partes de la formación, Atila mandó a la caballería a luchar contra las tropas de Aecio y a los Ostrogodos a luchar contra los Visigodos de Teodorico con resultado dispar.

La caballería que atacaba a los romanos, tuvo que desmontar y atacar a pié, debido a las excavaciones que habían hecho los romanos en el campo de batalla que impedían el paso de los caballos. Los soldados de caballería eran muy efectivos en sus caballos pero bastante inferiores en combates a pié respecto a los soldados de infantería. Es por eso que los romanos soportaron la carga sin mayores problemas.
Sin embargo la carga de los ostrogodos sobre los visigodos fue terrible y la lucha muy encarnizada. Los visigodos mantenían su posición a duras penas, con el rey Teodorico luchando y aguantando en primera línea junto a su hijo.

Por último en el centro, los alanos para sorpresa de todos, aguantaron valientemente las embestidas de los Hunos a pesar de estar formadas sus tropas mayoritariamente por arqueros. Aunque inevitablemente poco a poco los alanos cedían terreno, sus filas no se descompusieron, y la retirada que habían predicho los hunos, no se cumplió.



El mayor traspiés para el bando de Aecio en la Batalla de los Campos Cataláunicos se produjo en plena contienda en el lado visigodo donde como ya hemos dicho, su rey Teodorico combatía en primera línea, aguantando al límite de sus fuerzas. Teodorico fue abatido, recibiendo un flechazo en su espalda, por lo que se cree que fue un flechazo de sus propias tropas. Pero las huestes visigodas no se descompusieron ante la muerte de su rey, y Turismundo, hijo del monarca fallecido, fue coronado rey en plena batalla. Este hecho dio alas a los visigodos que guiados por su nuevo rey y con fuerzas renovadas cargaron violentamente contra sus enemigos justo cuando sus compañeros alanos comenzaban a flojear en el centro. La batalla había cambiado de signo, las tropas de Atila se veían acosadas por los visigodos por un lado y muy deterioradas en el otro, fruto de los constantes ataques fallidos sobre las filas romanas.

Atila consciente de la situación y temeroso de verse rodeado ordenó una retirada general y lo dispuso todo para quemarse antes que dejarse capturar, pero contra todo pronóstico Aecio no dio la orden de ataque contra las tropas restantes de Artila para que los visigodos no se hiciesen demasiado poderosos y pudiesen volverse contra Roma. Gracias a esto Atila, rey de los Hunos, el llamado Azote de Dios y Rey de reyes pudo escapar a Germania para reatacar a Roma. Un gran error por parte de Aecio que a pesar de todo había logrado una brillante victoria en la Batalla de los Campos Cataláunicos.