Transilicitana 2016 (2º parte) .....La derrota es también un gran maestro.

Day 3,039, 10:36 Published in Spain Montenegro by Gorron99


Os conté como me fue el año pasado en este pedazo de prueba loca y que este año repetiria, no obstante la cosa no acabe tan bien como fuera de desear, con todo ya estoy pensando en la 8º edición que esto engancha xD

Diario runner (Especial Tranilicitana 2016).

Este año pintaba bien la cosa, después de haber superado la prueba en una primera intentona lo que se trataba era de consolidar un buen tiempo (15 horas me parecía razonable). No obstante no las tenía tampoco todas conmigo, al tener trabajo estos últimos meses no he podido entrenar tanto como hubiera querido ni tan bien. Mi trabajo no es tampoco algo físicamente limitante, pero según en qué momentos te consume mentalmente y eso ha afectado seriamente a mi entrenamiento, menos kilómetros, de menor calidad. En cualquier caso que nadie piense que hago nada especial de cara a una prueba tan dura, solo salgo a correr y listo. Quizás esto también sea susceptible de cambio, no tampoco nada muy profesional pero alguna serie especifica de ejercicios para potenciar tampoco me haría daño.

Total que en línea de meta los nervios estaban presentes, pero también la confianza de poder afrontarlo. En los primeros kilómetros me voy controlando, sobre todo mi impulso obsesivo de ir adelantando corredores, sé que la prueba es muy larga y que kilómetros no me van a faltar. Voy bien de fuerzas donde el año pasado flaqueaba en montaña. En estas primeras fases de carrera voy parasitando grupitos de corredores poniéndome a su cola y calcándoles el ritmo. Resulta que soy una pequeña celebridad en la prueba y varias personas me reconocen del año pasado y se interesan por mí. Esto es así porque soy el único que lleva una mochila de 50 litros, donde me cabria perfectamente saco de dormir y enseres para pasar una semana. Los comentarios sobre mi mochila se van reiterando a lo largo de todo el recorrido, quizás debería hacerme con una más portátil, pero claro, ahora todos esperan al chico de la mochila enorme y no puedo defraudar a mi público.

En cualquier caso y pese a que voy refrenando mi ritmo voy ganándole tiempo al yo del año pasado, 6 min en los primeros 13km y 38 minutazos a los 20 km. Me siento muy bien, donde el año pasado iba renqueando por mi rodilla y mis otros problemillas, ahora voy bien a buen ritmo, las cosas marchan. Llego al km 28 casi una hora antes que el año pasado, es el punto de comida pero apenas necesito 5 minutos para picotear algo y salir de nuevo marchando. Comienzan a aparecer los problemas, mi mochilón me está provocando quemaduras en la espalda y los hombros. Además noto pequeños pinchazos en los muslos que van a más, empiezan las dudas, voy muy bien de tiempo pero mis cuádriceps van a peor por momentos hasta que llega un punto en que no puedo correr, ya estamos, esto me suena…

Llego al km 40 con 75 minutos de ventaja sobre mí mismo, pero ya no puedo correr, apenas algún trote intermitente alternando con la marcha. Me barnizo las piernas en Calmatel, el año que viene llevare réflex no sé cómo no se me ocurrió y antiinflamatorio!!. Las piernas muscularmente están muy cargadas pero se dejan hacer siempre que no trate de correr, pese a mis dudas iniciales cuando surgieron las molestias, la palabra retirada no está en mente. Hasta el kilómetro 50 pasamos la dichosa trampa de arena, el paseo de arenales y el Cloc, entro en la dinámica de marcha constante y machacona que viene tan bien y voy viendo resultados, alcanzo a algunos participantes y los voy dejando atrás. No son muchos los que me adelantan corriendo, pero lo asumo con filosofía, aquí cada uno compite contra sí mismo y la prueba es muy larga, es otra fase de carrera y mentalmente lo llevo muy bien.

En el km 50 me saco 80 minutos, la cosa rula, pero los problemas siguen agravándose, muscularmente sigo muy tocado pese a los baños en calmatel (aquí se nota el entrenamiento no adecuado). Además la tobillera me aprieta, y aunque entonces aun no lo sabía, me estaba estrangulando literalmente el tendón del talón provocando hinchazón y mucho dolor, yo pensaba que era una ampolla por rozadura y lo iba ignorando pero la cosa fue a peor haciendo de cada apoyo en el suelo un suplicio. Me cambio las zapas y salgo de nuevo, marchando a buen ritmo, corriendo en los tramos propicios pese a que a esa altura ya se me subían los cuádriceps hasta el cuello. Llego al km 59 manteniendo la ventaja aunque ya no hay calmatel que valga, me cuesta sentarme y levantarme. En este punto pierdo mi botella de agua, no parece importante pues tengo mi bidón grande, pero tendrá su aquel. Muscularmente estoy bastante mal pero ni lo pienso, salgo a por más, el año anterior hice este tramo nocturno, pero dada mi ventaja puedo disfrutar de estos 10 km con luz, tampoco hay mucho que ver, pero anímicamente me refuerza mucho.

Llego al km 66 con 1 hora de ventaja, pero esto delata que físicamente estoy peor que el año anterior, mis parciales son peores pues arrastro toda una serie de lacras musculares que no me permiten mantener el ritmo, voy notando el declive físico que es cada vez más acentuado. Además me encuentro con un contratiempo y mi equipo de apoyo (Marina) no aparece con mis drogas (antiinflamatorio). La situación me desborda y decido salir antes de enfriarme más, quiero llegar al pantano es el punto clave y quiero hacerlo cuanto antes.

Este es el punto donde todo se viene abajo, solo a 500 metros de salir mi bidón salta desde la mochila y estalla en mil pedazos, dejándome sin líquido los próximos 12 km. Parece un problema menor y no me planteo desandar siquiera esos 500 metros para hacerme con líquido, lo prioritario es llegar. Es con diferencia el tramo más duro del recorrido y en pleno barranco y completamente solo en la noche la rodilla dice basta, no puedo apoyar en el suelo, lo cual es un problema evidente. El problema muscular se puede ignorar hasta cierto punto, pero la articulación es más delicada. La palabra abandono se va dibujando en mi mente, pero no me lo quiero plantear, la espanto a manotazos y cojeo durante 100, 200, 500 metros… sigo sin poder apoyar y el terreno es tremendamente irregular, preñado de piedras y boquetes, cada paso es un quejido lastimoso, pero persisto, paso a paso y poco a poco voy avanzando. Quizás lo más inteligente hubiera sido volverse al km 66 y retirarme en ciudad, pero sinceramente no me daba la gana. Inexplicablemente la rodilla, sabiéndose ignorada comienza a reaccionar, sigue doliendo pero puedo apoyar y reanudo la marcha, en este punto el talón ya me arde a cada paso, pero entre tanto dolor tampoco hay diferencia.

Me lo voy creyendo de nuevo, igual no consigo acabar en 15 horas, pero parece que podré seguir a meta. Salgo de terreno irregular y vemos algo de asfalto, encuentro a algunos conocidos y me permito trotar y dejarlos atrás, el terreno me es favorable y parece que puedo sobreponerme, los trotes me dan nuevas esperanzas, pero entonces cambia el terreno, cambiamos el piso firme por otro lleno de desniveles y suelo terriblemente irregular, el pie nunca llega a caer recto sino que se tiene que retorcer en ángulos muy agresivos entre piedra y piedra. En un momento dado me tuerzo el tobillo y es la puntilla a mis posibilidades, estoy a 3 km del pantano pero cada vez que toco el suelo no puedo contener un quejido. Voy literalmente lloriqueando y gimiendo por la montaña. Literalmente no puedo andar, pero tampoco puedo tirarme allí en medio de la montaña, mi objetivo pasa por llegar al km 78 y voy paso a paso, ya no ando cojeo y me arrastro lo peor son las bajadas, no puedes controlar como cae el pie al suelo y voy empeorando paso a paso. Ya tengo claro que no podre acabar este año, se me hace muy duro, veo pasar a gente que había dejado atrás, se interesan por mí pero les doy paso, estoy bien, no hay nada que puedan hacer por mí y prefiero no molestar. Los últimos 3 km son sencillamente horribles, casi me llevan 45 minutos incluso el último tramo asfaltado se me hace intransitable. Paro en el avituallamiento, tomo algo caliente y imploro por un milagro, pero desde la silla a por mí café el pie apenas puede apoyar y estamos en firme, me esperan 12km de constante subida al Castro y peor una bajada en roca viva, imposible. Pido la retirada, me dicen que espere al furgón de la organización y de perdidos al rio, me siento en una silla y me pongo como el Kiko de magdalenitas de chocolate y todo aquello que se me pone por delante. Los voluntarios en este punto de Rio safari son exageradamente atentos y te miman, antes de marcharme miro con terrible envidia a los gladiadores que saldrán a conquistar el Castro, sé que el año que viene estaré entre ellos. Pese al horrible final, me llevo una gran experiencia y como no me he muerto (aun) supongo que me hare más fuerte.

kilómetros
79,58

horas
11:47:12

min/km
8:53

calorías
7049


Me quede sin chapita compañeros...