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Timmy era un niño bastante llorón en el colegio, por ello sus compañeros se burlaban de él. Su madre, una mujer encantadora y siempre amable, le repetía que no se preocupara. Sin embargo, su padre, abusón de pequeño y bruto de mayor, le insistía en que debía rebelarse, echarle huevos y ser valiente. El pequeño Timmy se hartó tanto que empezó a seguir los consejos de su padre y poco a poco se fue convirtiendo en amigo de aquellos que antes le acosaban.

Él sabía que se comportaba así, pero que él no era realmente así. Seguía siendo igual de cobarde y llorica, pero el estar dentro del grupo de los fuertes le animaba a seguir comportándose de la misma manera.


Angustiada su madre, suplicaba al padre de Timmy que dejara de incitarle a seguir con esas malas compañías. El padre, con un guantazo como respuesta, terminaba la discusión.

Mientras pasaba el tiempo, llegó la famosa fiesta de Halloween en la que Timmy se disfrazó de vampiro. Había estado dando vueltas con sus 'amigos' pidiendo caramelos, cuando el hermano mayor de uno de ellos propuso ir al cementerio. A Timmy no le convencía la idea puesto que le tenía mucho respeto a la muerte. Sus 'amigos' se burlaron de él y comenzaron a llamarle gallina...

Obviamente, Timmy se dejó llevar por la presión que le ejercían. Él iba al final del grupo mientras paseaban por los pasillos de la necrópolis, por lo que nadie se dio cuenta cuando la capa que Timmy llevaba atada al cuello se enganchó con un arbusto.


Cuando repararon en su ausencia, volvieron tras sus pasos para encontrar lo que en ese momento ya era el cadáver de Timmy, cuyos últimos esfuerzos por deshacer el nudo fueron en vano. Entre sorprendidos y aterrados, salieron huyendo.

La madre, al enterarse de la noticia y darse cuenta de que había perdido todo lo que la mantenía con vida, se suicidó dejando una nota en la que culpaba a su esposo.

Habiendo pasado ya muchos años, aún soy capaz de recordar perfectamente aquel débil gimoteo, esa mirada aterrada y, oh, esas palabras "Allí descansan las almas de los ya muertos. No las molestes, que a la Muerte no le gustan los juegos".. Esas palabras resonarán en mi cabeza siempre todas las noches hasta que muera. Ojalá llegue pronto el día que me perdone.

O tal vez no llegue nunca..



Esperaré a la suerte muerte.







Kirito5498